El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha dado ‘luz verde’ este lunes a difundir información clasificada relacionada con la investigación del exdirector del FBI James Comey sobre el uso indebido del correo electrónico por parte de la entonces secretaria de Estado Hillary Clinton.
«Este Departamento de Justicia está plenamente comprometido con la transparencia y seguirá apoyando las iniciativas de buena fe del Congreso para garantizar la rendición de cuentas en todo el gobierno federal», ha indicado la fiscal general, Pamela Bondi, en un comunicado.
La publicación del documento de 35 páginas por parte de la comisión judicial del Senado se produce tras una petición de su máximo responsable, el senador republicano por Iowa, Chuck Grassley, quien anteriormente ya se había mostrado a favor de la transparencia en el marco de este caso.
En concreto, el documento detalla que el FBI obtuvo una serie de unidades USB durante la investigación, si bien ni el director del organismo ni su subdirector, Andrew McCabe, llevaron a cabo búsquedas adicionales y específicas en estas memorias pese a que contenían información relevante para el caso.
«Este documento demuestra una extrema falta de esfuerzo y diligencia en la investigación del FBI sobre el uso del correo electrónico y el manejo indebido de información altamente clasificada por parte de la exsecretaria Clinton», ha indicado Grassley.
En este sentido, ha resaltado que el organismo falló en su investigación, mientras que también «dejó pruebas clave sin resolver». «El enfoque negligente del FBI de Comey y su quizás intencionada falta de esfuerzo en la investigación de Clinton contrasta marcadamente con su exhaustiva investigación del bulo de la colusión entre Trump y Rusia», ha afirmado.
El anexo Clinton, hecho público este lunes gracias al senador Grassley, forma parte del informe publicado en 2018 por la oficina del inspector general del Departamento de Justicia, liderada entonces por Michael Horowitz, según un comunicado de la comisión judicial.
Clinton, que perdió las elecciones presidenciales de 2016 frente al ahora presidente Donald Trump, fue duramente criticada por haber usado para su correspondencia laboral durante su época como secretaria de Estado una dirección privada de correo electrónico conectada al ordenador de su casa.
Bajo la ley federal, cartas y correos electrónicos escritos o recibidos por funcionarios federales, como es el caso de la secretaria de Estado, se consideran «registros públicos» y deben ser retenidos para que las comisiones del Congreso y miembros de los medios de comunicación puedan acceder a ellos, si bien hay excepciones para ciertos materiales clasificados y sensibles.
La existencia de esta cuenta de correo electrónico personal de Clinton fue descubierta gracias a una investigación de un comité de la Cámara de Representantes, que buscaba información sobre el ataque contra el consulado estadounidense en Bengasi (Libia) en 2012.