La Administración de Donald Trump ha impuesto este miércoles un paquete de sanciones contra las principales empresas petroleras rusas, alegando «falta de compromiso» por parte de Moscú con las negociaciones para un acuerdo de paz, en medio del estancamiento de las conversaciones para poner fin a la invasión rusa de Ucrania.
La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro ha incluido en su lista a las dos mayores compañías petroleras de Rusia, Rosneft y Lukoil, así como a más de una treintena de sus filiales que también tienen su sede en territorio ruso, según reza un comunicado.
«Ahora es el momento de detener la matanza y de un alto el fuego inmediato. Ante la negativa del presidente (ruso, Vladimir) Putin a poner fin a esta guerra sin sentido, el Tesoro está sancionando a las dos mayores compañías petroleras rusas que financian la maquinaria bélica del Kremlin», ha declarado el secretario del Tesoro, Scott Bessent.
Asimismo, ha mostrado la disposición de su departamento a «tomar más medidas, si es necesario, para apoyar los esfuerzos» de Trump «por poner fin a otra guerra», y ha animado a sus socios a unirse a ellos y «a cumplir con estas sanciones».
Según Washington, estas medidas aumentan la presión sobre el sector energético ruso y reducen la capacidad del Kremlin para generar ingresos destinados a su maquinaria bélica y a apoyar su debilitada economía. «Estados Unidos seguirá abogando por una solución pacífica a la guerra», ha añadido.
Minutos antes, Bessent había adelantado en declaraciones a la prensa que Washington iba a imponer un «aumento sustancial» de sus sanciones a Rusia, asegurando que sería uno de los paquetes de sanciones «más severos» contra Moscú. «Putin no ha llegado a la mesa de negociaciones de forma honesta y directa», ha recriminado.
En este sentido, ha explicado que «hubo conversaciones en Alaska» pero que «Trump se retiró al darse cuenta de que las cosas no avanzaban». «Ha habido conversaciones entre bastidores, pero creo que el presidente está decepcionado con la situación actual de estas conversaciones», ha sostenido.
Por su parte, el inquilino de la Casa Blanca ha negado que Washington haya aprobado un permiso para que Kiev utilice misiles de largo alcance en el interior de Rusia. «EEUU no tiene nada que ver con estos misiles, provengan de donde provengan, ni con lo que Ucrania haga con ellos», ha dicho a través de su perfil en la red social Truth Social.
Estas medidas han llegado un día después de que la Casa Blanca dijera que no había planes para el futuro próximo de cara a un encuentro entre Trump y su homólogo ruso, dejando en el aire la cumbre bilateral en la capital de Hungría, Budapest, que había anunciado el propio magnate neoyorquino en los últimos días.