
El Ejército congoleño y las milicias del Movimiento 23 de Marzo llevan las últimas 48 horas culpándose de romper el alto el fuego preliminar de este pasado verano en medio de perspectivas cada vez más lejanas sobre un posible acuerdo definitivo de paz en el asolado este del país.
El pasado viernes, Lawrence Kanyuka, portavoz de la Alianza del Río Congo, el brazo político del M23, denunció que dos días antes el Ejército congoleño y sus milicias wazalendos comenzaron una «ofensiva generalizada» con la asistencia del Ejército de Burundi «en todos los frentes» de la provincia de Kivu Sur.
El M23, que según los congoleños actúa a sueldo de Ruanda, se ha hecho este año con el control de las capitales de las provincias de Kivu Norte y Kivu Sur, Goma y Bukavu, y a pesar de los avances en la negociación, todavía existe un conflicto abierto entre el grupo armado y los llamados wazalendos, organizaciones armadas afines al Ejército congoleño.
«Estos ataques, llevados a cabo utilizando aviones de combate, drones de combate y artillería pesada, han causado la muerte de muchos civiles y provocan el desplazamiento masivo de poblaciones», denunció Kanyuka en un mensaje publicado en su cuenta de la red social X.
En respuesta, el portavoz del Ejército congoleño, el general Sylvain Ekenge, rechazó estas acusaciones y señaló a su vez, en rueda de prensa este pasado sábado, de haber orquestado nuevas operaciones en la localidad de Maimingi, fronteriza con el territorio de Walungu que está ocupado prácticamente en su totalidad por las milicias del M23.
«En nombre de las Fuerzas Armadas de República Democrática del Congo, quiero denunciar los los numerosos ataques que los rebeldes de la AFC/M23 siguen perpetrando a pesar de los acuerdos de Washington y Doha», hizo saber el general en rueda de prensa recogida por la emisora de Naciones Unidas en el país, Radio Okapi.
En su comparecencia, el general ha pedido la intervención inmediata de la mediación internacional (Qatar y Estados Unidos) o, avisó, de lo contrario el Ejército congoleño no tendrá más remedio que «responder a estas provocaciones».
Estas tensiones ocurren solo dos semanas después de otra firma en Qatar de un acuerdo marco de paz entre ambos bandos concebido como una extensión por escrito de la declaración de principios acordada entre ambos bandos en julio, y que en realidad no se ha puesto en práctica hasta la fecha.
