Años antes de la firma con la Argentina, la Fuerza Área Real Danesa tenía otras expectativas con los aviones de combate F-16, que había comenzado a usar en los ‘80. En 2016, Dinamarca aprobó la decisión de rearmarse con una flota de aviones más avanzados, los F-35, de quinta generación. El plan, entonces, era vender los F-16. Si bien esas aeronaves -de cuarta generación- contaban con años de vida útil, los daneses creían que no sería fácil encontrar interesados y estimaban poder vender solo una parte. Timing, geopolítica y la influencia de Estados Unidos, que aprobó la venta, orientaron la negociación que en general es vista con buenos ojos en Dinamarca.
“Sin el ascenso de Milei [al poder], no creo que hubiéramos podido venderle los F-16 a la Argentina”, dijo a LA NACION Alex Ahrendtsen, parlamentario y miembro del opositor Partido Popular Danés. Ahrendtsen, vocero en temas de defensa en el Folketing, el Parlamento danés, consideró que pesó el alineamiento geopolítico en las negociaciones. “Cuando los peronistas -menciona el término en español- estaban en el poder, intentaron hacer tratos con China y convertirse en parte de la alianza BRICS. Sé que los Estados Unidos estaban preocupados”, expresó Ahrendtsen en una videollamada.
La intención de Estados Unidos para que la Argentina desistiera de los aviones chinos JF-17, la otra oferta que había considerado la administración de Alberto Fernández, es otro punto de debate. Hans Peter Michaelsen, analista independiente en asuntos militares y exmiembro de la Real Fuerza Aŕea Danesa, piensa que el “deseo” de Washington por “evitar una influencia mayor en China” penetró en Copenhague como parte del esquema de alianzas dentro de la OTAN, la organización militar que Dinamarca también integra.

“Es sabido de los fuertes lazos entre el gobierno Milei y la nueva administración estadounidense. Así que todo tenía sentido de alguna manera. Y por supuesto, somos aliados cercanos de ellos, con los Estados Unidos, en realidad”, aseveró Ahrendtsen.
En 2023, el gobierno danés —una alianza entre el Partido Socialdemócrata, el Partido Liberal y los Moderados— adelantó a 2025 el proceso de inicio para la sustitución de los F-16 por los F-35, que antes estaba previsto para 2027. Dinamarca había autorizado la compra de 27 aviones F-35 en 2016, y recientemente, en 2025, añadió otros 16. Para el especialista Niels Byrjalsen, que realiza estudios de posdoctorado en la Centro de Estudios Militares de la Universidad de Copenhague, el timing fue un factor decisivo.
“El momento también fue el adecuado, ya que Dinamarca ha comenzado a incorporar los aviones F-35 y necesita desviar su enfoque y mano de obra (incluidos pilotos, técnicos e ingenieros) hacia esa plataforma. La Fuerza Aérea Real Danesa, por supuesto, tendría cada vez menos capacidad para operar y manejar los F-16”, analizó Byrjalsen mediante correo electrónico ante la consulta de LA NACION.
Dinamarca había considerado en un inicio que, por el desprendimiento de una docena de los F-16 podría obtener 62 millones de dólares (400 millones de coronas danesas), según publicó la señal danesa TV2. Entonces no se creía probable una venta grande como la que ocurrió, después de años de negociaciones y conversaciones, incluso con otros interesados. Argentina se comprometió a pagar en cuotas 300 millones de dólares por los 24 aviones y otros 350 millones de dólares por el sistema de armas, provisto por Estados Unidos, un paquete mucho más grande al originalmente pensado.

“Fue una situación perfecta para Dinamarca, Estados Unidos y Argentina al mismo tiempo”, reflexionó en una llamada con LA NACION, Anders Lomholt, experimentado periodista en Defensa de TV2. “Dinamarca encontró un comprador para estos aviones de combate, lo que nos permitió vender nuestra flota restante en una sola transacción. Y fue muy favorable en lugar de vender cinco aquí, cinco allá y así sucesivamente. Encontramos ese comprador, que Estados Unidos estaba interesado en promover por razones estratégicas”, añadió.
En 29 países
Según datos de Lockheed Martin, la empresa norteamericana detrás de los F-16, hay más de 3000 aeronaves de este tipo operando en 29 países en la actualidad. “Hay un apoyo relativamente fuerte para el F-16 porque ha sido visto durante mucho tiempo como una plataforma confiable que puede ser actualizada de manera efectiva para modernizarla a medida que la tecnología avanza”, opinó Byrjalsen.
En el mismo sentido, Michaelsen sumó que varios de estos aviones fueron modernizados en los ‘90 y principios de los 2000, a mitad de su vida útil. “Siguen siendo bastante modernos y capaces. La buena noticia sobre el F-16 es que hay una gran variedad de armas que están certificadas para ser utilizadas porque es tan ampliamente usado. Así que existe mucha flexibilidad en cuanto a las armas y misiles que se usan en ellos”, indicó.
LA NACION se comunicó con el Ministerio de Defensa danés y con la Agencia Logística de Adquisiciones para la Defensa de Dinamarca (DALO), el área gubernamental encargada del proceso de venta para conocer la perspectiva danés de la operación. No obstante, se excusaron en brindar una entrevista o incluso responder preguntas por escrito al tratarse de cuestiones “relacionadas a asuntos argentinos”.
Ucrania
“El área militar no es una área en la que haya que ahorrar dinero”, afirmó el periódico danés The Information en mayo de 2024, en un artículo que daba cuenta de las protestas callejeras y problemas sociales en medio del superávit fiscal celebrado por el gobierno. Fue un mes después de que se firmara la compra de los 24 jets en la base de Skrydstrup, entre el ahora exminitro de Defensa, Luis Petri y su par danés Troels Lund Poulsen.
En general, la venta sobre los aviones a la Argentina no concentró demasiado atención mediática en Dinamarca. No obstante, la operación generó interrogantes que llegaron hasta el palacio de Christiansborg, (Borgen, el castillo en danés), la sede del poder político en Dinamarca.
¿Por qué estos F-16 no fueron a Ucrania? El ministro de Defensa se enfrentó a esa pregunta a poco de cerrarse el acuerdo con la Argentina. El gobierno danés ya había donado para entonces 19 aviones al gobierno de Volodimir Zelensky, como parte de su compromiso en apoyar a Kiev tras la invasión rusa y varios se preguntaron por qué no enviar los 24 restantes a Buenos Aires. Poulsen afirmó entonces que Dinamarca ya había contribuido de manera significativa con el envío de esos 19 aviones.
Sin embargo, ese desacuerdo quedó rápidamente atrás. “El problema que veo es que si hubiéramos hecho eso y no venderle a la Argentina, también hubiéramos sido responsables de más apoyo [a Ucrania], y eso sería muy, muy difícil en un momento de transición hacia nuestros nuevos aviones”, razonó Hans Peter Michaelsen.
El vínculo entre Argentina y Dinamarca se mantendrá estrecho. No solo por la llegada de los aviones, que irán llegando por tandas, a través de los próximos años. La empresa danesa Terma es la encargada de la preparación operativa de las aeronaves, al añadir mejoras fundamentales en los “sistemas de guerra electrónica”.
