El último movimiento de Rosalía no ha pasado desapercibido para nadie, tampoco para el Ayuntamiento de Madrid. La artista sorprendió este lunes por la noche con un directo de Instagram donde se dirigía en coche hasta la Plaza de Callao. Allí le esperaban centenares de personas que causaron un atasco y varios problemas de circulación. Todo era un plan premeditado para promocionar su nuevo trabajo discográfico, Lux, previsto para el 7 de noviembre. Sin embargo, lo que muchos fans celebraron como un gesto espontáneo, podría acarrear consecuencias administrativas.
Según ha confirmado este martes, 21 de octubre, la portavoz del consistorio y delegada de Seguridad y Emergencias, Inmaculada Sanz, el Ayuntamiento está recabando datos para determinar si la cantante contaba con los permisos necesarios para realizar el evento. “Estamos solicitando toda la información porque no parece que hubiera una autorización expresa para la realización de ese evento como tal”, ha declarado Sanz ante los medios.
Desde el gobierno municipal se ha iniciado una investigación para esclarecer si Rosalía o su equipo tramitaron algún tipo de autorización previa. “Si se confirma que no se gestionaron los permisos correspondientes, actuaremos en consecuencia”, ha añadido la portavoz.
¿Qué ha pasado exactamente?
La artista llevaba semanas alimentando la expectación sobre la posible salida de su cuarto álbum. Tras dejarse fotografiar con una partitura en las calles de París, luego publicar la foto y explicar que era una que ella misma había compuesto, ha explotado todo. Las redes empezaron a realizar hipótesis y la catalana empezó a compartir más vídeos que nunca.
Hace 48 horas anunció que realizaría un directo en su perfil de Instagram al día siguiente, el 20 de octubre. Los seguidores no tardaron en unirse y ver a una Rosalía desenfadada, fumando al volante y entrando por Gran Vía en coche. Una vez allí, la cantante salió corriendo del coche, rodeada de fans y escoltas, para refugiarse finalmente en el hotel Vinci, situado en pleno corazón de Callao. Los fanáticos acapararon la carretera como si fuese peatonal, poniéndose en peligro.
La avalancha de personas impidió que se llevara a cabo ningún tipo de presentación pública. Ni actuación, ni discurso. Tras algunos minutos, Rosalía abandonó el lugar en el mismo vehículo con el que llegó, según fuentes policiales. El evento, pese a su fugacidad, provocó importantes alteraciones del tráfico y un gran dispositivo de seguridad improvisado.
Las cámaras municipales captaron el momento, y desde el Ayuntamiento se recalca que cualquier acto de estas características debe contar con aprobación expresa por razones de seguridad y orden público.
Las posibles consecuencias
A pesar de ser un evento esperado por muchos, la cantante podría enfrentarse a una sanción. El Ayuntamiento está analizando si se había comunicado a alguna de sus áreas como Seguridad, Movilidad o Cultura. El delegado de Movilidad, Borja Carabante, ha reconocido que en su área de Gobierno no consta que el equipo de la cantante hubiera solicitado permiso, según informa El Independiente.
Aun así, están revisando en “todas las oficinas de atención al ciudadano” por si se hubiera hecho. El problema se dará si definitivamente se confirma que no se había solicitado. En ese caso, el Ayuntamiento de Madrid iniciará “un expediente disciplinario que podrá conllevar una sanción por no pedir permiso por un evento que se celebra en la vía pública”.
Una sanción que Carabante no piensa que será grave, ya que el evento no contó con ningún escenario perjudicial ni se produjo “emisión de ruidos”: “por tanto, entiendo que no será una muy grave, pero desde luego tenemos que poner en marcha el expediente sancionador”.