El Banco Central (BCRA) analiza una flexibilización a la rígida exigencia de encajes. La misma fue dispuesta hace un mes, cuando el Gobierno dio el último torniquete al apretón monetario que ya había comenzado a poner en marcha semanas antes, en un intento por mantener bajo control el dólar en la previa de la elección bonaerense.
Tras la dura decepción del domingo, las autoridades económicas pusieron en marcha una estrategia de relajación, que se expresa en una menor tutela sobre el recorrido del billete y en la señal que el propio BCRA dio al bajar entre martes y miércoles del 45% al 35% la tasa que ofrece por tomar pesos del mercado mediante operaciones de repo.
Esa apuesta se consolidará en las próximas horas si la entidad que encabeza Santiago Bausili procede a modificar el régimen dispuesto el 5 de septiembre por la Comunicación “A” 8320, que obliga a los bancos a constituir a diario su posición de encajes -antes era de cumplimiento mensual-, exponiéndose a duras penalidades ante posibles incumplimientos, lo que los lleva a sobreintegrarla.
La adaptación bajo estudio permitiría que los bancos puedan integrarla en períodos de tres días y sin penalidad ante posibles desvíos, siempre que cumplan con un mínimo diario que rondaría entre el 80% y el 90% del porcentaje actual, según pudo establecer LA NACION en consultas con fuentes oficiales y banqueros.
Sin embargo, se mantendría el tope actual, que en promedio los obliga a mantener inmovilizados $53,50 de cada $100 que captan del público, el nivel más alto desde 1993.
El objetivo es permitir a los bancos una mayor flexibilidad en el manejo de la liquidez diaria y liberar algo de capacidad prestable, para evitar que sigan desalentando la demanda de crédito o dando de baja líneas, como ya sucedió en varios casos.
El stock total de crédito en pesos al sector privado ya dejó de crecer de manera genuina en el último mes (está congelado en torno a $78 billones), con un desplome de $9,4 a $7,7 billones en los desembolsos de adelantos en cuenta corriente de julio a la fecha, por ejemplo.
Según cálculos oficiales, la posición prestable del sistema había quedado reducida a apenas $4 billones con las normas actuales, cifra marginal para un sistema que había colocado $4,5 billones en promedio en nuevo financiamiento en pesos entre marzo y junio.
La readecuación fue evaluada en una reunión entre altos funcionarios del BCRA y representantes de los cuatro bancos privados locales más grandes, repitiendo un encuentro de tres semanas atrás, cuando habían presentado sus objeciones a la norma tan restrictiva. “Nos venían pidiendo que trabajemos de bancos y ahora no solo hacen todo para que no prestemos, sino que nos incitan a comprar títulos públicos, como hacían los otros”, se quejaron entonces los banqueros.
Pero la decisión final aún debe superar las prevenciones de la Casa Rosada sobre el daño que podría generar una mayor disponibilidad de pesos ociosos en el mercado, según pudo saber este medio.
Mientras tanto, el BCRA aprobó además, mediante la Comunicación “A” 8325, una flexibilización a la Posición de Contado en moneda extranjera que pueden tener constituida los bancos, al exceptuar del cómputo los créditos en moneda extranjera que logren captar del exterior (otras entidades, bancos multilaterales de desarrollo, agencias oficiales de crédito u organismos financieros internacionales), siempre que estén destinados a dar financiaciones locales en pesos con cobertura del riesgo cambiario.