Después de experimentar una leve caída en junio, el consumo masivo volvió a tener un desempeño positivo en julio, con una suba promedio del 3,1% frente al mismo mes del año anterior. En tanto, en la comparación intermensual, aumentó un 4%, y en el acumulado del año muestra un avance del 0,8%, según el informe de tendencias de consumo de la consultora Scentia.
Sin embargo, el comportamiento es dispar entre los distintos canales de venta. En julio, los mayoristas cayeron un 7% interanual y los supermercados de cadena, un 4,4%, mientras que el comercio electrónico registró una suba del 16,4%, seguido por kioscos y comercios tradicionales (9,2%), autoservicios independientes (2,7%) y farmacias (1,1%).
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Si se observa el acumulado del año, los supermercados retroceden un 5,4%, los mayoristas un 5% y los autoservicios independientes un 3,3%. En cambio, el e-commerce, kioscos y tradicionales y farmacias muestran resultados positivos: 9,7%, 8,6% y 5,8%, respectivamente.
De acuerdo con el informe, estas diferencias entre el canal moderno/mayorista y el resto se explican por varios factores. Por un lado, mencionan una mayor frecuencia de visitas con compras en pequeñas cantidades, facilitadas por la cercanía de los negocios de barrio, así como un mayor conocimiento de precios a partir de una inflación más acotada que da referencias más claras.
Por otro, señalan que parte del gasto se orienta a otros rubros como bienes durables, automotores o viajes, en detrimento del consumo masivo, a la vez que se redujo la compra de stockeo como mecanismo de resguardo del valor del dinero, práctica habitual en otras etapas de alta inflación.
Las canastas por rubro se movieron casi todas en terreno positivo en la comparación interanual –con la excepción de bebidas con alcohol, que cayó un 3,7%– y el precio promedio ponderado continuó su tendencia a la baja, alineado al Índice de Precios al Consumidor (IPC), con una variación interanual del 30,3%.
Año de recuperación
En los últimos días, la consultora NielsenIQ también dio a conocer los resultados de su estudio “Tendencias ARG H1 2025”, según el cual el consumo este año se recupera, pero con desafíos persistentes.
“El ingreso disponible de los hogares está mostrando una recuperación sostenida, debido a la baja de la inflación, estimándose que en una base de 100 puntos en enero de 2017 el año finalizará en 65 puntos y para diciembre de 2026, en 70 puntos, alcanzando niveles similares a los de 2023. Respecto de junio de 2024, se recuperaron 9 puntos, aunque continúa 11 puntos debajo de junio de 2023”, señala el trabajo, y destaca que, si bien todos los niveles socioeconómicos (NSE) recuperan ingresos en 2025, esa recuperación es parcial y desigual. “Mientras que los NSE altos y medios se proyecta que superen los niveles de ingreso de 2023, los NSE bajos quedarán rezagados”, agrega.
Además, advierte que los gastos en servicios del hogar (luz, agua, gas, internet, etc.) continúan ganando peso en el presupuesto familiar, lo que limita la recuperación total del ingreso disponible, especialmente en los sectores más vulnerables. Los servicios del hogar representaron un 18,2% del gasto total en junio de 2025, un aumento del 3,9% respecto de igual mes de 2023. Para los consumidores, los servicios son la primera prioridad de pago (79%).
“Tras la caída de la inflación, las principales preocupaciones para los consumidores siguen siendo los salarios y la falta de trabajo. El salario y las jubilaciones mínimas, así como la Tarjeta Alimentar, han tenido incrementos por debajo de la inflación”, continúa.
En paralelo, los sectores de mayores ingresos –cuyos salarios privados registrados logran empatarle a la inflación– impulsan el consumo de productos y servicios por fuera del consumo masivo. “La inflación baja, el dólar estable, la mayor financiación y la apertura de importaciones allanaron el terreno para la recuperación de la industria automotriz, los inmuebles, el turismo emisivo y los bienes durables, tras años en que esos sectores operaron por debajo del 50% respecto de 2017”, indica el informe.
“El consumo de bienes de consumo masivo (FMCG), aunque repuntará en los próximos años, seguirá por debajo de los niveles de 2023. En el primer semestre de 2025, la canasta FMCG muestra un crecimiento del 1,2%, tras una contracción del 16% en 2024”, apunta.
NielsenIQ proyecta que, con la recuperación de los salarios, el consumo de FMCG crecerá en volumen un 3% frente a 2024, aunque permanecerá muy por debajo de los niveles de 2023, incluso en 2026.
“Estamos viendo señales claras de recuperación macroeconómica en la Argentina, con una caída notable de la inflación y una reducción significativa de la pobreza. Estos indicadores son alentadores y reflejan un cambio de tendencia importante”, afirmó Solana Álvarez Fourcade, directora de Customer Success de NielsenIQ Argentina.
“Sin embargo, es crucial entender que la recuperación del consumo masivo avanza a una velocidad más lenta y que la presión sobre el ingreso disponible de los hogares, especialmente por el aumento del gasto en servicios, presenta desafíos que las empresas deberán monitorear de cerca para adaptar sus estrategias”, concluyó.