A medida que pasan los años, muchas mujeres buscan formas de rejuvenecer su imagen sin recurrir a procedimientos invasivos, especialmente cuando las líneas de expresión no son tan marcadas. En estas ocasiones, un buen corte de cabello puede ayudar a refrescar la apariencia del cutis, y uno de los estilos que más ha ganado popularidad es el bob francés, un look atemporal que favorece la textura y el volumen del cabello, además de restar años al rostro de manera sutil y elegante.
Según la revista Glamour, la versión francesa se caracteriza por ir ligeramente más corta que el bob clásico, justo por encima de la mandíbula, lo que ayuda a perfilar mejor los contornos faciales. Este estilo tiende a ser un poco más largo en la parte delantera que en la trasera, lo cual aporta un toque asimétrico muy favorecedor que se complementa con ondas suaves y textura, junto con un flequillo desfilado que llega justo a las cejas, nunca más abajo, para enmarcar las facciones y suavizar los rasgos.
Este tipo de corte destaca por aportar movimiento, ligereza y frescura, tres características esenciales cuando se busca un efecto rejuvenecedor. Además, los elementos que lo componen son capas interiores que aligeran sin deformar, texturización de las puntas que aporta dinamismo, y un desfilado invisible que elimina peso sin crear escalones visibles.
Una de las grandes ventajas del bob francés es su versatilidad. De acuerdo con la revista española Lecturas, este corte se adapta bien tanto al cabello fino como al grueso o rizado, no obstante, la recomendación general es consultar con un estilista profesional, ya que, aunque la textura sea compatible, la forma del rostro juega un papel importante.
Por ejemplo, Charo García, la directora de Ilitia Beauty Science, citada en la revista InStyle, advierte: “lo desaconsejaría en personas con rostros muy redondos, porque puede enfatizar ese efecto todavía más”. Además, aunque se puede adaptar a melenas rizadas, tampoco es lo más indicado en todos los casos: “no sería el peinado idóneo para patrones de rizo muy marcados porque no se apreciaría la esencia del corte”, puntualiza la experta.
Cómo peinar el bob francés
Aunque ofrece una estética muy favorecedora, el bob francés también requiere cierto mantenimiento y técnica al peinarlo. Rosa Roselló, directora de formación de Druni citada en Lecturas, aconseja aplicar un tratamiento en las puntas después del lavado o una crema de peinado para evitar el frizz, especialmente si el cabello tiende a encresparse. De igual manera, las planchas pueden ser una buena aliada para definir el estilo final.
En el caso de las melenas finas, que suelen carecer de volumen, lo ideal es emplear texturizantes o voluminizadores. Los expertos de la empresa especializada Druni sugieren aplicarlos en las raíces antes del secado, utilizando las yemas de los dedos para dar forma. Como truco adicional, se recomienda secar el cabello boca abajo y finalizar con un sérum para sellar las puntas y aportar brillo.
Dependiendo del tipo de cabello, este estilo también permite diferentes acabados, por ejemplo, puede peinarse con ondas suaves hacia adentro para darle un toque clásico, o despeinarlo ligeramente con los dedos tras aplicar un producto para lograr un look más desenfadado.
Un bob francés para cada rostro
Este corte también puede modificarse según la forma del rostro para lograr un efecto verdaderamente favorecedor y armónico. Su versatilidad permite que, con algunos ajustes en el largo, las capas y el flequillo, se adapte a diferentes proporciones faciales, resaltando lo mejor de cada tipo de rostro.
Para quienes tienen rostro cuadrado, caracterizado por facciones angulares y mandíbulas marcadas, se recomienda llevar un bob ligeramente más largo de lo habitual. Incorporar capas que vayan desde las mejillas hasta las puntas ayuda a suavizar la dureza de los contornos y da una apariencia más femenina y equilibrada. Según la revista Glamour, este estilo es ideal porque “es perfecto para aligerar las líneas duras de este tipo de rostro”.
En el caso de un rostro diamante, donde la frente y pómulos con más anchos que la zona de la barbilla, el corte bob francés debe adoptar una forma asimétrica. Lo más recomendable es que sea más corto en la parte posterior y más largo al frente, de modo que los mechones delanteros enmarquen el rostro con suavidad. Esto, además de atraer la atención hacia las facciones más atractivas, aporta volumen donde más se necesita.
Por último, Glamour explica que aunque el bob francés no siempre es la elección más intuitiva para un rostro redondo, puede adaptarse si se toman ciertas precauciones. Para evitar que el rostro se vea más corto o ancho se aconseja optar por una versión del corte ligeramente más larga de lo habitual. Además, el flequillo debe peinarse hacia los lados, en lugar de llevarlo recto y sobre la frente, lo cual permite crear un efecto de alargamiento.
Con las adaptaciones adecuadas, el bob francés tiene la capacidad de resaltar la belleza natural de cada tipo de rostro, ofreciendo una imagen más fresca, actual y juvenil.