La investigación por el crimen de Rosa Candela Santa María (24), encontrada muerta este sábado en su auto en la localidad de González Catán, partido de La Matanza, dio un giro en las últimas horas: la Policía de la Provincia de Buenos Aires descartó la hipótesis de robo e informó que allanó el domicilio del principal sospechoso, un joven de 20 años que se habría quitó la vida al verse acorralado por los efectivos. Los datos surgen del último parte difundido por la fuerza.
El hecho comenzó en horas de la madrugada cerca de la intersección de Coronel Ramos y La Bastilla, donde la víctima fue hallada sin vida dentro de su Fiat Cronos con una herida de arma de fuego en la cabeza.
Los familiares de Candela aseguraron desde el primer momento que la habían matado para robarle el celular y el dinero, y que la joven había sido traicionada por alguien conocido.
Un primo sostuvo en declaraciones públicas que habían identificado al autor a través de las cámaras de seguridad.
“Lo tenemos identificado y le pasamos la información a la policía. Le robó el celular y la mató. Seguro le robó plata. Es un fisura. Son todos fisuras. Mi prima era muy conocida. Le pidieron el auto por esta aplicación porque la conocían y le hicieron la cama. Se ve que estaban pasados de droga y la mataron. Fue entre la 1 y las dos de la mañana”, afirmó el familiar.
Sin embargo, la reconstrucción familiar acerca de un robo no coincidió con los datos relevados por los investigadores, que determinaron que la joven no se encontraba trabajando con la aplicación al momento del asesinato porque ya había apagado la plataforma antes del ataque. Así, pasaron a enfocar la investigación sobre el vínculo entre Candela y el principal sospechoso.
En el reporte policial, se confirma que el sospechoso tenía 20 años y era vecino de la víctima. Gracias al testimonio de testigos y a las tareas del Grupo Táctico Operativo, se acreditó su identidad.
Un allanamiento de urgencia en la vivienda del joven no permitió localizarlo ahí, y la búsqueda se desplazó hasta una casa en Virrey del Pino, en la que vivían familiares. Al verse rodeado, y en presencia de un vecino, R.A.L. se habría disparado con un arma de fuego.
Por pedido del fiscal Diego Rulli, de la UFI de Homicidios de La Matanza, las pericias en la escena quedaron a cargo de personal de la Policía Federal Argentina. Según informaron las fuentes a este medio, la investigación se centra ahora en tratar de entender la relación previa entre víctima y victimario.
Tras el crimen, familiares y allegados de Candela realizaron un corte en Ruta 3 para pedir justicia y exigir la captura del sospechoso, a quien señalaban también a partir de imágenes difundidas en redes. “Le robó el celular, no el auto, y la mató. Seguro le robó plata. Son todos fisuras. La conocían, se ve que estaban pasados de droga y la mataron”, dijo en esa manifestación un primo de la víctima.
Los investigadores ahora descartan, en base a testimonios y nuevas pruebas, que el ataque haya tenido como motivo un robo. En la causa figura el dato de que una testigo clave –ex cuñada del acusado– presenció el hecho, pero hasta el momento no se aclaró el contenido de su declaración ni su relación precisa con lo ocurrido.
La joven vivía en la zona oeste del Conurbano bonaerense y, según quienes la conocían, trabajaba como chofer de aplicaciones para poder pagar su auto. Sus allegados la definieron como una persona familiera, de muchos amigos y trabajadora.
En las redes sociales, Candela mostraba su gusto por las motos y por Boca Juniors. Sus amigos la despidieron con mensajes de dolor mientras aguardaba avances en la causa.
