El cuadro hallado en Mar del Plata fue trasladado: el autor está en debate, pero el expolio sería incuestionable

admin

En el cuarto piso del Palacio de Tribunales de la ciudad de Buenos Aires, detrás de puertas con acceso biométrico, cámaras y custodia permanente, descansa desde ayer Retrato de dama, un lienzo atribuido al maestro italiano Giuseppe Ghislandi (1655-1743) que desapareció durante la Segunda Guerra Mundial. La obra integraba la numerosa colección del galerista judío neerlandés Jacques Goudstikker, saqueada tras la invasión nazi a Países Bajos en 1940. Tras más de ochenta años de búsqueda, reapareció de manera inesperada en Mar del Plata, en la casa de Patricia Kadgien, hija de Friedrich Kadgien, jerarca nazi que se refugió en el país.

Ayer, una comisión encabezada por el comisario Roberto Varela, director de seguridad de la Corte Suprema, retiró la pieza de la ciudad balnearia. La operación siguió los protocolos de conservación requeridos: la obra fue examinada en el lugar, embalada en materiales neutros y protectores, envuelta en plástico de burbujas y espuma de poliuretano y asegurada en una caja de madera de alta resistencia. Durante el trayecto a Buenos Aires, se realizaron controles permanentes de temperatura y humedad para garantizar que ningún cambio ambiental alterara la pintura. Al llegar, el cuadro fue inspeccionado nuevamente y se redactó un informe técnico que certifica su integridad.

El camión que transportó la obra, custodiado por un vehículo de la Policía Federal, ingresó al Palacio de Justicia por la calle Tucumán y llegó al cuarto piso, donde lo aguardaban la directora de Bibliotecas de la Corte, Jessica Susco; la licenciada en conservación María de la Paz Podestá; y el director de Gestión Interna e Infraestructura, Sergio Romero, entre otros funcionarios.

El cuadro robado por el nazismo y encontrado en Mar del Plata quedó alojado en el Palacio de Tribunales, en custodia de la Corte Suprema

El juez federal marplatense Santiago Inchausti, a cargo de la causa que investiga el origen y la propiedad del cuadro, había resuelto a principios de septiembre que la custodia quedara en manos de la Corte Suprema “en la medida en que se trata de un delicado bien de altísimo valor histórico y cultural, que requiere especiales medidas de seguridad y preservación y que se halla sujeto a un proceso judicial en el que se entrelazan el derecho argentino y el derecho internacional, además de las relaciones diplomáticas con los países involucrados”.

La decisión de trasladar el cuadro está fundamentada en la acordada número 22/25 de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que en su anexo contiene el Reglamento de efectos secuestrados y bienes decomisados en causas penales. Si bien el cuadro quedará en custodia en la ciudad de Buenos Aires, la causa seguirá su curso en el juzgado de Mar del Plata.

Dudas sobre la autoría

La justicia ahora tendrá que determinar fehacientemente que la pieza secuestrada se trate del cuadro Retrato de Dama, como se dijo hasta ahora. Ya surgieron especialistas de arte en Italia que sostienen que el cuadro secuestrado no habría sido realizado por el pintor Giuseppe Ghislandi. Entre ellos, María Luisa Pacelli, directora de la Academia Carrara (institución que alberga la mayor colección de pinturas de Ghislandi), en Bérgamo, quien aseguró en el portal de noticias Bergamonews que la pintura “está presente en el catálogo general del artista Giacomo Ceruti, creada por Mina Gregori en 1982″. Pacelli además aclaró que el título de la obra no se trata, en realidad, de Retrato de dama (que representa a la condesa Colleoni), sino de Retrato de una dama con guantes y un libro, e informó que “se expuso en 1911 como obra de la escuela genovesa del siglo XVII y fue devuelta a Ceruti por Roberto Longhi, otro importante historiador de arte, en 1927″.

Especialistas estudian si “Retrato de dama”, que estuvo colgado en el living de la casa de una de las hijas del jerarca nazi Friedrich Kadgien, fue pintado por Ghislandi

En diálogo con LA NACION, el fiscal Carlos Martínez aseguró que “en la ciudad de Buenos Aires se van a realizar las pericias, que van a determinar precisamente la originalidad de la obra y también la autoría”.

“Por ahora solo sabemos, a través de medios periodísticos, que podría no ser de Ghislandi. A la fiscalía no llegó ninguna presentación formal ni nadie nos informó oficialmente sobre esa circunstancia. De cualquier manera, esto no modifica el fondo de la causa: haya sido pintada por Ghislandi o por otro artista, se trata de una obra expoliada al galerista neerlandés durante la Segunda Guerra Mundial”, comentó el fiscal.

El cuadro robado por el nazismo y encontrado en Mar del Plata quedó alojado en el Palacio de Tribunales, en custodia de la Corte Suprema

Annelies Kool y Perry Schrier, investigadores del patrimonio cultural de la Segunda Guerra Mundial de la Agencia del Patrimonio Cultural de los Países Bajos, habían señalado a LA NACION que la pintura “estaba registrada en un formulario de declaración justo después de la guerra, junto con una fotografía y el dato de que podría estar en manos de Friedrich Kadgien”. Por lo tanto, si las pericias concluyen que la obra corresponde a otro artista, sería ese formulario neerlandés el que presentaría el error de atribución.

Según declaró al diario neerlandés AD Paolo Plebani, conservador de la Academia Carrara de Bérgamo, “es posible que el propio Goudstikker atribuyera la pintura a Ghislandi”. Además expresó que es difícil de calcular el valor de la obra a través de una foto, pero que “podría alcanzar los 300.000 euros, quizás incluso más”.

Redescubierto recién en el siglo XX, Giacomo Ceruti (Milán, 1698-1767) es hoy una figura clave de la pintura lombarda del Settecento. Tras siglos de olvido, exposiciones en Florencia (1922), Milán (1953) y París (1961) devolvieron protagonismo a su obra. Aunque cultivó la pintura religiosa y el retrato, su sello distintivo fueron los grandes lienzos que muestran con sobriedad a mendigos y campesinos. Influido por Bernhard Keil, Pietro Bellotti y los grabados de Jacques Callot, Ceruti transformó la pobreza en su tema artístico. Sus series, a menudo encargadas por coleccionistas y familias acaudaladas, circularon por Europa y pasaron por atribuciones erróneas hasta su revalorización moderna.

Por su parte, el pintor Giuseppe Ghislandi (1655-1743), nacido en Bérgamo y procedente de una familia de artistas, también conocido como Fra Galgario, es uno de los mejores retratistas de la última etapa del movimiento barroco. Su formación estuvo a cargo de Giacomo Cotta y, después, de Bartolomeo Bianchini, con quien permaneció cuatro años. En 1675, tras viajar a Venecia, se ordenó como fraile en el convento de San Francesco di Paola. Salvo una breve temporada en Bérgamo, permaneció en Venecia hasta 1701. Ambos artistas fueron contemporáneos.

Deja un comentario

Next Post

Racing vs. Vélez, en vivo, por los cuartos de final de la Copa Libertadores

Racing juega con Vélez, desde las 19.01, el desquite de los cuartos de final de la Copa Libertadores. Una multitud recibe a Racing, en el Cilindro, en un partido histórico. Cualquier cosa puede ocurrir. Guillermo Barros Schelotto eligió a los siguientes jugadores para la formación inicial: Tomás Marchiori; Agustín Lagos, […]
Racing vs. Vélez, en vivo, por los cuartos de final de la Copa Libertadores

NOTICIAS RELACIONADAS

error: Content is protected !!