Todo está dado para que sea una fiesta. Franco Mastantuono, la joya surgida de River, que acaba de cumplir 18 años y por quien Real Madrid pagó 45 millones de euros, está preparado para debutar esta tarde en el Santiago Bernabéu. Sin embargo, en la previa del duelo ante Osasuna, lo deportivo quedó en un segundo plano: la polémica por su inscripción con ficha del filial acapara todos los titulares en la prensa española.
El tema parece, a primera vista, un tecnicismo. El futbolista fue presentado el jueves pasado como refuerzo del primer equipo, pero a la vez fue inscripto con una ficha de la filial, el Real Madrid Castilla, y el dorsal número 30. “Le pedí al presidente usar el 30, es un número especial para mí. Es el que usaba en River y quería seguir llevándolo. Por suerte, así se dio”, confesó el chico en su presentación.
Para el jugador, un detalle cargado de nostalgia. Para los abogados especializados en derecho deportivo, parte de un escenario “gris” en donde de acuerdo con cómo se lo interprete, el asunto puede convertirse en un escándalo jurídico.
Ocurre que la normativa de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) habilita que los futbolistas de un club filial puedan alternar con el primer equipo, siempre que sean menores de 23 años y cumplan con los requisitos administrativos básicos. A simple vista, Mastantuono ingresa en esa descripción.
Pero el problema está en la letra chica. El artículo 125 del Reglamento General prohíbe expresamente que el club filial sea utilizado para “eludir el espíritu de la norma”. Es decir, que la inscripción no sea una vericueto legal para liberar fichas en el primer equipo. Es en ese terreno pantanoso donde se entrecruzan las opiniones de expertos.
Miguel Galán, presidente del CENAFE (Centro Nacional de Formación de Entrenadores de Fútbol) y habitual denunciante en cuestiones reglamentarias, no dudó y calificó la maniobra “de mala fe”. “Durante la presentación oficial fue mostrado como jugador del primer equipo, pero el club lo registra en el Castilla con el único objetivo de esquivar la norma de dorsales del 1 al 25 y disponer de más margen para posibles fichajes”, disparó sin filtro.
En sintonía, subrayó que si Mastantuono llegaba a disputar minutos esta tarde, Osasuna tendría un plazo de 24 horas para denunciar “alineación indebida”. Y que en ese caso, el asunto podría transformarse en un “caso testigo” para el derecho deportivo español.
▪ «Si es alineado hoy, estaríamos ante una posible alineación indebida».
▪ «Osasuna, por coherencia jurídica, debe denunciar».@MiguelGalanCNFE explica en ElDesmarque el lío por la inscripción de Mastantuono con ficha del Real Madrid Castilla.
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— ElDesmarque (@eldesmarque) August 19, 2025
Qué dice la ley
El debate se apoya en tres artículos clave:
- Artículo 248: establece los requisitos básicos de cualquier alineación válida (inscripción vigente, licencia, edad, ausencia de sanciones).
- Artículos 250 y 251: regulan la posibilidad de que jugadores del club filial suban al primer equipo, con límites en la cantidad de partidos.
- Artículo 125: el más polémico. Sanciona cualquier inscripción utilizada “en fraude de ley”, es decir cuando se busca eludir el espíritu de las normas.
Así, mientras una lectura conservadora sostiene que Real Madrid no infringe ninguna regla —porque Mastantuono está correctamente inscripto en el Castilla y tiene licencia vigente para jugar en LaLiga—, la visión crítica del asunto alerta que se trata de “un uso instrumental del club filial”. Más claro: si Franco nunca va a jugar en el Castilla (lo que se presume que ocurra), su ficha en el filial carece de sentido deportivo y constituye un fraude.
La maniobra no es inédita. Vinicius Júnior, cuando llegó en 2018 por 45 millones de euros, debutó primero en el Castilla. Lo mismo sucedió con Rodrygo. Y no solo en el Real Madrid: Sevilla, Betis, Rayo Vallecano y otros tantos clubes inscribieron a refuerzos de primera línea en sus filiales para gestionar fichas y dorsales. En otras palabras, lo que está haciendo Real Madrid con Mastantuono se hizo frecuente en el último tiempo y hasta el momento nadie lo cuestionó.
La diferencia es que esta vez el protagonista es un chico que tiene todas las condiciones para convertirse en una de las grandes figuras del futuro inmediato del Real Madrid. Y, al mismo tiempo, el peso mediático que tiene cualquier cosa vinculada con uno de los clubes más importantes del mundo deriva en un tema que fácilmente acapara el interés de los medios.
El periodista Isaac Fouto lo resumió en la cadena española COPE: “Esto lo hacen todos los equipos. ¿Qué pasa? Que es menos mediático cuando lo hace Osasuna o el Levante con jugadores del filial que cuando lo hace el Madrid con un fichaje de 60 millones”. El trasfondo parece claro: lo que en otros clubes pasa inadvertido, en el club blanco se transforma en un tema de debate nacional.
La defensa del Real Madrid
En la Casa Blanca niegan cualquier riesgo. El club sostiene que la inscripción está avalada por los abogados y que no existe ninguna posibilidad concreta de sanción. La lógica es simple: la RFEF admite la movilidad filial-primer equipo y, en caso de ser necesario, siempre quedará en el mazo la carta de hacer jugar a Mastantuono en el Castilla para disipar sospechas.
Además, recuerdan que el propio jugador pidió el dorsal 30 por razones personales, y que utilizar la ficha del club filial era el camino más rápido para habilitarlo sin poner en riesgo la planificación de la plantilla principal. El DT Xabi Alonso lo dijo sin dudar en la previa: “Franco está listo para jugar. No hay ningún riesgo. Tenemos todo en regla”.
Surge entonces una pregunta inevitable: ¿qué pasaría si Osasuna decidiera presentar una denuncia? En lo formal, el club tendría 24 horas desde el final del partido para hacerlo. Pero en la práctica, todo indica que ese recurso no prosperaría. Primero, porque la propia RFEF tendría que demostrar que Real Madrid actuó con dolo, es decir, con intención explícita de burlar el reglamento. Y segundo, porque la práctica está extendida en el fútbol español y difícilmente un tribunal deportivo siente un precedente que complique a media liga. Y mucho menos si el afectado o “el caso testigo” es Real Madrid.
En ese sentido, la conclusión más repetida entre especialistas es que el recorrido jurídico es corto y que el “caso Mastantuono” hace más ruido en los medios que en los tribunales.
Más allá de lo que suceda con Franco, la polémica expone un problema estructural: el uso de los clubes filiales como herramienta administrativa más que deportiva. La figura del Castilla, históricamente concebida como un espacio donde se le da rodaje a los chicos surgidos del semillero blanco, corre el riesgo de convertirse en un simple artilugio burocrático para burlar las normas.