
El testimonio de Rúber Cubillos, padre de Caren Cubillos, una niña de 13 años reclutada por las disidencias de las Farc y fallecida durante un bombardeo militar en Guaviare, evidencia la tragedia del reclutamiento forzado de menores en el país. El relato, recogido por Los Informantes, expone el dolor y la impotencia de familias afectadas en zonas donde la presencia estatal es prácticamente inexistente.
Caren Cubillos vivía con su familia en un territorio indígena cercano a La Pedrera, en el Amazonas colombiano. Sus días transcurrían en un entorno rural marcado por la falta de servicios, el aislamiento y el riesgo constante por la presencia de actores armados no estatales. Según su padre, “mi hija era una muchachita muy alegre, hacía muchos tiktoks, tengo los tiktoks que aún ella grabó por ahí”, declaró al programa.
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A finales de 2024, Caren celebró su graduación de quinto de primaria y soñaba con continuar sus estudios para poder ayudar a sus padres. “El sueño de ella era tan bonito que siempre lo decía, que era algún día salir adelante y ayudarnos a nosotros como padres”, explicó Ruber Cubillos.
El reclutamiento: una práctica persistente
De acuerdo con el testimonio del padre, el 2 de enero de 2025, miembros de la disidencia de las Farc reclutaron forzadamente a Caren y a una compañera, práctica que, según denuncias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), afecta de manera especial a comunidades indígenas y afrodescendientes en Colombia. “La situación por el territorio donde vivíamos es muy difícil. No hay un respaldo de algunas entidades como para que esos jóvenes pudieran pensar en un futuro mejor”, relató Cubillos.

“Donde vivía mi hija es un territorio indígena… del Estado no, prácticamente nunca ha habido una presencia”, añadió Rúber, quien denunció que la llegada de los grupos armados al territorio fue progresiva y condicionó la vida de la comunidad: “Nosotros como indígenas nos sometemos a esa causa porque, pues, no hay una presencia del Estado, no hay un apoyo para un sostenimiento de la familia”.
Según Los Informantes, la mayor facción disidente de las Farc, llamada Estado Mayor Central y encabezada por alias “Iván Mordisco”, mantiene control en la zona desde 2021.
La muerte de Caren en Guaviare
La madrugada del 10 de noviembre de 2025 marcó el desenlace trágico. Según el Ministerio de Defensa, aviones de la Fuerza Pública bombardearon un campamento con 150 guerrilleros en Guaviare, en cuyo ataque fallecieron 19 integrantes, incluidos siete menores. El padre narró que se enteró por las redes sociales: “Son los menores de edad y en eso, pues, está mi hija. Me vinieron con la noticia de que mi hija estaba muerta”.
Caren tenía 13 años. Las autoridades entregaron su cuerpo a la familia después de siete días de espera frente a Medicina Legal en Villavicencio. El padre relató: “A mí me la entregaron ya dentro del cajón. Unas partecitas del resto de mi hija, envuelto en una bolsa”.

Peticiones desatendidas y denuncias sin respuesta
Cubillos explicó que la última vez que habló con su hija fue el 21 de junio de 2025, cuando Caren logró llamar desde una finca y le pidió ayuda para salir de las filas armadas: “Ella me pide la ayuda de que la saque y no, no pude. O sea, no pude sacarla ni aun pidiéndole ayuda al Estado. No logré hacerlo”, relató.
Informó que en octubre denunció el reclutamiento y proporcionó la ubicación y registros de las conversaciones con la menor. Luego de la denuncia, lo siguiente que supo fue la noticia del bombardeo y la muerte de Caren. “Hasta el momento de hace siete días que me entero que mi hija está muerta, pues aún no he superado tampoco eso. Y sí, me siento culpable por ese lado, de que no ayudé a mi hija a salir de allá”, confesó.
La postura oficial y el contexto del conflicto
El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, confirmó que existía una alta probabilidad de presencia de menores en el objetivo militar y defendió la operación alegando la amenaza inminente contra soldados desplegados en la zona.

La Defensoría del Pueblo y la ONU han reiterado que el reclutamiento forzado de menores constituye una violación al Derecho Internacional Humanitario. El Protocolo II de Ginebra prohíbe que menores de 15 años participen en hostilidades.
Más de 1.200 menores han sido reclutados en Colombia entre 2019 y 2024, según cifras de la ONU. La historia de Caren Cubillos se suma a una larga lista de víctimas de una práctica que sigue vigente en los territorios más olvidados por el Estado.
