El doble femicida fue imputado también de matar al remisero para robarle dinero y el auto con el que viajó a Córdoba

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Para la Justicia, Pablo Laurta mató al remisero Martín Palacio para quedarse con dinero y con su Toyota Corolla y evitar que, al denunciarlo por el robo, pudiera frustrar el plan que había pergeñado para asesinar a su expareja Luna Giardina, a su exsuegra Mariel Zamudio y secuestrar a su hijo, de seis años.

Ayer, por la tarde, Ministerio Público de Concordia acusó a Laurta por el homicidio criminis causae de Palacio, ocurrido entre el 7 de octubre a las 19.54 y el 8 de octubre, a las 3.

Por la mañana, cuando salía de la comisaría de Gualeguaychú, custodiado por varios efectivos, con un casco y chaleco antibalas, Laurta expresó: “Todo fue por Justicia”. La frase del acusado de los femicidios de Luna Giardina y Mariel Zamudio, en Córdoba, fue en respuesta a la pregunta de una periodista del Canal 9 Litoral.

Pablo Rodríguez Laurta al llegar a los Tribunales en Entre Ríos

Desde allí, Laurta fue trasladado a Concordia, cuyo departamento judicial tiene jurisdicción sobre el lugar donde ocurrió el primero de los tres asesinatos que le imputaron: el crimen del remisero Palacio.

Cuando llegaba al edificio donde funcionan las fiscalías y la Unidad Regional de Policía, Palacio expresó: “Hay que venerarlo; es un mártir”. Llevado casi en el aire por los uniformados, el acusado no agregó ni explicó nada más. Tampoco habló ante la fiscal que investiga el homicidio del remisero. Luego de reunirse con el defensor oficial decidió no responder preguntas y fue trasladado a un comisaría de Concordia donde no hay otros detenidos.

Laurta pasará aislado las próximas horas, hasta que la Justicia de Entre Ríos le dicte la prisión preventiva por el asesinato de Palacio y, posiblemente, mañana, se disponga el traslado a Córdoba, donde será indagado por los femicidios de Giardina y Zamudio.

De acuerdo con la imputación de los representantes del Ministerio Público, Laurta sería responsable del homicidio según el inciso 7 del artículo 80 del Código Penal que establece la prisión perpetua para quienes maten “para preparar, facilitar, consumar u ocultar otro delito o para asegurar sus resultados o procurar la impunidad para sí o para otro o por no haber logrado el fin propuesto al intentar otro delito”.

Si bien la autopsia determinó que el desmembramiento del cuerpo hallado en la zona de Estación Yeruá fue post mortem, una serie de elementos incorporados en el expediente abonaron la presunción que existió una muerte violenta y que la víctima sería el remisero Palacio.

Para saber cuál fue la mecánica de la muerte falta encontrar las otras partes del cuerpo que fue descuartizado, aunque, los investigadores presumen que Palacio habría sido asesinado de un balazo o de un fuerte golpe en la cabeza.

Las pruebas que fundaron la imputación contra Laurta fueron las grabaciones de las cámaras de seguridad de la estación terminal de ómnibus de Concordia del 7 de octubre, a las 19.54, que registraron el momento en que el acusado abordaba el Toyota Corolla blanco de Palacio y las imágenes de la estación de servicio de San Salvador, en Entre Ríos, a las 3, el 8 de octubre.

Luna Giardina, Mariel Zamudio y Sebastián Palacio, las víctimas de Pablo Laurta

En esa última grabación quedó registrado el momento en que Laurta, sin Palacio, carga combustible al Toyota Corolla blanco. El playero de la estación de servicio de San Salvador, reconoció a Luarta. Dijo que estaba solo y que no parecía violento. Aunque recordó que el acusado estaba apurado. “Pidió que le cargué $ 25.000 de nafta. Pagó en efectivo y se fue”, expresó el playero.

Los investigadores policiales y judiciales estiman que Laurta mató a Palacio, entre el 7 de octubre a las 19.54 y el 8 de octubre, a las 3, cuando cargó combustible. En esas siete horas, habría recorrido 32 kilómetros desde Concordia hasta Estación Yeruá, donde habría matado a Palacio y descuartizó el cuerpo para evitar que lo identificaran.

Luego, con el Toyota Corolla del remisero y el dinero que le habría pagado por el viaje para el que lo contrató, Laurta emprendió el trayecto rumbo a Córdoba para concretar su plan criminal: matar a su exnovia, a la madre y secuestrar a su hijo. En el camino, cargó combustible en San Salvador, Entre Ríos.

Ante el hallazgo de la billetera del remisero con manchas de sangre en el hotel de Gualeguaychú, los detectives de la policía de Entre Ríos abonaron la presunción que indicaría que Laurta mató a Palacio para robarle su Toyota Corolla y el dinero que le pagó por el viaje.

Con parte de ese dinero, aproximadamente $ 862.000 Laurta le pagó al taxista que lo llevó desde la terminal de ómnibus de Córdoba hasta Gualeguaychú, en Entre Ríos. La ruta de escape que había planificado el doble femicida apuntaba, originalmente, a abordar un ómnibus desde Córdoba hasta Concordia, pero debido a que el DNI del niño quedó en la escena del doble femicidio, los inspectores de la empresa de ómnibus no lo dejaron abordar el colectivo con el pequeño.

“Por un largo tiempo no la vas a ver más a tu mamá, nos va a dejar tranquilos”, expresó Laurta, según el taxista que, lo trasladó en un viaje de ocho horas.

El conductor, en declaraciones al canal LN+, explicó que el destino inicial era Concordia, pero a la altura de Paraná, Laurta decidió cambiar a Gualeguaychú. El motivo que dio fue que “los amigos lo clavaron”. Durante el trayecto, el pasajero insistió en que “tuvo problemas con la madre del niño” y mencionó varias veces la mala relación con [Luna] Giardina.

Cada vez que Laurta se refería a la madre del niño era con insultos y reproches. Aunque después de cada frase, “decía otra cosa para tapar y disimular el insulto”, expresó el taxista, quien sintió que había algo más detrás de esas palabras, aunque no intervino.

El momento del arresto de Laurta

El chofer, que pidió no ser identificado por una cuestión de seguridad, expresó que, al día siguiente de llevar a Laurta y al niño hasta Gualeguaychú y dejarlo a una cuadra del hotel en el que el acusado fue detenido, observó al pequeño en el alerta Sofía y avisó a la policía de Córdoba.

En el viaje, el menor, que esta semana cumplió seis años, se descompuso. Tuvo vómitos y fiebre. El taxista ofreció detenerse en un centro médico, pero Laurta se negó y dijo que era normal que el niño se descompusiera por el traslado.

El temor del taxista aumentó cuando se confirmó que el hombre con el que compartió un viaje de ocho horas, había incendiado el Toyota Corolla que le robó a un remisero en Concordia.

Un testigo vio a una persona con las características físicas de Laurta cuando abandonaba el mencionado vehículo, el 9 de octubre pasado. En tanto que una cámara de seguridad, en Córdoba, registró cuando Laurta incendió el Toyota Corolla blanco. La necesidad del ahora detenido por descartar el vehículo derivó en un incendio que afectó a otros doce automóviles que estaban estacionados a pocos metros.

Para entonces, la policía de Entre Ríos había comenzado a investigar la denuncia por averiguación de paradero radicada por la familia de Palacio. Así se determinó que el celular del remisero se activó por última vez el 7 de octubre a la noche en una antena que realiza el servicio de telefonía móvil en la zona de Concordia y Estación Yeruá.

A partir del seguimiento de la geolocalización del teléfono de Palacio, los policías determinaron que, después de salir de Concordia, el chofer, con Laurta como pasajero, recorrió poco más de 32 kilómetros hasta Estación Yeruá. Allí, se registró la última actividad del celular de Palacio y se había concretado el homicidio.

Siete horas después, Laurta recorrió 30 kilómetros hasta San Salvador y cargó combustible, para seguir el trayecto hasta el barrio Villa Serrana, en Córdoba, donde, el sábado por la mañana, asesinó a Luna y a Mariel.

El auto de Pablo Rodríguez Laurta fue localizado en Salto, Uruguay

Después de matar a su exnovia y a su exsuegra, secuestró a su hijo y llamó a un taxi para que lo traslade hasta la estación terminal de ómnibus. Según fuentes policiales, usó su celular para llamar al taxi.

En un trabajo en conjunto con los policías de Entre Ríos, los investigadores de la fuerza de seguridad de Córdoba siguieron la pista del titular de ese teléfono hasta Gualeguaychú. Esta línea de investigación fue reforzada por el aviso realizado por taxista que llevó al femicida desde Córdoba hasta Entre Ríos.

En las últimas horas, los policías de Salto, Uruguay, encontraron el automóvil Lifan, con patente de Montevideo que pertenecería a Laurta. El vehículo estaba oculto en un paraje conocido como Corralito, en Uruguay. Allí lo dejó Laurta para abordar una canoa con la que cruzó el río Uruguay en una angostura de 800 metros, para llegar a Puerto Yeruá, en Argentina.

Desde allí se trasladó 40 kilómetros hasta Concordia, donde pasó tres días alojado en un hotel hasta que contrató a Palacio para el viaje hasta Córdoba. Aunque en el trayecto, Laurta, consideró que el remisero podría frustrar su plan criminal para asesinar a su exnovia y a su exsuegra y mató a Palacio para robarle el dinero con el que le había pagado el viaje y el auto.

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