El pase de Maximiliano Salas de Racing a River sigue aportando capítulos ruidosos a una novela que tuvo mil versiones y varios villanos, según la óptica desde donde se la mirara. Un día después de la catarsis hecha por el delantero en sus redes sociales, donde se despidió de la Academia con un mensaje en el que cuestionaba el accionar de los dirigentes del club de Avellaneda, este viernes fue el turno de la esposa del delantero, Magalí Arena, que se despachó con todo y defendió a su marido.
A medida que la posibilidad de una transferencia de Salas a River fue cobrando forma, comenzaron a salir a la luz detalles y versiones sobre el tema. Y cuando se confirmó que el atacante ejecutaría la cláusula de rescisión -algo que entre clubes del fútbol argentino no se hacía por un tácito acuerdo entre dirigentes-, la cuestión explotó. El primero en hablar fue Diego Milito, que dijo que tenía todo acordado con Salas para una mejora de contrato; luego fue el turno de Stéfano Di Carlo, secretario general de River y candidato a presidente, que desmintió al titular de Racing. Y finalmente apareció Salas.
“Desde muy chico me hice sólo, nadie me regaló nada. Lo logré con sacrificio y con trabajo. Cuando llegué a Racing lo hice libre, con el pase en mi mano. El contrato que tuve hasta hoy es el mismo que firmé en ese momento y nunca me dieron nada extra, NUNCA. Ya con la nueva dirigencia, REITERADAS veces mi representante se acercó a pedir se me actualice mi salario y me dijeron ‘siga demostrando’. Eso de que ‘nunca nos poníamos de acuerdo’ es totalmente mentira. Nunca me quisieron aumentar un solo peso y para mí eso también fue una DESILUSIÓN, utilizando la misma palabra que el Presidente de Racing calificando la situación. Jamás le di mi palabra a nadie, ni tampoco la mano. ESO ES ABSOLUTAMENTE FALSO.“, fue el pasaje más fuerte de la despedida del jugador.
Este viernes, quien se sumó a dejar su versión sobre el tema fue Magalí Arena, la pareja de Salas. “Buen padre, buen amigo, buena persona! Los que te conocemos lo sabemos bien! Quedate tranquilo que te vas por la puerta grande con dos copas internacionales y dejando al club más de 9 palos limpios!”, comienza su descargo la mujer. Y después arremete: “No saliste del [predio] Tita, ni sos hincha de Racing, ya cumpliste, dejaste la vida en cada partido porque huevos te sobran!! ‘Seguí demostrando’ que lo mejor está por venir”.
Todo comenzó cuando River todavía estaba disputando el Mundial de Clubes en los Estados Unidos. Marcelo Gallardo intentaba buscar soluciones para afrontar la Copa Libertadores y el torneo Clausura 2025. La salida intempestiva de Franco Mastantuono a Real Madrid le trastocó los planes. Y allí fue cuando, luego de analizar el cuadro de situación, decidió volver a la carga por Maxi Salas, quien había llegado a un acuerdo de palabra para renovar su contrato con Racing. “No seamos hipócritas. Todos llaman a los jugadores. Además, yo tengo que hacer lo lógico. ¿Cómo entablo una negociación o pido un jugador si no quiere venir? Primero tengo que llamar al futbolista y preguntarle, transmitirle mi deseo de contar con él y él después me dirá si le interesa jugar en River o no…“, había dicho Gallardo en una charla con ESPN desde los Estados Unidos. Y hasta había agregado: ”Yo juego al paddle con Milito… Si llega a estar enojado me llama y me pregunta o me lo dice».
Pero Diego Milito, presidente de Racing, le contestó también con dureza a Gallardo y la dirigencia de River: “Con Salas teníamos todo arreglado.Estaba feliz de continuar en Racing. Después, hubo un llamado que lo hizo dudar”, dijo en una nota con TyC Sports. Y agregó: “Notificó que va a ejecutar la clausula de rescisión con Racing. Borrón y cuenta nueva. La palabra es decepción”, continuó su exposición el dirigente. Y fue más allá con sus revelaciones: “Sobre todo con River como institución, con su presidente [Jorge Brito], con su dirigencia, porque no pudieron honrar su palabra. Hace más de un mes hablamos y me dijeron que esta situación no iba a suceder, que por el pacto que existe en nuestro fútbol no iban a ejecutar la cláusula, pero no pudieron sostener su palabra”. Y también criticó a Gallardo: “Al entrenador de River no lo veo hace más de un año. Entiendo que llamar a los futbolistas es una práctica habitual de él. Sé que no es el único, lo cual no significa que esté bien. Yo no lo haría. Sobre todo con un jugador con el que teníamos todo arreglado para que siga. Pero cada uno actúa de la manera que lo siente“.