Edgardo Fernández estaba en su domicilio en la ciudad de Buenos Aires cuando uno de sus empleados que se encontraba en su fábrica del polígono industrial de Carlos Spegazzini, Ezeiza, le notificó que un feroz incendio irrumpió con la tranquilidad de la ciudad y destrozó el lugar. Su establecimiento físico, dedicados a ensayos para autos especiales, había sufrido un descalabro: roturas de vidrios y puertas, temblores y destrozos por doquier.
Fernández explicó a LA NACION que al recibir el llamado salió disparado hacia la fábrica y se informó sobre la explosión en su auto, mientras viajaba. Allí vio las impactantes imágenes de las llamas, que para ese entonces ya habían alcanzado dos plantas, y, en cuestión de minutos, lo evidenció con sus propios ojos: “Fue impresionante. Da la sensación de que acá hubo un terremoto. Está todo caído”.
Detalló que lo que más le sorprendió fue la gravedad de los daños. “Se rompió absolutamente todo”, enfatizó y contó que cuando llegó encontró todos los elementos desparramados por la fábrica, roturas de vidrios que estallaron, portones desquebrajados y hasta la puerta de un baño completamente salida, como si hubiese sido arrancada.
Fernández aseguró que su empleado, que era el único que estaba en la fábrica al momento de la explosión, estaba completamente en shock y que la onda expansiva lo dejó atónito. “Lo primero que hice fue agarrar el auto y venir. Decidimos quedarnos toda la noche acá. Esto es todo muy difícil de dimensionar. Estamos muy preocupados”, expresó.
Su fábrica no fue alcanzada por el fuego pero sufrió daños impresionantes. “Nosotros estamos a 100 metros de las llamas. El incendio empezó en el frente del parque y atrás no había nadie. Todos los bomberos habían quedado adelante. Por suerte apagaron la propagación a través de una calle intermedia, sino hubiese seguido”, afirmó.
Es uno de los primeros empresarios que llegó al polígono industrial, allá por 2015. Cuando arribó a la zona había apenas dos o tres empresas que estaban instaladas y fue protagonista de su crecimiento hasta convertirse en uno de los polos productivos más importantes de la zona sur del Gran Buenos Aires. Con diez años en el parque, Fernández sostuvo que nunca vio un incendio de tal magnitud y que, por tal motivo, quedó completamente sorprendido. “No hay ningún antecedente de algo así”, remarcó con perplejidad.
En el polígono también se encuentran otras firmas como Iron Mountain, Marblock, Vesprini y Envases Plásticos Lago, Sinteplast, Chemotecnica y muchas vinculadas a la Cámara de la Industria Argentina de Fertilizantes y Agroquímicos (Ciafa), entre otras. Hoy, el sitio se destaca por sus accesos y conectividad que resultan fundamentales para las empresas, trabajadores y logística. Tiene colección con la Autopista Ezeiza–Cañuelas, que conecta a la ciudad de Buenos Aires con el interior del país a través de la Ruta Nacional 3 y se encuentra cerca del Aeropuerto Internacional de Ezeiza (EZE), lo que se destaca como un gran beneficio logístico para las empresas con operaciones de importación y exportación.
