
El secretario de Defensa dijo que el ataque más reciente fue en el océano Pacífico el miércoles, dos días después de la serie de ataques más mortíferos de una campaña que ya lleva semanas en Latinoamérica.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, anunció que el ejército había matado el miércoles a otras cuatro personas acusadas por el gobierno de Donald Trump de traficar con narcóticos por mar, mientras la campaña letal del gobierno seguía expandiéndose.
Hegseth dijo en las redes sociales que el ataque tuvo lugar en aguas internacionales y se dirigió contra una embarcación que, según dijo, era operada por una «organización designada como terrorista» en el este del océano Pacífico.
El ataque del miércoles se produjo dos días después de la serie de ataques más mortíferos de los que se tiene conocimiento desde que el presidente Trump dio autorización al ejército para que comenzara a atacar a personas a bordo de embarcaciones en los mares de América Latina el mes pasado. El lunes, dijo Hegseth, murieron 14 hombres en tres ataques contra cuatro embarcaciones. En total, más de 60 personas han muerto en la campaña estadounidense.
El presidente ha calificado a varios cárteles de la droga de «narcoterroristas», los ha puesto en la mira y sostiene que ahora son combatientes enemigos a quienes se puede matar a voluntad.
«El hemisferio occidental ya no es un refugio seguro para los narcoterroristas que traen drogas a nuestras costas para envenenar a los estadounidenses», dijo Hegseth en su mensaje en las redes sociales. Dijo que el Pentágono «seguirá persiguiéndolos y eliminándolos dondequiera que operen».
El anuncio del secretario de Defensa estuvo acompañado de un video de 22 segundos de una embarcación que aparentemente fue alcanzada y quedó envuelta en llamas.
Hegseth no proporcionó detalles geográficos, más allá de decir que los ataques tuvieron lugar en el este del océano Pacífico. Tras lanzar una serie de ataques en el mar Caribe, cerca de la costa de Venezuela, el gobierno de Trump ha ordenado más recientemente al ejército estadounidense que ataque barcos en el Pacífico oriental, frente a la costa de Colombia.
Una amplia gama de expertos externos en las leyes que rigen el uso de la fuerza armada han dicho que la campaña es ilegal porque el ejército no está autorizado a atacar deliberadamente a civiles –ni siquiera a sospechosos de delitos– que no participen directamente en hostilidades armadas. Pero el gobierno de Trump ha afirmado que el presidente tiene potestad para «determinar», sin autorización del Congreso, que los cárteles de la droga y quienes trabajan para ellos son combatientes enemigos.
Trump ha afirmado falsamente que cada barco destruido salva 25.000 vidas estadounidenses. En realidad, hasta 100.000 estadounidenses mueren cada año por sobredosis de drogas, pero la mayoría de esas muertes son consecuencia del fentanilo, que procede de laboratorios de México. Sudamérica produce cocaína.
El último golpe se produjo cuando un número cada vez más grande de senadores republicanos han expresado en privado su malestar por haber quedado al margen de las deliberaciones del gobierno. Algunos han mostrado su disposición a respaldar leyes que obliguen al gobierno a solicitar la aprobación del Congreso antes de proseguir con nuevos ataques. También ha aumentado la preocupación entre los legisladores por la posibilidad de que el gobierno amplíe su campaña para incluir ataques contra objetivos terrestres en Venezuela.
Con el fin de abordar las preocupaciones sobre la ampliación de la campaña militar, los funcionarios de seguridad nacional celebraron el miércoles una reunión informativa para senadores republicanos sobre los recientes ataques, lo que suscitó las críticas de los demócratas, quienes han presionado repetidamente para que se justifique legalmente la campaña.
El senador Mike Rounds, por Dakota del Sur, miembro republicano de los Comités de Inteligencia y de Servicios Armados que ha instado al gobierno a tomarse en serio la supervisión del Congreso, dijo que no se dio cuenta de que no se incluiría a los demócratas en la reunión clasificada hasta después de que comenzó.
«Hubiera preferido que fuera bipartidista, que es como solemos hacer las cosas en Inteligencia y también en las Fuerzas Armadas», dijo.
El jueves, está previsto que funcionarios del Pentágono celebren sesiones informativas para demócratas y republicanos que forman parte de la Comisión de las Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes, según dos personas familiarizadas con los planes, que hablaron bajo condición de anonimato para poder discutirlos.
Mark Warner, senador por Virginia y principal demócrata en el Comité de Inteligencia, dijo en una declaración que excluir a «la mitad del Senado» de la sesión informativa del miércoles era «indefendible y peligroso». Añadió que el secretario de Estado Marco Rubio, quien también ejerce de asesor de seguridad nacional, se había comprometido recientemente a proporcionar a los senadores la justificación de los ataques por parte de la Oficina de Asesoría Jurídica del Departamento de Justicia.
El senador Mark Kelly, demócrata por Arizona y miembro de los Comités de Servicios Armados y de Inteligencia, dijo el miércoles que se le había incluido en una sesión informativa anterior de funcionarios de la Casa Blanca y del Pentágono, pero que estos no proporcionaron una explicación jurídica clara. «Se hicieron un lío e intentaron explicar por qué es legal hacer esto», dijo.
El senador Jim Risch, por Idaho, presidente republicano de la Comisión de Relaciones Exteriores y miembro de la Comisión de Inteligencia, señaló que era una práctica habitual que los funcionarios informaran a los miembros por separado, según el partido. «Estoy seguro de que la otra parte puede conseguir lo mismo», añadió.
Pero Kelly rechazó ese razonamiento.
«Hablamos de nuestra seguridad nacional», dijo. «Hablamos de la seguridad de nuestros miembros del servicio, y de cuándo decidimos ponerlos en peligro y de la posible escalada hacia una guerra con Venezuela. Eso nunca ha sido una cuestión partidista, y espero que no empiece con esto».
Eric Schmitt, Charlie Savage y Megan Mineiro colaboraron con reportería.
Helene Cooper
es corresponsal del Pentágono para el Times. Antes fue editora, corresponsal diplomática y corresponsal en la Casa Blanca.
Robert Jimison
cubre el Congreso para The New York Times y se enfoca en temas de defensa y política exterior.
Eric Schmitt, Charlie Savage y Megan Mineiro colaboraron con reportería.
