El Ejército de Israel ha descartado este miércoles que el ataque perpetrado contra efectivos de la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano (FINUL) fuera «intencionado» y ha asegurado que el objetivo del mismo era «desmantelar y eliminar una posible amenaza» en la zona.
«Ayer, tropas estacionadas en un puesto avanzado en el sur de Líbano detectaron actividad sospechosa en la zona. En respuesta, la fuerza desplegó varias granadas aturdidoras en las inmediaciones para desmantelar y eliminar la posible amenaza. No se reportaron víctimas», ha asegurado Nadav Shoshani, portavoz del Ejército, en un comunicado.
Así, ha explicado que «varios soldados de la FINUL que se encontraban realizando operaciones la zona informaron de que se habían registrado disparos». «Hemos analizado este incidente para poder dar una aclaración», ha apuntado el portavoz, que ha recalcado que «no se registró fuego intencionado alguno dirigido al personal de la FINUL».
«La seguridad de nuestros civiles y fuerzas de seguridad sigue siendo la máxima prioridad para nosotros. Las Fuerzas de Defensa de Israel seguirán operando para eliminar cualquier amenaza para el Estado de Israel», ha explicado, después de un ataque que la propia FINUL ha descrito como «uno de los más graves» contra su personal desde el alto el fuego en Líbano.
Este incidente tuvo lugar apenas unos días después de que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas renovara –pese a las suspicacias de Estados Unidos e Israel– el mandato de la FINUL hasta finales de 2026, cuando tendrá un año de plazo para su retirada del país, donde hay alrededor de 11.000 militares desplegados, de los cuales alrededor de 700 son españoles.
Israel ha lanzado decenas de bombardeos contra Líbano a pesar del alto el fuego de noviembre de 2024 argumentando que actúa contra actividades del partido-milicia chií Hezbolá y asegura que, por ello, no viola el pacto, si bien tanto Beirut como el grupo se han mostrado críticos con estas acciones, igualmente condenadas por Naciones Unidas.