La vida de los migrantes no es sencilla. Empujados por la necesidad o por el deseo de forjarse un mejor futuro, muchos dejan en su tierra natal a sus afectos. Ese fue el caso de Karina Ramos, una mujer que después de vivir durante 13 años Estados Unidos, decidió regresar a El Salvador para reencontrarse con su padre, quien atraviesa un delicado estado de salud. “Es lo único que me importa”, afirmó.
Una vida lejos de El Salvador y su familia: “Llegué sola a Estados Unidos”
Karina emigró a Estados Unidos en diciembre de 2012. En un video que compartió en TikTok @karinaramoslpz, contó que se fue de su tierra natal, El Salvador, con la esperanza de comenzar una nueva vida en EE.UU. Allí se casó y tuvo a sus tres hijas. Sin embargo, siempre sintió que una parte de su corazón se había quedado en su país.
“Mi padre últimamente tiene muchos problemas de salud y ahora tiene una enfermedad bastante complicada”, comentó.
Esta situación la obligó a reevaluar sus prioridades. “Llegó un momento en que mi estabilidad emocional era demasiado preocupante porque quería estar cerca de él, quería verlo”, señaló. De esa manera, decidió que era tiempo de volver a armar las valijas y regresar a El Salvador.
La salud de su padre y el deseo de volver a verlo: de EE.UU. a El Salvador
Frente a la incertidumbre, Karina eligió volver a su país natal para ver a su padre. Necesitaba estar cerca de él y de sus afectos. “Por fin me decidí a regresar”, indicó.
A diferencia de su viaje de 2012, esta vez no viajó sola: sus tres hijas la acompañaron. “Le dije a Dios: ‘Si me lo dejas unos días, yo quiero estar con él. Quiero compartir con él. Quiero volver a verlo y volver a abrazarlo’. Y Dios me lo permitió y aquí estamos”, contó.
Sin dudarlo, se mudó junto a sus hijas y todas dejaron atrás su vida en Estados Unidos. «Fue un proceso un poco complicado al principio porque te ganan los nervios y la ansiedad”, reconoció.
En el aeropuerto, mientras esperaba para abordar el avión que la devolvería a El Salvador, la mujer se mostró agradecida por las oportunidades que había tenido en EE.UU.: “Fue el mejor país en el que pudimos estar, fue un país de bendición y de mucha provisión”.
La llegada a El Salvador y el reencuentro con su padre
El impacto del reencuentro con su padre fue profundo y difícil de poner en palabras. “Esta es una de las partes más íntimas de mi vida que les estoy mostrando acá”, explicó sobre el video que la muestra correr por el aeropuerto hasta fundirse en un abrazo con su padre, quien la espera emocionado en su silla de ruedas.
“Mi familia y el momento en que vi a mi padre de nuevo, no sé cómo explicarlo. Se me hace difícil que puedan entender el sentimiento que viví”, expresó, todavía afectada por el recuerdo de aquel instante tan ansiado.
A pesar de las limitaciones físicas de su padre y de su estado de salud deteriorado, Karina valoró poder compartir nuevamente tiempo con él. “Tal vez, él no pudo abrazarme como yo hubiera querido, de pie, pero está con vida, está bien. Es lo único que importa”, concluyó.