El aire en Turquía se cargó de tensión cuando Mauro Icardi oyó lo que nunca pensó escuchar: las palabras de Wanda Nara recorrieron miles de kilómetros y lo alcanzaron en su rutina profesional. El futbolista, desconcertado y visiblemente molesto, se sumergió con sus abogadas en las últimas novedades: evalúa demandar a la empresaria tras la polémica entrevista con Grego Rosello.
Todo estalló luego de una emisión de DDM (América), donde la conductora Mariana Fabbiani comenzó el ciclo soltando la primicia, ante la mirada atónita de sus panelistas. “Aparentemente, y esto es de último momento Icardi, junto con sus abogadas, está evaluando iniciar una demanda por dicha nota”, anunció en vivo, al sembrar inquietud entre sus colegas.
El periodista Guido Zaffora desenterró más detalles sobre la incomodidad del delantero. No fue la curiosidad lo que empujó al futbolista hacia el conflicto, sino el eco de las palabras polémicas. “Mauro Icardi no vio la nota anoche, sino que hoy las abogadas le pasaron los textuales polémicos de la hermana de Zaira Nara, y por eso él estaría a punto de iniciar una demanda por hostigamiento”, recalcó el panelista, al subrayar el impacto que tuvieron esas declaraciones en el círculo íntimo del jugador.
Pero el malestar de la estrella del Galatasaray no surge solo a partir de la reciente charla que la próxima conductora de Masterchef sostuvo con Grego Rossello. El enojo creció, según aclaró el panelista, por el historial de comentarios que Wanda habría realizado: “No tiene que ver con lo que pasó en la nota, sino por todo lo que estaría diciendo Wanda con respecto a su relación con la China, y sobre todo con el tema de su genitalidad”, remarcó.
En el ciclo repasaron los pasajes de la entrevista que más habrían herido al futbolista. “Me enteré lo de la China revisando el teléfono”, expresó Wanda, al relatar supuestamente cómo descubrió el affaire. Se habló, también, del aislamiento social de Icardi, la suposición de que no tendría verdaderos amigos y el argumento más delicado: su intimidad expuesta sin anestesia.
“Ayer usaron un nuevo verbo… el cacheteo”, sorprendió Zaffora, haciendo alusión a la supuesta manipulación de las partes íntimas de Icardi para una foto que divulgó la China Suárez en sus historias de Instagram La conversación giró en torno a ese instante de morbo mediático, al instalar el término en el centro de la polémica.
¿Era ese el límite? Wanda pareció desafiarlo durante el reportaje. “Está bien, si va a salir y lo va a ver tanta gente”, sostuvo con desenfado ante la consulta sobre la fotografía en cuestión. Y fue más allá, al negar cualquier espontaneidad en la escena: “Imaginate que cachetee muchos años eso”, disparó sin dudar y entre risas la empresaria, al avivar el escándalo y alimentando el enojo del futbolista.
Ahora Mauro, con el respaldo de sus abogadas y a la distancia, afila la estrategia legal. El cuadro se completa con un trasfondo de tensiones irresueltas, frases que duelen y una disputa que promete seguir creciendo. ¿En qué punto el límite entre lo privado y lo público deja de existir? El fútbol se juega en la cancha, pero la vida –y sus conflictos– siguen desplegándose fuera de ella.
Por su parte, la conductora no pierde oportunidad de dejar en claro que sus prioridades pasan por la familia y el trabajo. Sin embargo, en los últimos días, una figura comenzó a cobrar protagonismo en su entorno y los rumores no tardaron en crecer: Martín Migueles, su vecino en Nordelta y su entrenador personal, parece estar cada vez más cerca de su corazón.
Los comentarios se intensificaron después de la reciente aparición mediática de Wanda en uno de los eventos musicales del año. En el recital de Lali Espósito en el estadio de Vélez Sarsfield, fue vista muy bien acompañada por Migueles. La imagen dio vueltas en redes y paneles. No era la primera vez que compartían un evento: el sábado por la noche, Martín había asistido junto a Wanda al cumpleaños temático estilo cowboy de Zaira Nara, su hermana, confirmando que la cercanía ya trascendía lo laboral.