Después de más 70 días viajando sobre su Fiat Marea de 900 euros, el español Fabio Belnome (@volatadipeluca) ha conseguido alcanzar la meta que se propuso al inicio de la travesía: llegar a Japón. “Ha sido muy emocionante, aunque me siento un poco vacío”, relata este aventurero tras llevar a penas unos días en el destino final después de 25.000 kilómetros de camino, percances mecánicos y problemas burocráticos. Este proyecto le ha popularizado en redes sociales, donde ha conseguido más de un millón de seguidores que no se pierden una nueva etapa suya, pero: “¿Y ahora qué?”
Ahora se encuentra en este último país asiático, que ha conseguido alcanzar subiendo a un ferry, junto a su fiel compañero ‘El Marea’. Este coche se ha convertido en el hogar perfecto para muchas noches de frío y calor, así como en el elemento fundamental para llevar a cabo este proyecto: “Han sido muchas emociones juntas, me quedo con eso”, destaca Fabio a Infobae España. De isla en isla, cruza los territorios rodeados de agua que conforman Japón y estará hasta el 10 de junio recorriendo el Estado hasta poner punto y final en Osaka, desde donde viajará de vuelta a España.
A problemas, soluciones en Rusia
“La clave de todo creo que ha sido no tomarme demasiado en serio lo que pasaba. Ni lo bueno ni lo malo”, cuenta el viajero. En ocasiones, le ha tocado enfrentarse a situaciones preocupantes. Pese a haber cruzado toda Europa, recorrer Kirguistán, Irán, Uzbekistán o Mongolia, su mayor obstáculo fue Rusia. “He entrado cuatro veces en el país y las cuatro veces me han interrogado”, cuenta. “La primera vez fueron un par de horas, pero otra me pillaron unas pastillas de la alergia y me tuvieron 9 horas retenido”, señala en tono divertido y añade: “Me hicieron una foto típica de cuando pillan a los narcos. Qué pena no tener esas imágenes”, relata riendo.
Sin embargo, lo que más le atormentó fue la rotura que padeció ‘El Marea’ a falta de dos días para dejarlo en el ferry que le llevaría a Corea del Sur y, así, salir de Rusia: “Me agaché y vi por debajo cómo caía el aceite negro del coche. El cráter estaba roto. ¡Qué horror!”, desliza Fabio. A esto se sumaba que “era festivo y puente”, lo que complicó aún más encontrar a un mecánico que solucionara la avería: “Conocí a dos personas que me ayudaron a buscar a un profesional. Se juntaron como 14 rusos llamando a otros. Fue un momento agridulce”, narra con nostalgia.
¿Más viajes similares en el futuro?
Este catalán ha hecho nuevos amigos, probado gastronomía internacional de todo tipo, pero no ha sido suficiente: “Me hubiera gustado estar más tiempo en algunos países como Kirguistán o Uzbekistán en los que solo pasé tres o cuatro días”, cuenta Fabio. Expresa lo mismo sobre Rusia, del cual no se esperaba que fuese una nación “tan bonita y con gente tan buena”: “Cogí la visa muy justa para un mes y ya me costó 200 euros. No quería gastarme 500”.
No obstante, aún le queda una semana para conocer más a fondo la cultura japonesa y deleitarse del último escalón antes de volar a casa: “Los objetivos son un arma de doble filo. Si los pones muy difíciles, te frustras; si son muy fáciles, te aburres, pero si son exactos te quedas nostálgico o con miedo”. ¿Qué va a pasar después de los miles de kilómetros de viaje?
“‘El Marea’ no morirá en Japón”, concluye el viajero. La idea es no frenar esta dinámica aventurera que ya había cultivado desde hace años, pero que con esta travesía ha crecido aún más. “La meta es poder hacer algo de magnitud similar. Estoy cerrando todo para poder explicarlo bien”, adelanta para Infobae España. Hasta el momento solo queda esperar y descubrir lo nuevo que tiene por ofrecer el español: “Me siento muy feliz, siempre he intentado tomar las mejores decisiones en el momento en el que estaba”.
