El precio del euro en Colombia cerró la jornada del 12 de septiembre de 2025 en un promedio de $4.580,85, lo que representó una subida de $3,20 frente al día anterior, equivalente a una variación diaria de +0,07%. Durante la sesión, la divisa europea alcanzó un máximo de $4.590,06 y un mínimo de $4.571,31, reflejando una volatilidad moderada en el cruce EUR/COP.
Si bien no se registraron máximos históricos, la caída en su valor responde a una combinación de factores internacionales, como las expectativas sobre la política monetaria en Estados Unidos y la inestabilidad en los mercados globales, junto con elementos locales que influyen en la oferta y demanda de divisas. En las casas de cambio, el euro se cotizó en un rango de $4.360 para la compra y $4.530 para la venta.
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En la última semana, el euro marca una disminución 1,36%, de modo que en el último año acumula aún una disminución del 0,17%. Si comparamos el valor con días anteriores, cortó con la racha plana de cotizaciones de mercado de las últimas dos sesiones. En referencia a la volatilidad de la última semana, es inferior a los números logrados para el último año (14,85%), lo que manifiesta que está teniendo un comportamiento más estable de lo que indica la tendencia general en fechas recientes.
Narrativas del mercado
El cruce euro/peso colombiano se convirtió en un termómetro sensible de las tensiones globales y locales. En medio de un entorno internacional donde Estados Unidos avanza hacia un ciclo de flexibilización monetaria y la Eurozona se estabiliza, el peso colombiano se mantiene en una posición de relativa fortaleza. La clave está en cómo confluyen estos movimientos externos con las restricciones internas de la economía nacional.
En Estados Unidos, la combinación de una inflación controlada (2,9% interanual en agosto) y un mercado laboral debilitado —con las solicitudes de subsidio por desempleo en su punto más alto desde 2021— alimenta las expectativas de un recorte de 25 puntos básicos en la reunión de la Reserva Federal del 17 de septiembre. Este viraje hacia una política más laxa tiende a debilitar al dólar frente a otras divisas, lo que indirectamente refuerza al euro. El resultado inmediato es un incremento de la volatilidad en los cruces del euro, que gana atractivo como activo de refugio relativo en medio de la incertidumbre global.
Europa, por su parte, transmite un mensaje de estabilidad. El Banco Central Europeo mantuvo su tasa de depósito en 2% y señaló que el proceso desinflacionario está prácticamente concluido. Con proyecciones de crecimiento revisadas al alza (1,2% para 2025) y una inflación anclada en torno al 2,1%, la narrativa del BCE refuerza la confianza en el euro como divisa sólida en el mediano plazo. Este escenario lo pone en ventaja frente al dólar debilitado y, por extensión, condiciona el comportamiento del euro frente a monedas emergentes, incluido el peso colombiano.
En Colombia, la situación es más compleja. El peso mostró un desempeño destacado en 2024 y 2025 gracias al influjo de remesas récord, el apetito de inversionistas extranjeros por activos locales y la expectativa de estabilidad cambiaria en el corto plazo. Sin embargo, la economía nacional enfrenta una contradicción estructural, mientras el Gobierno impulsa una política fiscal expansiva que aumenta el déficit y eleva el riesgo país, el Banco de la República mantiene una postura restrictiva para contener la inflación. Esta combinación impide recortes agresivos de tasas y deja al peso expuesto a choques externos.
En este contexto, el euro se fortalece frente al peso colombiano en momentos en que el mercado percibe riesgos fiscales o tensiones políticas internas. Aun así, la divisa europea enfrenta resistencias para avanzar de manera sostenida, pues la fortaleza coyuntural del peso actúa como un contrapeso. De hecho, la brecha entre lo que proyecta el BCE en términos de crecimiento estable y lo que exhibe la economía colombiana, más volátil y dependiente de factores externos como las materias primas y las remesas, explica las oscilaciones del euro en el mercado cambiario local.
A mediano plazo, si la Fed confirma su ciclo de recortes y el BCE sostiene su narrativa de estabilidad, el euro podría consolidar un terreno de apreciación global. Para Colombia, esto significaría un mayor costo relativo de importaciones denominadas en euros y un beneficio marginal para sectores exportadores hacia Europa. Sin embargo, el desenlace dependerá de la capacidad del Gobierno colombiano de manejar el riesgo fiscal sin erosionar la confianza que ha sostenido al peso.