El precio del euro en Colombia cerró la jornada del 4 de noviembre de 2025 en un promedio de $4.450,24, lo que representó una subida de $1,64 frente al día anterior, equivalente a una variación diaria de +0,04%. Durante la sesión, la divisa europea alcanzó un máximo de $4.493,94 y un mínimo de $4.265,99, reflejando una volatilidad moderada en el cruce EUR/COP.
Si bien no se registraron máximos históricos, la caída en su valor responde a una combinación de factores internacionales, como las expectativas sobre la política monetaria en Estados Unidos y la inestabilidad en los mercados globales, junto con elementos locales que influyen en la oferta y demanda de divisas. En las casas de cambio, el euro se cotizó en un rango de $4.360 para la compra y $4.530 para la venta.
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Con referencia a la rentabilidad de los últimos siete días, el euro registra un descenso 0,12%, por ello en el último año todavía mantiene una disminución del 1,85%.
Respecto de jornadas pasadas, invirtió la cotización de la jornada previa, donde marcó una bajada del 0%, mostrando una ausencia de continuidad en el resultado. En los pasados siete días la volatilidad fue inferior a la acumulada en el último año, lo que manifiesta que podemos decir que está pasando por un periodo de mayor estabilidad en este momento.
Análisis de mercado
El euro arranca la semana bajo presión, reflejando un entorno financiero en el que el apetito por riesgo se diluye tras la corrección observada en las bolsas europeas. La reciente toma de utilidades borró avances previos e instaló una sensación de prudencia entre inversionistas, quienes aguardan los comentarios de Christine Lagarde como referencia para calibrar la trayectoria de tasas.
Si bien la eurozona no enfrenta un deterioro abrupto, la inquietud gira en torno a la desaceleración industrial y a la fragilidad de las exportaciones. A la vez, el mercado percibe que un BCE más paciente, en un contexto de inflación moderándose, reduce la probabilidad de ajustes inmediatos, lo que limita el impulso de la moneda única frente a sus pares.
Por su parte, el peso colombiano (COP) se mueve dentro de un cuadro más matizado. El Banco de la República decidió mantener la tasa de política monetaria en 9,25%, aun cuando la votación evidenció posturas divididas. Este mensaje de continuidad busca anclar expectativas, en momentos donde la inflación anual repunta a 5,2% y permanece lejos de la meta del 3%. La demanda interna se ha sostenido con relativa firmeza, pero el ensanchamiento del déficit comercial introduce vulnerabilidades externas. Estas variables favorecen mayor cautela en los flujos hacia activos colombianos, aunque la disciplina monetaria continúa siendo un respaldo clave para el COP en un entorno regional mixto. De corto plazo, la moneda se mantiene sensible a episodios de volatilidad internacional y a la evolución de materias primas.

Estados Unidos opera como telón de fondo con señales cruzadas. El motor corporativo sigue vigoroso: más del 80% de las firmas que ya reportaron resultados superaron las expectativas, gracias a inversión sostenida y alto gasto de capital en sectores tecnológicos como inteligencia artificial. A pesar de ello, crece la inquietud por la elevada concentración en este grupo de compañías, un fenómeno que puede acentuar la vulnerabilidad del mercado ante correcciones sectoriales. Paralelamente, el mensaje de la Reserva Federal introduce matices: la probabilidad de un recorte de tasas de 25 pbs en diciembre bajó a 70%, reflejando la ausencia de consenso claro sobre la trayectoria de la política monetaria.
En el Reino Unido, los movimientos cambiarios ilustran las tensiones domésticas. La advertencia del Gobierno sobre la necesidad de ajustes fiscales “difíciles” exacerbó la incertidumbre y empujó a la libra esterlina a mínimos no vistos desde abril. Los mercados ahora asignan casi 50% de probabilidad a un recorte de tasas por parte del Banco de Inglaterra esta semana, ante inflación moderándose y un consumo debilitado. Aunque el PMI manufacturero subió a 49,7, sugiriendo estabilización, las exportaciones permanecen en contracción.
El foco asiático ofrece un panorama desigual. China acumula siete meses consecutivos de contracción manufacturera, a pesar de un acuerdo comercial con EE. UU. que detiene controles sobre tierras raras. Las autoridades fiscales eliminaron una deducción clave del IVA para minoristas de oro, medida que puede presionar márgenes. En Japón, el Banco de Japón mantiene su ritmo prudente con inflación cercana al 3%, mientras la caída de pedidos industriales, reflejada en un PMI de 48,2, despierta alertas sobre el debilitamiento de la demanda global.

En el resto de la región, México profundiza su retroceso industrial, mientras Brasil modera su inflación y abre la puerta a futuros recortes de tasas. En este cuadro, el euro aguarda definiciones del BCE y el COP depende de la disciplina monetaria interna y del pulso externo, ambos factores decisivos para su comportamiento próximo.
