Durante un viaje a Estados Unidos, Walter Jacobo Gutiérrez adquirió diversos productos en la tienda oficial de Louis Vuitton ubicada en la emblemática Quinta Avenida de Nueva York. Tras su retorno a Perú, la Aduana decidió retener sus compras, bajo sospecha de que se trataba de artículos falsificados. La reconocida marca francesa presentó una denuncia ante Indecopi, lo que derivó en una multa y un proceso legal que puso en jaque la reputación del excandidato.
Este caso no solo refleja la dificultad que enfrentan los consumidores para defender sus derechos frente a grandes empresas internacionales, sino también las complejidades que implican las disputas relacionadas con la propiedad intelectual en el comercio transfronterizo. La controversia adquirió mayor relevancia al tratarse de un personaje público con formación académica y experiencia política, lo que añadió visibilidad al proceso.
¿Cómo se originó la acusación de Louis Vuitton contra Walter Jacobo?
La denuncia inició cuando Louis Vuitton notificó a la Aduana que los productos que Gutiérrez había importado presentaban características que sugerían falsificación. Según la empresa, algunos artículos exhibían defectos y elementos similares a sus marcas registradas, lo que cuestionaba su autenticidad. A pesar de que el excandidato contaba con los recibos de compra, estos no fueron valorados inicialmente por Indecopi, que decidió imponerle una multa equivalente a 4.8 UIT, cerca de 18 mil soles.
La retención de los productos y la imposición de la multa fue un golpe inesperado para Gutiérrez, quien aseguró que todo fue adquirido en la tienda oficial en Nueva York y que los artículos eran genuinos. La situación se complicó debido a que la denuncia se basó en un análisis superficial sin una inspección física rigurosa por parte de la marca.
¿Qué acciones tomó Walter Jacobo para defender la autenticidad de sus compras?
Ante la sanción, Gutiérrez decidió recurrir a la vía legal para apelar la decisión. Para reforzar su defensa, solicitó a su banco los reportes detallados de las transacciones realizadas en la tienda Louis Vuitton, demostrando así la legitimidad de la compra. Esta evidencia fue fundamental para que Indecopi reconsiderara el caso.
Gracias a esta apelación y a las pruebas documentales, el organismo regulador ordenó que Louis Vuitton asumiera los gastos del procedimiento, lo cual representó un revés para la marca. Además, esta resolución evidenció fallas en la acusación original y la falta de pruebas contundentes para sostener la multa impuesta inicialmente.
Gutiérrez no solo defendió su inocencia, sino que también criticó duramente a la marca por no realizar una revisión adecuada de sus propios productos antes de iniciar un proceso contra él. “Si Louis Vuitton produce artículos defectuosos, es lamentable que hayan bajado sus estándares de calidad”, señaló el excandidato, subrayando la responsabilidad que la empresa debe asumir en este tipo de conflictos.
¿Cómo respondió Louis Vuitton ante la apelación y qué consecuencias generó?
La reacción de Louis Vuitton fue presentar una contrademanda para anular el proceso en su contra y, de manera sorprendente, solicitar que Gutiérrez les pague una indemnización por el supuesto error en la acusación. Esta contrademanda agregó tensión al caso y prolongó la disputa legal, generando un ambiente aún más complejo.
La estrategia de la empresa fue catalogada por Gutiérrez como “un acto cobarde”, ya que, según él, la marca intentaba trasladar la responsabilidad hacia su persona en lugar de asumir sus fallos internos. Además, la denuncia de la marca alegaba que los productos tenían “signos similares” a sus marcas registradas, lo que generó controversia sobre la calidad y control de fabricación de Louis Vuitton.
Este capítulo de la batalla judicial reflejó la dificultad que enfrentan los consumidores comunes cuando se ven involucrados en litigios contra multinacionales, donde el acceso a la justicia puede ser limitado por factores económicos y técnicos.
¿Quién es Walter Jacobo Gutiérrez y cómo su trayectoria influyó en este caso?
Walter Jacobo no es un ciudadano cualquiera. Es ingeniero de profesión, cuenta con un doctorado en administración y un magíster en docencia y gestión educativa. Además, su experiencia política es amplia, habiendo postulado a la alcaldía de San Juan de Lurigancho en las elecciones municipales de 2022 bajo el partido Frente de la Esperanza, después de haber estado vinculado a otras agrupaciones como Contigo y Renovación Popular.
Su preparación académica y su carrera política le brindaron una perspectiva crítica y analítica frente a la situación que vivió. Además, su perfil le permitió dar visibilidad pública al caso, convirtiéndolo en un símbolo de la lucha contra las injusticias en el ámbito del comercio internacional y los derechos del consumidor en Perú.
