El fiasco de Trump en Alaska que consagró el regreso de su “gran amigo” Putin

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PARÍS.- Nadie sabe lo que sucederá en los próximos días. Pero una cosa es segura: el mundo libre presenció el viernes, alucinado, el episodio más humillante, inaudito e indigno de sus últimos 80 años de historia, al ver al presidente de la primera potencia occidental aplaudir al individuo responsable de la sistemática violación de las leyes internacionales, buscado por la Corte Penal Internacional (CPI) por el asesinato de miles de víctimas civiles y el secuestro de miles de niños ofrecidos ahora en adopción como mercancía en las redes sociales: su “gran amigo Vladimir” Putin.

“En busca de la paz” (“Pursuing Peace”). Ese fue el lema del encuentro entre Donald Trump y Vladimir Putin en Anchorage, Alaska, que se suponía debía lograr un alto el fuego en Ucrania y preparar una reunión entre el presidente estadounidense y sus homólogos ruso y ucraniano, Volodimir Zelensky.

En concreto, la jornada del viernes fue la historia de una cumbre “hacia la paz” que terminó en fiasco. Al menos por ahora. La historia de una montaña de palabras, expectativas, conjeturas y declaraciones apresuradas de Trump que, en lugar de concluir con un alto el fuego o con el anuncio de sanciones “muy severas”, dio a luz a un ratón diplomático cuyo gran triunfador fue el presidente ruso.

Trump se fue de la cumbre con las manos vacías, aunque llenó de elogios a Putin

“¡Un día formidable y muy exitoso en Alaska! La reunión con el presidente Vladimir Putin se desarrolló muy bien, al igual que nuestra conversación telefónica nocturna con el presidente ucraniano Zelensky y varios líderes europeos, incluido el muy respetado secretario general de la OTAN. Todos estuvieron de acuerdo en que la mejor manera de poner fin a la terrible guerra entre Rusia y Ucrania era concluir directamente un acuerdo de paz, que pondría fin a la guerra, y no un simple acuerdo de alto el fuego, a menudo inaplicable”, escribió Trump en su red Truth Social después de la cumbre. En otras palabras, sin un alto el fuego, Putin —cuyas tropas avanzan en el este de Ucrania—, podrá seguir bombardeando y destruyendo el país invadido hasta que considere que sus objetivos militares han sido alcanzados y se decida a firmar “la paz” evocada por Trump.

Territorio conquistado

Según algunas fuentes diplomáticas europeas, Estados Unidos habría propuesto este sábado a Ucrania una garantía de seguridad similar a la del artículo 5 de la OTAN, pero sin adhesión formal a la Alianza Atlántica.

Por su parte, Putin habría exigido conservar la mayor parte del territorio conquistado. En contrapartida, se habría comprometido a no atacar otro país europeo. Una promesa que deja de mármol a los europeos.

“Por cada acto de agresión militar que Rusia ha cometido en los últimos 30 años, hay una mentira rusa o una violación sobre conversaciones de paz, mantenimiento de la paz o acuerdos. La lista completa de las horribles consecuencias de la llamada ‘paz rusa’ podría llenar un libro. Lo único que ha resultado de esas promesas del Kremlin es una tragedia humana sin resolución final a la vista. Algunos de los conflictos congelados por Moscú han durado décadas y siguen siendo una amenaza para la seguridad europea”, afirma la historiadora Françoise Thom, especialista de Rusia.

Putin y Trump, charlando como amigos tras saludarse en la alfombra roja

Lo real es que Donald Trump aplaudió a Vladimir Putin cuando este descendió del avión, donde el presidente de Estados Unidos lo esperaba, impaciente, sobre una alfombra roja desplegada en honor de su huésped. Los dos hombres intercambiaron un apretón de manos enérgico, sonrisas, palmaditas y amabilidades.

Más criticada aun fue la decisión de Trump de invitar a Putin a su célebre Cadillac presidencial, “The Beast” (La Bestia). Un evento raro, que se transformó en el único momento en que ambos hombres pudieron hablarse sin testigos ni traductores. ¿Qué se dijeron?

“Nadie lo sabrá. Pero apuesto a que lo más importante de la cumbre se decidió allí”, afirma Sergueï Jirnov, ex oficial del KGB pasado al oeste, especialista de Rusia.

Que el dirigente ruso, bajo orden de arresto de la CPI, sujeto a múltiples sanciones en numerosos países, se aventure fuera de su país ya fue excepcional. Pero que lo haga para ser recibido con todos los honores en Estados Unidos, era simplemente impensable antes del regreso estrepitoso de Donald Trump a la Casa Blanca, y su abandono de la línea pro-Ucrania de su predecesor Joe Biden. Como era de temer, su sucesor hizo suyas prácticamente todas las exigencias de Putin.

El canciller ruso, Sergei Lavrov, luce un buzo con las letras de la Unión Soviética

Todo había comenzado pocas horas antes de la reunión, cuando el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, llegó a Anchorage luciendo una camiseta con la inscripción “URSS”. El mensaje era claro: la Unión Soviética está de vuelta. O, como dijo Putin alguna vez: “Allí donde Rusia pone un pie, es territorio ruso”.

Antes de la reunión, el presidente de los Estados Unidos había reiterado su exigencia: “Deseo un alto el fuego rápido. No sé si será para hoy, pero no estaré contento si no es hoy… Quiero que cesen las masacres. Estoy aquí para detenerlas”. Nada de eso se anunció. No se detalló ningún acuerdo, aunque nadie puede excluir que las negociaciones hayan avanzado. Pero, a corto plazo, la paz tendrá que esperar.

Relación bilateral

En todo caso, al menos en apariencia, hubo tan pocos avances, que la rueda de prensa terminó abruptamente después de los 16 minutos (12 minutos de Putin y apenas cuatro minutos de Trump) de declaraciones sucesivas de los dos presidentes. Putin aprovechó su regreso triunfal a la escena estadounidense para celebrar “el legado de la relación bilateral” Rusia-Estados Unidos.

Sobre todo elogió el renacimiento de las relaciones ruso-estadounidenses, recordó la época gloriosa de la colaboración entre Estados Unidos y la URSS durante la Segunda Guerra Mundial, cuando Alaska servía de centro neurálgico para la entrega de material militar a Stalin.

Trump dijo que hablaría con sus socios de la nato, aunque Putin pidió que nadie interfiera (Archivo)

Con respecto a Ucrania, Putin afirmó que “las discusiones se desarrollaron en un ambiente constructivo”.

“Nuestros países son vecinos cercanos. Cuando bajé del avión, dije (a Trump): ‘¡Hola, querido vecino!’ Lo que sucede en Ucrania para nosotros es una tragedia y un dolor. Siempre hemos considerado al pueblo ucraniano como hermano», insistió el presidente ruso. Y prosiguió: “Una solución duradera requiere abordar las causas profundas del conflicto. Por supuesto, la seguridad de Ucrania debe ser garantizada, estamos dispuestos a trabajar en ello. Esperamos que Kiev y Europa no se involucren en provocaciones para descarrilar estos avances. Nuestra asociación con Estados Unidos tiene potencial. Donald Trump entiende que Rusia tiene sus propios intereses nacionales. Él dice que, si hubiera sido presidente, la guerra no habría comenzado. Y estoy de acuerdo con él”, dijo lisonjero.

“Como buen agente del KGB, Putin sabe exactamente cómo entrar en la cabeza de la gente. Con Trump ha hecho un trabajo excepcional”, señala Sergueï Jirnov.

Cuando fue el turno de Trump, este balbuceó, incómodo: “Estuvimos de acuerdo en muchos puntos, la mayoría. Algunos puntos importantes aún no están completamente resueltos, pero hemos progresado. Por lo tanto, no habrá acuerdo mientras no haya acuerdo”, concedió.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky (Archivo)

“Contactaré a la OTAN en unos momentos. Contactaré a las diferentes personas que considere competentes y, por supuesto, al presidente Zelensky para hablarle de la reunión de hoy. Ellos tienen que decidir”, agregó. A su lado Putin exultaba.

En realidad, fue el día de Vladimir Putin. El día del silencio. Interpelado por los periodistas, el presidente ruso no respondió a la pregunta de si aceptaría un alto el fuego. Cuando se le preguntó si iba a “dejar de matar civiles”, hizo un gesto que dejó pensar que no entendía la pregunta. En ese preciso momento, Kiev señalaba que aviones y drones continuaban atacando Ucrania. El presidente Zelensky había acertado.

“La guerra continúa y continúa precisamente porque no hay ninguna orden ni señal de Moscú que indique que se prepara para ponerle fin”, había subrayado poco antes de la cumbre.

Al término de la cumbre bilateral, que se convirtió en una reunión de seis, la prevista conferencia de prensa se transformó en una escueta declaración de ambos dirigentes: “Por pedido de Putin que no soportó la interpelación de una periodista antes de la reunión”, dice una fuente europea bien informada.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron (Archivo)

Pero sobre todo, Putin “ganó la guerra de la información, utilizando a Trump para mostrar que no estaba aislado”, estimó Oleksandr Merejko, presidente de la comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento ucraniano, citado por el New York Times.

En todo caso, Trump sigue fascinado por Putin, a quien describió, en Fox News después del encuentro, como “un hombre fuerte (…), duro como el acero”, “al frente de un país gigantesco y poderoso”, frente al cual Ucrania “no tiene ninguna posibilidad de ganar”.

Trump excluyó nuevas sanciones contra Rusia, y estimó que el objetivo seguía siendo “la paz”. Obnubilado por las lisonjas de Vladimir Putin, consideró “haber hecho su parte”. Incapaz de obligar a la parte rusa, se desentendió de Ucrania y de sus aliados europeos.

“Ahora, realmente depende del presidente Zelensky. Y también diría de los Estados europeos, deben involucrarse un poco”, advirtió.

La primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen (Archivo)

Este sábado, los europeos se mostraron más cautos que nunca. “A mis ojos, estamos en una situación al menos tan incierta como siempre hemos estado”, dijo la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, estimando la situación como “incierta” tras la cumbre entre Trump y Putin en Alaska.

Sus declaraciones hacen eco a las del presidente francés, Emmanuel Macron, quien llamó a la vigilancia y a mantener “la presión” sobre Rusia mientras “no se haya concluido una paz sólida y duradera respetuosa de los derechos de Ucrania”. Macron también consideró “esencial aprender todas las lecciones de estos últimos 30 años, y en particular de la propensión bien establecida de Rusia a no cumplir sus propios compromisos”.

“Mientras continúen las masacres en Ucrania, estamos dispuestos a mantener la presión sobre Rusia. Continuaremos fortaleciendo las sanciones y las medidas económicas más amplias para presionar la economía de guerra rusa hasta el establecimiento de una paz justa y duradera”, escribieron este sábado varios líderes europeos en un comunicado conjunto.

“Corresponderá a Ucrania tomar decisiones sobre su territorio. Las fronteras internacionales no deben ser modificadas por la fuerza. Nuestro apoyo a Ucrania continuará. Estamos decididos a redoblar esfuerzos para preservar la fortaleza de Ucrania con el fin de lograr el fin de los combates y una paz justa y duradera”, dijeron a su vez en otro comunicado los miembros de la llamada Coalición de Voluntarios, dispuestos a proveer las necesarias garantías de seguridad a Kiev en caso de cese de hostilidades.

Volodimir Zelensky viajará a Washington el lunes.

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