El fútbol argentino toca fondo. Ahora, también, en el juego, un suplicio que algunos intentan llamar “la liga de los campeones del mundo”. Al intento político de que vuelvan los visitantes y las peleas cuerpo a cuerpo con cuchillos en una tribuna en Mar del Plata, dentro de un contexto de 30 equipos divididos en dos zonas, se suma algo peor. Los partidos son un auténtico dolor de ojos.
La tercera fecha del torneo Apertura contiene el peor condimento: ocho partidos terminaron sin goles. Y 13 tantos se convirtieron en 15 partidos, lo que casi convierte este capítulo de nuestro fútbol en un récord histórico. Negativo, por cierto.
La historia marca que la fecha con menos goles en la historia del fútbol argentino fue en la tercera (como ahora) del Torneo Apertura 1991: se convirtieron seis tantos en diez encuentros.
Pocos días después, se agregó uno, resuelto en los escritorios. El Tribunal de Disciplina de la AFA le dio por ganado un partido a River frente a Racing, en Avellaneda, luego de la suspensión con el marcador 0-0 por una agresión de los hinchas de la Academia al arquero Ángel Comizzo. Hubo cinco encuentros que finalizaron 0-0.
En aquella ocasión, la mitad de los tantos convertidos ocurrieron en Platense 1 vs. Talleres 2. Los restantes fueron en Rosario Central 1 vs. Newell’s 0, Vélez 1 vs. Deportivo Español 0 y Boca 1 vs. Ferro 0. Belgrano-Mandiyú de Corrientes, Gimnasia La Plata-Huracán, Racing-River, Unión-Independiente, Quilmes-Estudiantes y Argentinos-San Lorenzo finalizaron sin goles.
La comparación tiene sentido, más allá de que en esta fecha hubo más goles. En aquel momento, en 1991, había 20 equipos en la primera división, por lo que se disputaban diez partidos por fecha. Si se toman en cuenta los seis goles en los diez partidos, con un promedio de 0,6 gol por encuentro, se toma dimensión real de lo que estamos viviendo.
EL GOL ANULADO A ENZO PÉREZ: ¿Estuvo correcta la decisión de Nicolás Ramírez?
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Esta vez, se superó esa cifra… por un lunes inesperado, en el que se marcaron 8 goles en tres partidos, mientras que entre el viernes, sábado y domingo, se registraron 5 goles. ¡Solo cinco goles en tres días y en 12 partidos!
¿Miedo a ganar? ¿Miedo a perder? En una competencia en la que apenas hay dos descensos (al confirmar, al menos, porque todo puede cambiar), uno por tabla anual y otro por promedios (los últimos en cada caso) y las posibilidades de clasificación a la etapa final son mayúsculas (ocho equipos en cada zona), lo que ocurre es un llamado de atención para todos.
Si se pusiera la lupa en los estilos de los entrenadores de la actualidad, se desprende que al menos hay 21 técnicos equilibrados o cautelosos. Y sus equipos los reflejan sobre el campo, en cuerpo y alma. Del otro lado, entre los audaces, se encuentran Marcelo Gallardo, de River, Ariel Holan, de Rosario Central, Gustavo Costas, de Racing, Nico Diez, de Argentinos, Guillermo Barros Schelotto, de Vélez y Julio Vaccari, de Independiente, entre otros. Evidentemente, pierden por goleada.
El resto, se trata de la histeria general, las sospechas permanentes, la autoridad puesta en tela de juicio, el VAR a la argentina (nada es lo que parece, sobre todo, con los trazados de líneas para el offside) y las urgencias que golpean la puerta en una tercera fecha. “Movete (el equipo que sea), movete, dejá de joder”, suelen escucharse desde los 25 minutos del primer tiempo. “Jugadores… a ver si ponen huevo, que no juegan con nadie”, por un lado, o el “que se vayan todos, que no quede, ni uno solo”, son otros cantos de combate, que esconden frustraciones que exceden el césped. Los equipos juegan bajo esa presión. Y en campos de juego de dudoso gusto.
Como el José María Minella, de Mar del Plata, víctima de uno de los 0-0, entre Aldosivi y Newell’s. “Una vez que agarremos ritmo, el equipo va a hacer lo que a mí me gusta. Si estábamos finos, lo ganábamos. La cancha dejó mucho que desear, estaba horrible. No se puede jugar en una cancha así. Uno no mete excusas pero la cancha era horrible. No se puede jugar en estas condiciones, esto es fútbol de primera…”, asume el Ogro Fabbiani, el DT del equipo rosarino.
Marcelo Gallardo profundiza el debate. “Esperemos que sea una mala racha, yo que vi mucho fútbol este fin de semana, observé cierta tendencia a no perder. A cuidar resultados. Hubo cierta paridad en los partidos, esperemos que sea una mala racha, nada más. Ojalá que el fútbol argentino muestre otra postura para el espectáculo. No es bueno que haya tantos 0-0. No es atractivo”, reflexiona.
Hay otra marca negativa: es la primera vez en la historia que una jornada de primera termina con ocho empates sin goles. Si bien es cierto que hay más equipos y más partidos, hay que viajar en el tiempo para encontrar seis 0-0, ocurrido en cinco ocasiones.
GOLAZO DE HURACÁN ⚽🎯
Gran remate de Matko Miljevic desde afuera del área para el 1-0 ante Boca
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La primera vez fue en la primera fecha del Apertura 1993, con seis de diez encuentros que terminaron 0-0. Luego sucedió lo mismo en la jornada 12 del campeonato 2016, seis 0-0 de 15 encuentros en total, al igual que en esta fecha. Las otras tres fueron en 2023. En la 24a fecha de la Liga Profesional; después, en la séptima y 11ª jornada de la Copa de la Liga de esa temporada.
Y algo más: los cinco grandes no marcaron goles (Enzo Pérez le convirtió un golazo a San Lorenzo, de zurda, anulado porque la construcción de la jugada se inició con un offside), algo que solo había ocurrido en 1962, por la 21ª fecha del campeonato.
El lunes, al final, salvó al Apertura. Y lo mejor ocurrió en el final. Cuatro goles en 44 minutos: así fue el arranque de Banfield 1 vs. Barracas Central 3. Siempre fue difícil pronosticar. Y más en estos contextos, pero algo es seguro: la mayor cantidad de gritos apareció en el partido menos esperado.