Las denuncias sobre graves violaciones y sufrimientos de la población en El Fasher y otras zonas de Darfur han puesto en el centro de la crisis humanitaria el avance de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés) en Sudán, tras la captura de la histórica capital regional y el consiguiente desplazamiento masivo de civiles y denuncias de atropellos generalizados. En este contexto, el ministro de Finanzas de Sudán, Gibril Ibrahim Mohamed Fediel, se pronunció con firmeza sobre la postura del gobierno, afirmando que «es más honorable morir que coexistir» con las RSF, rechazando cualquier posibilidad de negociación con el grupo armado, según consignó la agencia SUNA y recogió la información que publicó Europa Press.
De acuerdo con lo detallado por Europa Press, Gibril Ibrahim declaró en un encuentro de solidaridad con las mujeres de Darfur que el Ejecutivo no entregará Sudán ni aceptará imposiciones externas sobre la forma de gobierno del país. Sus palabras reflejan la resistencia del gobierno sudanés frente a la presión ejercida por las RSF, quienes consolidaron su control sobre El Fasher a finales de octubre, obligando a la retirada de las Fuerzas Armadas de Sudán y generando un repunte en la inestabilidad y la crisis para los habitantes de la región.
El responsable de Finanzas enfatizó que las Fuerzas de Apoyo Rápido, surgidas como una facción paramilitar, han cometido actos calificados como asesinatos y violaciones de normas internacionales. Ibrahim recalcó que la administración sudanesa no establecerá ningún canal de comunicación ni diálogo con el grupo, calificando de inéditos los hechos registrados en El Fasher, donde estima que todos los ciudadanos, incluidas mujeres, hombres, niños y enfermos, han sido víctimas de atropellos. Según detalló Europa Press en base a los registros de la agencia SUNA, la gravedad de los incidentes ha superado cualquier precedente local reciente.
Numerosos organismos internacionales y organizaciones no gubernamentales, junto con representantes de gobiernos extranjeros, han alertado sobre los abusos documentados en Darfur ante el avance de las RSF. En las últimas horas, Estados Unidos también se sumó a estos llamados, pidiendo en voz del secretario de Estado, Marco Rubio, que se detenga el flujo de armas hacia el grupo armado. Según remarca Europa Press, Rubio acusó a las RSF de aceptar compromisos y violarlos de forma sistemática, subrayando que el grupo «no tiene intención de respetar» ningún alto al fuego.
El conflicto civil actual, que lleva en curso desde abril de 2023, estalló tras la falta de acuerdo respecto al proceso de integración de las RSF en las Fuerzas Armadas de Sudán. Esta disputa derivó en la ruptura del frágil proceso de transición política iniciado luego de la caída en 2019 del expresidente Omar Hasán al Bashir, la cual ya había sufrido un retroceso tras el derrocamiento del primer ministro Abdalá Hamdok en 2021. Europa Press describe cómo estas rupturas internas y la injerencia de diversos actores internacionales profundizaron las divisiones y multiplicaron las ramificaciones del conflicto.
Como resultado de los combates y de la violencia intensificada, Sudán enfrenta una emergencia humanitaria extrema: millones de ciudadanos han debido abandonar sus hogares, buscando refugio dentro y fuera de las fronteras del país. Según el reporte de Europa Press, la destrucción de infraestructuras esenciales y la propagación de enfermedades representan desafíos para la asistencia a cientos de miles de personas afectadas por la guerra, al tiempo que organismos internacionales elevan su preocupación por el deterioro de las condiciones de vida y el limitado acceso a servicios básicos.
Las acciones de las Fuerzas de Apoyo Rápido y la respuesta del gobierno sudanés ilustran la magnitud de la polarización que domina la escena nacional. Las declaraciones de Gibril Ibrahim Mohamed Fediel delinean un escenario donde las posibilidades de reconciliación resultan remotas, dado que el Ejecutivo considera inviable cualquier acercamiento con las RSF mientras continúen las acusaciones de crímenes y abusos. Según Europa Press, la comunidad internacional mantiene la presión para que cesen los ataques y se abra paso al diálogo, mientras la emergencia humanitaria sigue agravándose ante la falta de soluciones inmediatas.
