El jefe de Gabinete Manuel Adorni anunció que el Gobierno nacional lanzará a partir del lunes una licitación para dar paso a la concesión de Tecnópolis. “El predio (históricamente deficitario bajo la administración kirchnerista) pasará a funcionar bajo un esquema de inversión privada: nunca más será una carga para los bolsillos de los argentinos“, detalló el exvocero presidencial a través de un posteo en su cuenta de la red social X.
La concesión implica que el Estado mantendrá la propiedad del parque, pero cederá su explotación a un operador privado por un plazo determinado, bajo condiciones previamente establecidas. En ese sistema, el activo no se vende, sino que se administra mediante un contrato que fija duración, obligaciones y mecanismos de control.
Una vez finalizado el período de concesión, el bien retorna a la órbita estatal. Este modelo se aplica, por ejemplo, en autopistas con peaje, aeropuertos, terminales de transporte y espacios públicos concesionados.
El Gobierno Nacional lanzará mañana la licitación que dará paso a la concesión de Tecnópolis.
El predio (históricamente deficitario bajo la administración kirchnerista) pasará a funcionar bajo un esquema de inversión privada: nunca más será una carga para los bolsillos de los…
— Manuel Adorni (@madorni) December 14, 2025
Tecnópolis fue concebido en 2010, durante el segundo mandato de Cristina Kirchner, como una muestra para celebrar el Bicentenario de la Revolución de Mayo. Tras una postergación inicial por problemas de infraestructura y plazos, abrió sus puertas por primera vez en julio de 2011 en Villa Martelli, partido de Vicente López, sobre terrenos que pertenecen al Estado nacional y que anteriormente estaban subutilizados.
Desde su inauguración, funcionó como un espacio de acceso gratuito, con exposiciones interactivas, pabellones dedicados a la ciencia, la industria, la energía, el espacio, la cultura y el arte, además de espectáculos musicales y actividades educativas. En sus primeros años, el Gobierno destacó la masividad del evento y su rol como herramienta de divulgación científica y cultural.
La gestión y el presupuesto del predio quedaron bajo la órbita del Estado nacional, primero a través del Ministerio de Ciencia y Tecnología y luego mediante distintos organismos, según el período. A lo largo de los años, fue objeto de debate político y presupuestario: mientras sus impulsores defendieron su valor simbólico, educativo y cultural, sus críticos cuestionaron la falta de sustentabilidad económica y el uso del espacio con fines partidarios.
Con el paso del tiempo, el predio atravesó cambios de enfoque y períodos de menor actividad, incluyendo cierres parciales o reprogramaciones durante la pandemia de COVID-19. En los últimos años, distintas administraciones evaluaron alternativas para redefinir su funcionamiento, incorporar inversión privada o modificar su esquema de gestión, con el objetivo de reducir el gasto estatal y garantizar la continuidad del espacio.
Durante la gestión de Javier Milei, iniciada en diciembre de 2023, Tecnópolis quedó alcanzada por la política general de reducción del gasto público y revisión del rol del Estado en actividades culturales. En ese marco, el predio pasó a depender de la órbita de la Secretaría de Cultura, bajo un esquema de fuerte ajuste presupuestario que incluyó la revisión de contratos, programas y estructura administrativa.
A lo largo de 2024, el Gobierno nacional anunció su intención de reformular el funcionamiento de Tecnópolis, con el objetivo de disminuir o eliminar su financiamiento estatal directo. Entre las alternativas evaluadas públicamente figuraron la concesión total o parcial del predio a operadores privados -lo que finalmente ocurrió-, la realización de eventos pagos y el rediseño del espacio bajo un modelo autosustentable.

Funcionarios del Ejecutivo señalaron entonces a LA NACION que el parque, tal como había funcionado hasta entonces, resultaba deficitario y que el Estado no debía sostener ese tipo de emprendimientos. En ese proceso, Tecnópolis atravesó períodos de cierre, actividad reducida y cambios en su programación, en línea con la revisión general de políticas culturales impulsada por la administración libertaria.
