Comunicados oficiales emitidos poco antes del horario original sorprendieron a una multitud de aficionados apostados frente al estadio Pedro Escartín en Guadalajara, en el centro de España, quienes aguardaban para acceder al recinto donde se disputaría el enfrentamiento de dieciseisavos de final de la Copa del Rey entre CD Guadalajara y FC Barcelona. Según detalló la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), la decisión de demorar treinta minutos el inicio del partido respondió a un protocolo preventivo, con la finalidad de proteger a los asistentes, jugadores y empleados involucrados en la organización del evento.
De acuerdo con la RFEF y con el CD Guadalajara, la notificación del aplazamiento se realizó próximo a las 21:00, hora originalmente fijada para el inicio del partido, y anunció la postergación del arranque a las 21:30. Tal como publicó la RFEF, la razón de la modificación estuvo asociada a criterios específicos de seguridad, sin que las primeras comunicaciones precisaran detalles sobre la naturaleza de los riesgos que motivaron la medida. La institución resaltó que la prioridad consistió en resguardar la integridad física de todos los presentes en el estadio.
El medio informó que la apertura de las puertas del estadio también experimentó un retraso respecto a lo habitual, situación que generó acumulación de público a la espera de la habilitación de los accesos. Este imprevisto causó inquietud entre los seguidores, que mantenían su expectativa en los alrededores hasta que el club anfitrión confirmó por canales oficiales la pronta disponibilidad de los ingresos.
Fuentes del CD Guadalajara, citadas por medios nacionales, especificaron que el objetivo de la coordinación con la federación era habilitar los controles del público y acelerar el acceso una vez completados los procedimientos de seguridad exigidos. El despliegue incluyó controles reforzados en los ingresos, coordinación conjunta de las dos entidades deportivas y fuerzas de seguridad, junto con recomendaciones para el manejo de los asistentes en el entorno exterior e interior del estadio.
Información consignada por la prensa local señaló que habitualmente este tipo de disposiciones se aplican cuando los eventos deportivos reúnen una asistencia destacada u originan desplazamientos significativos de hinchadas visitantes, escenario frecuente en rondas eliminatorias de la Copa del Rey. En esta ocasión, la alta expectativa generada por la presencia del FC Barcelona incentivó la llegada de aficionados de distintos puntos al Pedro Escartín desde horas tempranas.
La RFEF reiteró en comunicaciones posteriores su compromiso de mantener informados a todos los involucrados, y aseguró que informaría cualquier cambio adicional relacionado con el operativo de seguridad o con la logística general del evento. De acuerdo con el medio, durante el periodo de postergación no se registraron incidentes graves, aunque la afluencia de seguidores alentó a las autoridades a intensificar las medidas de control para evitar situaciones de riesgo derivadas de aglomeraciones.
El club CD Guadalajara transmitió mensajes a través de sus redes sociales solicitando calma y colaboración de la afición hasta lograr un ingreso ordenado y bajo condiciones vigiladas. Tras el anuncio del retraso, tanto los planteles como los cuerpos técnicos de ambos equipos permanecieron al interior del recinto a la espera de nuevas instrucciones, sin abandonar las instalaciones hasta la confirmación de la reprogramación.
El proceso previo a la reapertura de los accesos contempló revisiones, coordinación y actualizaciones constantes entre la federación y el club local. La organización insistió en que la postergación obedeció exclusivamente a la búsqueda de garantías de seguridad para la totalidad de quienes participaban de manera directa e indirecta en el encuentro.
En declaraciones posteriores, la RFEF subrayó que esta clase de procedimientos constituye parte del protocolo regular implementado en eventos de alta convocatoria, enfatizando la necesidad de cooperación entre instituciones y público para asegurar el desarrollo normal de la competencia y la protección de los asistentes.
