El vínculo comercial entre Argentina y Estados Unidos está atravesando una transformación silenciosa pero significativa, en la que la logística cumple un rol cada vez más determinante. En 2024, el país logró por primera vez desde 2006 un superávit comercial con EEUU, impulsado por un crecimiento del 16% en las exportaciones. En ese escenario, la provincia de Santa Fe se destacó por el fuerte incremento en sus envíos agroindustriales, lo que plantea nuevos desafíos para el sistema logístico regional.
Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, Santa Fe fue en 2024 la octava provincia argentina en volumen de exportaciones hacia Estados Unidos, con un incremento del 37% respecto al año anterior. Aunque todavía se encuentra un 20% por debajo del pico alcanzado en 2022, el crecimiento reciente evidencia una recuperación tras el impacto de la sequía y una renovada conexión con el mercado norteamericano.
Nuevos productos, nuevas exigencias logísticas
Ese aumento no solo implica más toneladas exportadas, sino una mayor complejidad logística: productos como la carne bovina, la miel y las autopartes, que mostraron fuerte dinamismo, exigen condiciones específicas de transporte y certificación. La trazabilidad sanitaria, la cadena de frío, los tiempos de tránsito y el cumplimiento normativo son factores logísticos claves que inciden en la competitividad de los envíos.
Además, el crecimiento en las exportaciones de manufacturas agroindustriales y bienes de mayor valor agregado obliga a repensar las soluciones logísticas disponibles. A diferencia de los tradicionales despachos de granos a granel, estos productos requieren contenedores refrigerados, operaciones puerta a puerta, y coordinación entre transporte terrestre, aéreo y marítimo. En este contexto, la infraestructura portuaria, los depósitos fiscales y la eficiencia aduanera cobran un papel central.
El crecimiento regional que redefine rutas y operaciones
Más allá de Santa Fe, otras provincias también están protagonizando un viraje exportador hacia Estados Unidos, con impactos directos en sus sistemas logísticos. Neuquén, por ejemplo, multiplicó por diez sus exportaciones al país norteamericano entre 2018 y 2024, impulsada por el desarrollo de Vaca Muerta. Este crecimiento ha intensificado el movimiento de equipos pesados, válvulas, tubos y componentes críticos, que requieren transporte especializado y coordinación intermodal desde zonas alejadas de los principales puertos.
En Salta, la creciente exportación de carbonato de litio hacia Estados Unidos (+228% en cinco años) también genera presión sobre las rutas y los servicios logísticos en zonas de difícil acceso, donde la distancia, la disponibilidad de transporte adecuado y los requerimientos ambientales imponen límites que deben ser resueltos con planificación y tecnología.
Incluso provincias como Río Negro, Córdoba y Chubut han mostrado un fuerte dinamismo exportador, vinculado a frutas frescas, miel, productos agroindustriales y petróleo. Cada uno de estos sectores tiene necesidades logísticas particulares, desde el control de temperatura en tránsito hasta certificaciones de origen y calidad exigidas por Estados Unidos.
El informe destaca también que, en 2024, Estados Unidos fue el principal socio comercial de siete provincias argentinas, entre ellas Salta, Tucumán y Santa Cruz. Este dato no solo refleja la relevancia del mercado estadounidense, sino que también implica una creciente dependencia logística de corredores comerciales específicos. Cualquier alteración en los aranceles, regulaciones o rutas disponibles puede tener impactos inmediatos sobre la operatividad regional.
Por otro lado, del lado de las importaciones, Estados Unidos volvió a posicionarse como el tercer proveedor de bienes para Argentina, concentrando el 10% del total importado. En particular, las compras de bienes de capital mostraron una recuperación sostenida desde el 2020, lo que sugiere un potencial efecto en la modernización de sectores industriales que demandan servicios logísticos especializados, como el transporte de maquinaria y el almacenamiento con soporte técnico.
Así, detrás de los números del comercio bilateral, se despliega una trama logística cada vez más sofisticada y exigente, que articula a múltiples sectores y regiones del país con el mercado estadounidense. El desafío para Argentina no solo será mantener el flujo exportador, sino también fortalecer la infraestructura y los servicios logísticos necesarios para sostener una relación comercial más equilibrada y competitiva.