
El Observatorio Astronómico Nacional confirmó que el 3 de enero la Tierra se ubicará a aproximadamente 147 millones de kilómetros del Sol, alcanzando el perihelio, lo que marcará uno de los puntos clave de la temporada invernal en el hemisferio norte. Esta proximidad constituye el primero de varios acontecimientos previstos en el calendario celeste, coincidiendo con el inicio oficial del invierno astronómico, que comenzará el domingo 21 de diciembre a las 16:03 horas y se prolongará durante 88 días y 23 horas, hasta el 20 de marzo de 2026. Según informó el Observatorio, la estación estará signada por un patrón de noches extensas, la aparición de lluvias de meteoros, ciclos completos de lunas llenas y la visibilidad cambiante de los principales planetas.
El inicio de la estación establecerá el día más corto del año para el hemisferio norte, circunstancia que, según detalló el Observatorio Astronómico Nacional y reprodujo el medio, será especialmente evidente en ciudades como Madrid, donde la luz solar alcanzará solo nueve horas y diecisiete minutos, una reducción significativa frente a las más de quince horas de iluminación que se presentan en el solsticio de verano. Esta diferencia de horas de luz diurna define las características del invierno y condiciona las observaciones astronómicas nocturnas, al facilitar la visualización de diferentes fenómenos celestes.
El Observatorio Astronómico Nacional, entidad dependiente del Instituto Geográfico Nacional, especificó que durante el invierno la distancia entre la Tierra y el Sol irá aumentando progresivamente hasta llegar al afelio, el punto más alejado, el 6 de julio de 2026. Esta variación supera los cinco millones de kilómetros, aunque el propio organismo sostiene que estas diferencias no inciden en el origen de las estaciones, atribuible exclusivamente a la inclinación del eje terrestre en relación con el Sol, y no a la distancia orbital.
Entre los acontecimientos astronómicos destacados en el calendario distribuido por el Observatorio para estos meses figuran tres plenilunios: el primero coincidirá con el 3 de enero, seguido de otros el 1 de febrero y el 3 de marzo. Además de la sucesión de lunas llenas, se han programado dos lluvias de meteoros de relevancia: las úrsidas alcanzarán su máxima actividad el 22 de diciembre y las cuadrántidas el 3 de enero. Según señaló el Observatorio Astronómico Nacional, las condiciones atmosféricas de la estación —caracterizadas por cielos menos cubiertos y temperaturas más frías— ayudarán a la observación de estos fenómenos tanto a simple vista como con ayuda de equipos sencillos.
En cuanto a los eclipses previstos, el Observatorio notificó que tendrán lugar un eclipse anular de Sol el 17 de febrero y un eclipse total de Luna el 3 de marzo. Tal como precisó el organismo, ninguno de estos eventos podrá observarse desde territorio español. El eclipse solar solo será visible en regiones específicas de la Antártida, el océano Antártico y sectores australes del océano Índico, mientras que el eclipse lunar se observará principalmente desde América, partes orientales de Asia y algunas áreas de Oceanía.
Respecto a la visibilidad de los planetas, el medio expuso que Saturno aparecerá al comienzo de las noches invernales, acompañando a Júpiter durante los primeros días de enero, aunque perdiendo visibilidad a medida que avance la estación. Venus experimentará un aumento sostenido de brillo durante las semanas de febrero, consolidándose como uno de los objetos más llamativos en el firmamento al cierre de ese mes. Mercurio será difícil de divisar al amanecer en los primeros compases del invierno, pero podrá localizarse al atardecer hacia finales del periodo. Mientras tanto, Júpiter, aunque reducirá progresivamente su luminosidad, se mantendrá presente en el cielo nocturno durante la mayor parte de la estación.
El Observatorio Astronómico Nacional también identificó diversas constelaciones y estrellas prominentes que dominarán las noches invernales. Orión ocupará una posición destacada, impulsado por la brillantez de Betelgeuse. En el conjunto de Tauro, Aldebarán resplandecerá, y Sirio liderará el Can Mayor por su intensidad luminosa. Las estrellas Cástor y Pólux sobresaldrán dentro de Géminis. Todas ellas participan en la formación del denominado hexágono de invierno, un asterismo fácilmente reconocible bajo los cielos despejados comunes en estas fechas.
Según desglosó el Observatorio Astronómico Nacional, la combinación de noches extensas, atmósfera estable y temperaturas bajas durante la temporada invernal configura un escenario propicio para la observación astronómica. Tanto especialistas como personas aficionadas disponen de un contexto excepcional para identificar y analizar planetas, estrellas y lluvias de meteoros, así como para sumarse a actividades de estudio y contemplación del firmamento.
El calendario de efemérides elaborado por el Observatorio hace énfasis en que, pese a la exclusión de España de los eclipses programados, otros eventos como los plenilunios y las lluvias de meteoros proporcionarán oportunidades notables para la observación y el seguimiento de dinamismos celestes. El propio Observatorio reiteró que la inclinación axial de la Tierra respecto al plano solar permanece como el factor determinante en la sucesión de las estaciones, al margen de las variaciones en la distancia entre ambos cuerpos.
Por todo lo anterior, la temporada invernal se perfila, de acuerdo con la información recogida por el Observatorio Astronómico Nacional y replicada por el medio, como un periodo de alto interés para la comunidad astronómica, gracias a la oferta de fenómenos vinculados tanto a la rotación y traslación planetaria, como a la disposición de estrellas y constelaciones en el cielo nocturno.
