El director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, ha reconocido este lunes que presta especial vigilancia al programa nuclear en Irán y, pese a las últimas restricciones impuestas por Teherán a la labor de la agencia, mantiene la esperanza de que «en los próximos días» pueda haber algún tipo de acuerdo que permita reanudar el «trabajo indispensable» sobre el terreno.
El programa nuclear de Irán ha estando en el centro de nuestros trabajos en las últimas semanas, especialmente después de los ataques que tuvieron lugar en junio», ha reconocido Grossi, en alusión al cruce de bombardeos con Israel que llevó a las autoridades iraníes a poner en duda de nuevo el papel del OIEA como observador independiente.
La agencia ha constatado en sucesivos informes el aumento del enriquecimiento de uranio en Irán y Grossi ha subrayado este lunes ante la Junta de Gobernadores que, de manera «continua y sistemática», ha trasladado a Teherán estas «preocupaciones», con vistas en última instancia a recuperar la colaboración perdida.
El Parlamento iraní aprobó en junio una ley para suspender la cooperación con Irán, pero Grossi ha incidido en que este cambio sólo «crea obligaciones a nivel interno», por lo que el OIEA no ceja en su empeño de defender las «medidas de salvaguarda» que se concibieron para garantizar el carácter pacífico del programa nuclear, especialmente cuestionado desde Israel y Estados Unidos.
Con este fin, se han celebrado varias «discusiones técnicas» tanto en Teherán como en Viena y, según Grossi, «ha habido progresos» que podrían traducirse en acuerdos a corto plazo. «Aún queda tiempo, no mucho, pero siempre es suficiente cuando hay buena fe y un claro sentido de la responsabilidad», ha apostillado, en aras de la plena implantación de «los derechos y las obligaciones» de todas las partes.