La Primera Guerra Mundial suele asociarse con la imagen tradicional de un enfrentamiento entre potencias europeas y el avance implacable de la maquinaria bélica alemana. Sin embargo, según un reportaje de BBC History Magazine, la historiadora Alex Churchill expone cinco hechos que cuestionan la visión clásica e invitan a una comprensión más amplia y matizada del conflicto.
El mito de la perfección del ejército alemán
La reputación del ejército alemán como fuerza invencible y perfectamente coordinada se mantuvo durante más de un siglo, pero Churchill desmonta esa imagen. Si bien Alemania contaba con el ejército más organizado al comienzo de la guerra en 1914, la aplicación real del famoso Plan Schlieffen expuso limitaciones insalvables.
Este plan, minucioso en teoría, no contemplaba la imposibilidad de ensayar una maniobra de tal magnitud antes de la guerra. Al desplegar fuerzas masivas, aparecieron problemas logísticos y humanos.
“La realidad de desplegar ejércitos masivos generó todo tipo de problemas: las líneas de suministro se alargaron demasiado y las fuerzas sufrieron grandes rupturas en la comunicación. Además, un ejército de este tamaño estaba compuesto en gran parte por hombres inexpertos y aterrorizados que veían el combate por primera vez”, explicó Alex Churchill en declaraciones retomadas por BBC History Magazine.
La derrota alemana inicial no se debió a falta de organización, sino a la imposibilidad de alcanzar la perfección ante las condiciones reales de la guerra.
El papel crucial de belgas y franceses
La narrativa popular suele resaltar la experiencia británica en las trincheras, pero Churchill destaca la importancia de los ejércitos belga y francés en los primeros combates. Mientras la Fuerza Expedicionaria Británica en Francia y Bélgica apenas contaba con 60.000 hombres, el ejército belga, mucho más numeroso, resistió en solitario el avance alemán.
Al mismo tiempo, cientos de miles de franceses combatieron a lo largo de un frente que se extendía desde Alsacia hasta Bélgica, ampliando el sector aliado significativamente.
Un ejemplo clave es la batalla de Mons, el 23 de agosto de 1914. Aunque es célebre en el Reino Unido, BBC History Magazine aclara que fue solo un episodio menor dentro de la batalla de las Fronteras, que se prolongó durante un mes en las fronteras belga-francesa y germano-francesa. La resistencia inicial de belgas y franceses resultó decisiva para frenar el avance alemán y dar tiempo a la movilización aliada.
Una neutralidad imposible
En 1914, la neutralidad absoluta resultó inviable. El comercio global ya era fundamental, lo que impedía que cualquier potencia mantuviera su independencia productiva o militar.
Incluso los países oficialmente neutrales acabaron implicados en el suministro de bienes y materiales a las potencias en guerra. Churchill remarca que ninguna nación imperialista podía permitirse quedar al margen ante la posibilidad de obtener beneficios tras la victoria.
Países como Turquía e Italia esperaron antes de entrar en combate, buscando asegurar sus propias recompensas. Esta dinámica demuestra que la neutralidad quedaba reducida a una ilusión en el contexto de la Gran Guerra.
La guerra olvidada en los frentes balcánico y oriental
La atención histórica se centró en el frente occidental, pero Churchill recuerda que el este de Europa y los Balcanes vivieron una guerra de dimensiones similares. Millones de soldados combatieron en escenarios como el río Drina —actual frontera entre Serbia y Bosnia y Herzegovina—, los lagos Masurianos en Polonia y las colinas de Galitzia, entre Polonia y Ucrania. Rusos, alemanes, serbios, austríacos, húngaros, checos, rumanos y polacos, entre muchos otros, participaron en estos frentes.
Las historias y vivencias de estos soldados suelen quedar fuera de la narrativa dominante, relegando su conflicto a la categoría de espectáculos secundarios. Sin embargo, la historiadora destaca que el impacto de las batallas orientales fue profundo para el desarrollo general de la guerra.
“Nada ocurría en un lado de Europa sin afectar a la guerra en el otro, y es imposible comprender la escala sin precedentes de este conflicto sin entender estos acontecimientos en el este”, afirmó Alex Churchill para BBC History Magazine.
Soldados daneses en el ejército alemán
Un dato poco conocido es la presencia de miles de daneses entre las filas del ejército alemán. Durante la primera acción británica en Mons, una parte significativa de los soldados alemanes era originaria de regiones anteriormente pertenecientes a Dinamarca, que tras la guerra de 1864 pasaron a formar parte de Alemania. En total, cerca de 30.000 daneses fueron reclutados por Alemania durante la guerra y, de ellos, alrededor de 5.000 murieron.
Este hecho, según el medio, ilustra la complejidad de las identidades nacionales y la diversidad étnica dentro de los ejércitos implicados. Rarezas como la participación danesa evidencian la amplitud y la inesperada composición de las fuerzas involucradas, un aspecto generalmente ignorado en los relatos convencionales.
La información proporcionada por BBC History Magazine, basada en la investigación de Churchill, propone reconsiderar los relatos tradicionales de la Primera Guerra Mundial. Resalta datos ignorados y obliga a mirar la Gran Guerra desde una perspectiva más global y compleja, donde las certezas del relato convencional quedan matizadas por una realidad mucho más rica y diversa.