¿Cuántas veces escuchaste que el agua de borrajas sirve para bajar la fiebre, limpiar los riñones o incluso ayudarte a bajar de peso?
En recetas de las abuelas, grupos de medicina natural o posteos virales, esta planta se presenta como una especie de elixir milagroso. Pero detrás de su apariencia inocente y su uso tradicional, la borraja esconde más de un secreto. Y no todos son buenos.
La borraja (Borago officinalis) es una planta de aspecto rústico, con flores azules y hojas cubiertas de pelitos. Se cultiva en muchas partes del mundo y desde hace siglos se utiliza en infusiones por sus supuestas propiedades medicinales.
El famoso agua de borrajas se prepara hirviendo sus hojas o flores en agua, y se toma, generalmente, como un remedio natural para limpiar el cuerpo. Pero más allá del saber popular, no todo lo que se dice es cierto.
Mitos y evidencias
Uno de los mitos más repetidos es que el agua de borrajas sirve para bajar la fiebre en minutos. Pero, si bien tiene un leve efecto sudorífico —es decir, puede aumentar la transpiración—, no hay evidencia científica sólida que respalde su eficacia como antipirético.
Tampoco es un desintoxicante milagroso: aunque tiene un efecto diurético suave, eso no significa que limpie los riñones o elimine toxinas de manera automática. Y, como suele ocurrir con muchas plantas medicinales, que sea natural no la vuelve automáticamente segura.
Ahora bien, la borraja sí tiene algunas propiedades reales que vale la pena mencionar. Contiene compuestos como mucílagos, potasio y ácido gamma-linolénico, que pueden tener efectos antiinflamatorios y emolientes.
Por eso, en algunos casos, puede ser útil como complemento (no como tratamiento principal) para aliviar inflamaciones leves o mejorar ciertas condiciones de la piel, especialmente si se utiliza el aceite extraído de sus semillas. También se ha usado tradicionalmente para estimular la eliminación de líquidos, aunque su efecto es bastante moderado.
Pero lo que casi nadie cuenta es que algunas variedades de borraja contienen alcaloides tóxicos llamados pirrolizidinas.
Estos compuestos, si se consumen en exceso o durante períodos prolongados, pueden ser perjudiciales para el hígado. Por eso, su uso está desaconsejado en niños, mujeres embarazadas o personas con afecciones hepáticas. Además, no debería consumirse de manera continua sin supervisión profesional.
Un regenerador de la piel
Otro dato poco conocido es que, fuera del ámbito medicinal, la borraja tiene aplicaciones en la cosmética natural. Su aceite, por ejemplo, se usa en cremas para pieles sensibles o secas, aprovechando su capacidad regeneradora.
En la cocina, en ciertas regiones de Europa, sus hojas tiernas se utilizan como verdura, siempre bien cocidas para eliminar posibles sustancias irritantes.
Como tantas plantas que han sido parte de la medicina popular durante siglos, la borraja no es ni un veneno ni un milagro. Tiene propiedades interesantes, pero también contraindicaciones que no se deben ignorar.
Pasionarias: conocelas para elegir la indicada y sumar biodiversidad en casa
La próxima vez que alguien te recomiende una taza de agua de borrajas para desintoxicarte, recordá que, a veces, el mejor remedio es la información. Y si tenés la suerte de cruzarte con unos ravioles caseros de borraja, no dudes en probarlos: hay secretos que, cuando se cocinan bien, sí valen la pena.