El misterio de un mensaje dentro de una botella lanzada en el mar del Norte y encontrada en una isla sueca 47 años después, fue resuelto por el noticiero de la BBC de Escocia BBC Scotland News.
Las amigas Ellinor Rosen Eriksson y Asa Nilsson encontraron la botella arrastrada por la marea a comienzos de este año. La carta húmeda y desteñida era difícil de leer, pero pudieron descifrar el nombre de Addison Runcie, el año 1978 y una dirección en la población de Cullen, en el norte de Escocia.
Ahora se pudo establecer que la carta se refería al pescador James Addison Runcie, que estuvo a bordo del barco pesquero Loraley y murió en 1995. Fue escrita por su entonces compañero de tripulación Gavin Geddes, quien se sorprendió cuando le dijeron que había sido encontrada 47 años desde que la arrojaron por la borda. Las mujeres que descubrieron el mensaje en Suecia afirmaron que es “fantástico” que la fuente del misterio se haya resuelto, y la hermana de James calificó la revelación de la historia como “asombrosa”.
Ellinor, de 32 años, y Asa, de 55, encontraron la botella en la costa occidental de Suecia el pasado febrero. “Estaba afuera explorando las islas Väder con mi mejor amiga, Asa”, contó Ellinor. “A las dos nos encanta ir en busca de hallazgos en la playa, y ese día tomamos un barco hasta Torso, la isla más norteña del archipiélago. En lo profundo de los arbustos de la isla, Asa detectó algo inusual: una botella de vidrio grueso que sobresalía del suelo”.
Adentro había una nota húmeda, casi ilegible. La extendieron al sol para secarla y finalmente pudieron descifrar algo del texto. La fecha completa parecía ser: “14.9.78”. También pudieron distinguir un nombre y una dirección “Addison Runcie, Seatown, Cullen, Banffshire, Escocia”.
Ellinor dice que quedaron “completamente maravilladas” al encontrar un “mensaje real en una botella” y que se ilusionaron por averiguar la historia que escondía. Publicaron mensajes al respecto en las redes sociales con la esperanza de conocer más.
Tras una inspección más detallada, también pudieron descifrar las letras “es” antes del nombre Addison Runcie, así como el número 115 al frente de la dirección. BBC Scotland News pudo establecer que James Addison Runcie vivió en esa dirección de Seatown en la población de Cullen en aquella época -las letras “es” correspondían al final del nombre James- y empezó a investigar más.
Jane Worby, de 78 años, que ahora vive en esa casa, expresó que era “agradable conocer un poco de historia” cuando se enteró del asunto. “Te atrapa la imaginación”, comentó sobre el mensaje en la botella. “Casi que me provoca hacerlo yo también”.
James Runcie, conocido localmente como Peem, murió en 1995 a la edad de 67 años. La historia tomó un giro inesperado cuando hablamos con Gavin Geddes, uno de los antiguos compañeros de tripulación del barco Loraley, que había zarpado del puerto pesquero de Peterhead.
“Tan pronto vi la carta, pensé que definitivamente era mi letra”, expresó Gavin, de 69 años. El hombre, que vive a pocos kilómetros de Cullen en Rathven, aseguró que recordaba haber escrito el mensaje, e incluso lo comparó con un escrito en su propia letra para confirmarlo.
Arrojaron “un par de botellas” por la borda, y querían que una de ellas fuera la de James Runcie. “Lanzamos una por Jim y es la única que se encontró en 47 años”, señaló. “Ahora por lo menos tenemos una respuesta”.
Por casualidad, la hermana de Runcie, Sandra Taylor, de 83 años, se encontraba visitando su pueblo natal de Cullen y quedó asombrada cuando le contaron la historia del descubrimiento en Suecia. “Es absolutamente increíble”, comentó.
“Estar meciéndose en el mar durante 40 y tantos años para terminar de repente en la costa, es increíble”, enfatizó. “El nombre y la dirección significan que definitivamente era él. Toda mi familia se dedicaba a la pesca, y para Jim no existía nada más que el mar. Fue un pescador toda su vida”.
Cuando se le preguntó qué hubiese pensado su hermano mayor de todo esto, contestó: “Se hubiera partido de la risa, lo hubiera encontrado difícil de creer. Se hubiera servido un trago y dicho ‘salud’”.
En Suecia, Ellinor y Asa valoraron enormemente que se hubiera descubierto de dónde venía el mensaje. “Es una historia tan cálida y fantástica”, afirmó Ellinor. “Encontrar un mensaje en una botella de alguien tan distante, en un helado día de febrero, lejos en una remota isla con tu mejor amiga, es realmente mágico”.
Explicó que si hubieran sabido el desenlace de la historia, habrían tratado de conservar la botella también. “Yo misma vengo de una familia de pescadores y estoy absolutamente enamorada del mar, y paso mi tiempo en las islas buscando tesoros”, contó.
“A Asa y a mí nos encantaría absolutamente ir a Cullen algún día, para hablar sobre la botella y la historia, y conocer su hermosa costa y comunidad”. “Estamos realmente maravilladas con todo esto”.
*Por Ken Banks