El Museo Picasso de París marcó su 40° aniversario con el anuncio de un ambicioso proyecto que reviste doble importancia para la ciudad y el arte contemporáneo: el lanzamiento del plan “Picasso 2030”, que prevé la incorporación de un jardín de esculturas al aire libre y la construcción de una nueva ala para exposiciones temporales. La institución, fundada en 1985 y actual custodio de la obra de uno de los artistas más influyentes del siglo XX, busca así consolidar y expandir su legado en sintonía con las necesidades del público actual. El nuevo espacio, previsto para inaugurarse en 2030, ofrecerá acceso libre y abrirá un capítulo sin precedentes en la interacción del público con el arte de Pablo Picasso.
Un proyecto pionero: el “primer museo al aire libre” dedicado a Picasso
La directora del museo, Cécile Debray, reveló los detalles centrales del proyecto: “El parque de esculturas será el ‘primer museo al aire libre’ dedicado a Picasso”, según declaraciones a AFP. La magnitud de la ampliación también incluye una nueva ala que duplicará el espacio disponible para exhibiciones temporales, permitiendo así una programación más ambiciosa y diversa. Para la creación del parque, el museo unificará su propio jardín con la contigua Plaza Léonor-Fini, integrando espacios públicos y patrimoniales del Marais. Los visitantes recorrerán obras maestras como la emblemática estatua de bronce de tamaño natural “La Cabra” (1950), entre otras piezas seleccionadas por su significación en la evolución creativa del pintor.
Debray explicó a Le Monde la fuente de inspiración para este innovador espacio: “Nos inspiramos en los jardines escandinavos, donde es posible tocar las esculturas”. Su visión, compartida también con AFP, proyecta “un respiro ‘mágico’ del bullicio de la capital francesa, donde el público ‘podrá interactuar con las obras’”.
Una ampliación financiada por la familia Picasso y patrocinadores corporativos
El desarrollo del proyecto se apoya en una estructura financiera cuidadosamente diseñada. La hija del artista, Paloma Picasso, participa en la planificación como representante de la familia, que junto con patrocinadores corporativos, asumirá los cerca de 60 millones de dólares estimados para la ampliación. Esta colaboración multiactor demuestra la relevancia internacional que sigue manteniendo el apellido Picasso, y su compromiso con la ciudad de París. Paloma, consultada por AFP, manifestó: “el proyecto será un homenaje ‘hermoso’ y ‘lleno de vida, como mi padre’”.
La implicación familiar y empresarial no es secundaria: garantiza recursos y otorga legitimidad cultural a una expansión que contempla dimensiones urbanística, artística y social. El acceso gratuito al parque de esculturas es uno de los ejes de este enfoque abierto e inclusivo: una invitación a toda la sociedad a redescubrir a Picasso fuera de las paredes del museo tradicional.
Una nueva forma de acercarse al arte de Picasso en París
El futuro parque de esculturas busca una relación menos distante entre el público y la obra. Los visitantes podrán pasear entre esculturas emblemáticas y experimentar el arte en un marco natural. Este carácter interactivo e inclusivo responde a la necesidad –identificada por los directivos del museo– de ofrecer al público nuevas formas de contacto con la obra de Picasso, enfatizando la experiencia sensorial y el diálogo con el entorno urbano.
La integración con la Plaza Léonor-Fini, actualmente espacio de vida barrial, permite extender la experiencia museística más allá de los muros del edificio histórico, invitando a nuevos públicos y permitiendo redimensionar el papel del museo en la ciudad.
París y su papel decisivo en la trayectoria vital y creativa de Picasso
La significación de París en la vida del artista es central y está, según el Museo, en el núcleo del proyecto. Picasso, nacido en España en 1881, visitó la capital francesa por primera vez a los 19 años. La ciudad se convirtió luego en motor y escenario para el desarrollo de su estilo, su interacción con otros creadores y la consolidación de su figura. Aunque regresaba periódicamente a su España natal hasta la Guerra Civil de 1936, París fue el crisol de sus búsquedas estéticas y su consagración internacional.
Jonathan Jones, en The Guardian (2015), subrayó que “Picasso nunca olvidó España, pero necesitaba París para convertirse en un gran artista”, y resaltó cómo su genio “está tan entrelazado con las calles y buhardillas, palacios y áticos de París”.
El Museo Picasso: historia, colecciones y retos actuales
Fundado en 1985, el Museo Picasso de París se distingue por la amplitud y diversidad de sus fondos: cerca de 300 pinturas originales que abarcan toda su carrera, más de 1700 dibujos y cuadernos, cientos de esculturas y obras tridimensionales. Además, conserva piezas de la colección privada de Picasso, como estatuas ibéricas, máscaras africanas y obras de Cézanne o Matisse, lo que permite una aproximación integral a su universo creativo.
La institución triplicó su capacidad expositiva hace apenas una década, pero aún experimenta limitaciones de espacio frente al constante flujo de visitantes. Tal como señaló Debray a Le Monde, “el flujo de visitantes se cruza constantemente”, lo que ha motivado la actual ampliación.
Cronograma y continuidad de la actividad del museo
El inicio de las obras está previsto para 2028. El museo ha asegurado que permanecerá abierto durante todo el período de construcción, garantizando así el acceso permanente a las colecciones existentes y manteniendo la vitalidad cultural del espacio. La inauguración integral de la nueva ala y el jardín de esculturas está programada para 2030, punto de partida para una nueva etapa en la relación entre Picasso, París y el público global.