DAMASCO.– Con varias restricciones al voto popular, Siria celebró hoy sus primeras elecciones parlamentarias, casi un año después de que una ofensiva rebelde destituyó al líder autocrático Bashar al-Assad.
La Asamblea del Pueblo tendrá la tarea de aprobar una nueva ley electoral y una Constitución a medida que el país avanza en su transición política post-Assad tras más de una década de guerra civil.
En todo el país, las fuerzas de seguridad se desplegaron alrededor de los centros de votación. En el interior, los miembros del colegio electoral ingresaron a las cabinas de votación para llenar sus papeletas con listas de nombres que luego se colocaron en una caja sellada hasta que fueron extraídas y contadas frente a candidatos, periodistas y observadores de la asociación de abogados sirios.
No hubo voto popular directo en esta elección. Dos tercios de los 210 escaños de la asamblea serán elegidos a través de colegios electorales basados en provincias, con escaños distribuidos por población, mientras que un tercio será designado directamente por el presidente interino Ahmed al-Sharaa. El nuevo Parlamento servirá un mandato de 30 meses mientras se prepara para futuras elecciones.
En teoría, 7000 miembros del colegio electoral en 60 distritos son elegibles para votar por 140 escaños, pero las elecciones se pospusieron indefinidamente en la provincia de Sweida y en áreas controladas por las Fuerzas Democráticas Sirias lideradas por kurdos debido a tensiones entre las autoridades locales y Damasco.
“Hay muchas leyes pendientes que necesitan ser votadas para que avancemos en el proceso de construcción y prosperidad”, declaró Al-Sharaa en un discurso después de ser informado sobre el proceso electoral en el Centro de la Biblioteca Nacional, donde se llevó a cabo la votación en Damasco.
“Construir Siria es una misión colectiva, y todos los sirios deben contribuir a ella”, añadió.
Los críticos argumentan que las elecciones no son una democracia plena, señalando que el sistema de colegio electoral puede favorecer a candidatos bien conectados, consolidando el poder dentro del gobierno interino. Pero para otros, la elección fue una señal de progreso.
En Damasco, 490 candidatos compitieron por 10 escaños, con 500 votantes en el colegio electoral.
Los participantes destacan una mayor libertad en comparación con las elecciones bajo Al-Assad.
Las autoridades interinas dicen que un voto popular es imposible ahora debido al desplazamiento de ciudadanos y la pérdida de documentos.
Lara Eezouki, miembro del comité nacional de elecciones en Damasco, señaló que la nueva asamblea incluye a todas los grupos y dijo que es “la primera vez en la historia de Siria que la urna realmente manda, cuando los resultados no están prearreglados”.
En el Anfiteatro Al-Nasr en Alepo, 220 candidatos compitieron por 14 escaños, con 700 votantes en el colegio electoral.
En la ciudad de Latakia, un antiguo bastión de Al-Assad y hogar de la comunidad alauita, tres candidatos sunnitas ganaron la votación.
Rola Daya, una de las legisladoras recién elegidas, expresó: “Todos aquellos que dijeron que la situación en Latakia era buena (antes) están equivocados. Por supuesto, las tensiones internas permanecen; tomará tiempo resolverlas. Se necesita justicia transicional para que podamos avanzar hacia la paz civil”.
En marzo de 2025, ataques de venganza sectaria mataron a cientos de civiles alauitas a lo largo de la costa mediterránea de Siria en las provincias de Latakia y Tartus después de que grupos armados asociados a Al-Assad atacaran a las fuerzas de seguridad del nuevo gobierno.
Agencias AP, DPA y AFP