
Tras casi diez años de polémica por la relación del príncipe Andrés con el pederasta condenado Jeffrey Epstein y una supuesta relación del hermano de Carlos III con Virginia Giuffre, víctima de abusos sexuales y traficada por el magnate estadounidense, el Palacio de Buckingham ha tomado una decisión determinante. Después de todo un mes en el que los medios británicos desengranaban una historia que no dejaba de ofrecer titulares, el monarca ha decidido retirar definitivamente todos los títulos oficiales a su hermano.
Con un comunicado ofrecido a través de la BBC, la institución ha anunciado a la sociedad la decisión: «Su Majestad ha iniciado hoy un proceso formal para retirar el título, los honores y el tratamiento de Príncipe Andrés”. Además, el hijo de Isabel II seguía residiendo en una de las propiedades pertenecientes a la corona, una vivienda que tendrá que abandonar también: “Hasta la fecha, su contrato de arrendamiento de Royal Lodge le ha brindado protección legal para continuar residiendo allí. Se le ha notificado formalmente la rescisión del contrato y deberá trasladarse a otra vivienda privada”.
“Estas medidas se consideran necesarias, a pesar de que continúa negando las acusaciones en su contra. Sus Majestades desean dejar claro que sus pensamientos y su más sentido pésame han estado, y seguirán estando, con las víctimas y los supervivientes de cualquier forma de abuso”, han explicado en el escrito.
Además, el citado medio ha acompañado la noticia junto al futuro destino del exduque de York: “El príncipe Andrés se mudará a la finca de Sandringham, financiada por el rey. Se entiende que se mudará a una propiedad en la finca privada de Sandringham, en Norfolk. La mudanza será financiada con fondos privados del rey”.
Unos meses de gran tensión en la Corona
Las memorias póstumas de Virginia Giuffre al devuelto a la palestra al príncipe, quien creía haber solucionado el problema con un acuerdo extrajudicial con la estadounidense en 2022. No obstante, el Congreso de Estados Unidos ha reabierto la investigación y prevé citar al hermano del rey Carlos III a declarar. Hace apenas una semana, Andrés renunció al uso de su título de duque de York, una medida que pretendía reducir el impacto en la Corona pero que no ha logrado calmar la indignación pública.
Durante una visita del monarca a la catedral de Lichfield, el 27 de octubre, un grupo de manifestantes lo increpó con gritos sobre el caso: “¿Desde cuándo sabías lo de Andrés y Epstein?” o “¿Has pedido a la policía que lo encubra?”. Aunque Carlos III mantuvo la compostura y continuó saludando a los asistentes, la escena evidenció la tensión creciente en torno a la Casa Real.
El malestar se ha visto agravado por las revelaciones sobre la residencia de Andrés y su exesposa Sarah Ferguson en Royal Lodge, donde viven sin pagar alquiler gracias al sistema de peppercorn rent, un acuerdo simbólico que les permite permanecer allí hasta 2078. El rey ha intentado sin éxito persuadir a su hermano para que se mude a Frogmore Cottage, la antigua casa de los duques de Sussex. Y, según apuntó The Times, si Andrés abandona la vivienda, recibiría una indemnización de 650.000 euros, lo que ha dificultado cualquier negociación.
Las memorias de Giuffre y una serie de correos electrónicos inéditos han agravado la situación. En ellos se demuestra que Andrés mintió al afirmar que había roto todo contacto con Epstein tras su liberación en 2010: doce semanas después aún se escribían mensajes de complicidad. Giuffre asegura también que el príncipe hizo comentarios inapropiados comparándola con sus hijas, las princesas Beatriz y Eugenia, la noche en que habrían ocurrido los abusos.
Los documentos filtrados implican además a Sarah Ferguson, quien habría recibido ayuda económica de Epstein durante quince años, mucho más de las 15.000 libras reconocidas públicamente. Según los correos, el financiero se quejaba de que Fergie “celebró su liberación con sus hijas”.

