El 20 de enero de 2018, a las 8:50 a.m., el avión que transportaba al papa Francisco tocó tierra en el aeropuerto Capitán FAP Carlos Martínez de Pinillos, en medio del repique de tarolas que anunciaban su llegada. Apenas descendió de la nave, una pareja de niños ataviados con trajes típicos de marinera lo recibió con una sonrisa, y minutos después, el sumo pontífice liberó una paloma blanca como símbolo de paz.
Las cámaras de TV Perú no perdieron detalle. Captaron a un grupo de escolares que, con entusiasmo y solemnidad, emulaban la vestimenta de la Guardia Suiza. Al verlos, el rostro del papa se iluminó, quizás porque ese gesto le evocó la calidez del hogar. Pero no fue el único momento conmovedor: al poco tiempo, fue rodeado por decenas de niños y adolescentes que le ofrecieron un abrazo sincero, un gesto espontáneo que transmitió ternura y cercanía.
Luego de esos instantes cargados de emoción, Francisco abordó su papamóvil y partió hacia Huanchaco, donde miles lo aguardaban junto al mar. Durante el recorrido, las calles se poblaron de fieles que agitaban banderas del Vaticano con fervor y esperanza.
En la explanada, una multitud expectante se congregó para oír su mensaje. Muchas personas habían pasado la noche en el lugar, soportando la intemperie, con tal de verlo de cerca y escuchar su voz.
Pero, ¿cuántas personas había, aproximadamente? En el libro ‘El papa Francisco en el Perú‘, se señala que el sumo pontífice ingresó a la explanada que estaba ocupada en toda su extensión por casi un millón de personas”.
En el portal web del Gobierno Regional La Libertad, se menciona lo mismo: “La misa en la explanada de la playa en Huanchaco fue apoteósica, al haber congregado alrededor de un millón de fieles de todas partes del norte del país y de países vecinos”.
Además de pobladores de diversas regiones del norte del país, el balneario recibió a peregrinos que cruzaron fronteras desde Ecuador, Colombia y Venezuela, movidos por la esperanza de ver al papa y sentir, aunque sea por un instante, la cercanía de su mensaje.
El papa ascendió al altar, adornado con símbolos de la cultura mochica, y dio inicio a la misa, que estuvo resguardada por la venerada imagen de la Virgen de la Puerta de Otuzco, patrona de la arquidiócesis de Trujillo. Flanqueado por caballitos de totora, dio inicio a la misa. A continuación, sus primeras palabras:
“En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. La paz esté con ustedes. Quiero dar la bienvenida a todas las comunidades con sus imágenes. Bienvenida a la Inmaculada Virgen de la Puerta de Otuzco, a la Santísima Cruz de Chalpón de Chiclayo, al Señor Cautivo de Ayabaca, a la Virgen de las Mercedes de Paita (…)”, expresó ante la multitud.
Durante la misa, el papa Francisco habló sobre las secuelas que dejó El Niño Costero en 2017. Como es sabido, la mayoría de familias y personas que sufrieron algún tipo de daño ocasionado por El Niño Costero se ubican en los distritos de Huanchaco (centro poblado El Milagro), El Porvenir, La Esperanza, Florencia de Mora y Laredo en la provincia de Trujillo, en Virú en el centro poblado Nuevo California, entre otros.
“Cuando sintieron el golpe de El Niño, estas tierras supieron ponerse en movimiento y estas tierras tenían el aceite para ir corriendo y ayudarse como verdaderos hermanos. Estaba el aceite de la solidaridad, de la generosidad que los puso en movimiento y fueron al encuentro del Señor con innumerables gestos concretos de ayuda en medio de la oscuridad. Junto a tantos otros fueron sirios vivos que iluminaron el camino con manos abiertas y disponibles para paliar el dolor y compartir lo que tenían desde su pobreza”, dijo.
En otro pasaje de su mensaje, el sumo pontífice condenó la violencia y el sicariato que han golpeado al norte del país y que, lamentablemente, aún persisten. Es preciso señalar que esta grave problemática no se limita a una sola ciudad, sino que afecta a diversas partes del Perú.
El mensaje del papa Francisco contra el sicariato
En un boletín del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, titulado ‘El fenómeno del sicariato en el Perú‘, se incluyeron datos sobre el número de víctimas por este delito en distintos distritos del país, según la calificación preliminar de la Policía Nacional del Perú (PNP), durante el período 2015-2017.
A nivel distrital, el Callao ocupa el primer puesto (19 casos), seguido de Trujillo (17 casos) y El Porvenir (14 casos), ambos ubicados en La Libertad. Estos datos, al convertirse en tasas, coloca a El Porvenir con 3.1 seguido del Callao con 3.0 y, en tercer lugar, el distrito de Piura con 1.9.
Sobre esta problemática, el sumo pontífice dio un mensaje contundente: “Otras tormentas pueden estar azotando estas costas, y en la vida de los hijos de estas tierras tienen efectos devastadores. Tormentas que también nos cuestionan como comunidad y ponen en juego el valor de nuestro espíritu, se llama violencia organizada, como el sicariato y la inseguridad que esto genera”.
“Muchas veces nos interrogamos sobre cómo enfrentar estas tormentas o cómo ayudar a nuestros hijos a salir adelante frente a estas situaciones. Quiero decirles que no hay salida, no hay otra salida mejor que la del evangelio, se llama Jesucristo. (…) Los peruanos, en este momento de su historia, no tienen derecho a dejarse robar la esperanza”, agregó. Tras ello, la mayoría de los asistentes aplaudió.