León XIV ha llamado a ejercer la justicia para «tantos países y pueblos» cuyas condiciones de vida «son tan injustas e inhumanas que resultan inaceptables». «Sin justicia no se puede administrar el Estado; es imposible tener derecho en un Estado donde no hay verdadera justicia», ha asegurado.
Así lo ha expresado el Pontífice en el jubileo dedicado a los operadores de justicia, celebrado este sábado. «Tener ‘hambre y sed’ de justicia es ser conscientes de que esta exige el esfuerzo personal de interpretar la ley en la medida más humana posible, pero sobre todo pide aspirar a una ‘saciedad’ que solo puede colmarse en una justicia mayor, que trascienda las situaciones particulares», ha expresado.
«La justicia dispone a respetar los derechos de cada persona y a establecer en las relaciones humanas la armonía que promueve la equidad hacia las personas y el bien común, un objetivo que garantiza un orden que protege a los débiles, a los que buscan justicia porque son víctimas de la opresión, excluidos o ignorados», ha afirmado a la multitud congregada en la plaza de San Pedro.
Asimismo, ha indicado que para que esta justicia se concrete debe tender «hacia los demás», de modo que «se de a cada uno lo que le es debido, hasta conseguir la igualdad en dignidad y oportunidades entre los seres humanos».
Además, ha reconocido que «la igualdad efectiva no es la igualdad formal ante la ley», ya que «aunque es una condición indispensable para el correcto ejercicio de la justicia, no elimina el hecho de que se produzcan crecientes discriminaciones que tienen como primer efecto precisamente la falta de acceso a la justicia».