
El nuevo marco legal en materia de violencia sexual en Francia establece criterios detallados que buscan proteger de manera más efectiva a las víctimas, según informó el Parlamento francés. Tras el histórico caso de Gisele Pelicot, el Senado aprobó con 327 votos a favor una reforma legislativa que redefine los delitos de violación y agresión sexual, incorporando el principio de consentimiento explícito como elemento central en el Código Penal. De acuerdo con el medio, esta medida pone fin a un prolongado debate sobre la interpretación de la voluntad en el contexto de las agresiones sexuales.
La aprobación en la Cámara Alta siguió a la aprobación del mismo texto en la Asamblea Nacional, ocurrida el 23 de octubre, y contó con la activa participación del Ministerio de Igualdad y Lucha contra la Discriminación. Según detalló dicho ministerio, la nueva normativa introduce de forma explícita el concepto de consentimiento en los delitos de agresión sexual y violación, lo que permitirá reflejar de manera más fiel los distintos tipos de violencia sexual registrados en Francia. Hasta ahora, las leyes solamente reconocían como violación “todo acto de penetración sexual, de la naturaleza que sea, o todo acto buco-genital cometido mediante violencia, coacción, amenaza o sorpresa”. Con la reforma, cualquier acto sexual realizado sin consentimiento pasa a constituir agresión sexual.
Según describió el Parlamento francés, el consentimiento debe reunir condiciones específicas para ser válido: debe ser otorgado de forma voluntaria, informada, concreta, anterior al acto y puede revocarse en cualquier momento. El nuevo articulado indica que el silencio, la pasividad o la ausencia de reacción de la persona en situaciones en que se encuentre dormida, inconsciente, bajo influencia o en estado de shock no pueden interpretarse como signos de consentimiento.
El ministro encargado de las relaciones con el Parlamento, Laurent Panifous, valoró la aprobación de la ley y calificó el cambio como un avance de gran importancia para quienes han sido víctimas de delitos sexuales. “La aprobación definitiva del texto por el Parlamento supone un importante paso adelante para los derechos de las víctimas”, afirmó Panifous, citado por el medio.
El origen de la reforma radica en el caso de Gisele Pelicot, quien fue víctima de múltiples violaciones y abusos sexuales cometidos entre 2011 y 2020, mientras se encontraba bajo sumisión química. Como consecuencia del juicio por este caso, medio centenar de hombres recibieron condenas y el marido de la víctima fue sentenciado a 20 años de prisión, mientras que los demás responsables enfrentaron penas que van de tres a 15 años. Según consignó el medio, este caso puso en evidencia la necesidad de ajustar el marco legal para contemplar la realidad de las agresiones sexuales y simplificar la persecución penal en situaciones donde la voluntad de la víctima se ve anulada por distintos factores.
La adopción de este nuevo marco convierte a Francia en uno de los países europeos que han incorporado el consentimiento explícito en la legislación penal sobre delitos sexuales, según reportó el medio, sumándose a otros territorios como España, donde la ley conocida como ‘solo sí es sí’ ha instalado el mismo principio legal.
Con la reforma, el Código Penal francés también refuerza el abordaje de situaciones en las que la víctima se encuentra incapacitada para oponerse o expresar su negativa. El Ministerio de Igualdad y Lucha contra la Discriminación explicó al medio que la ley establece criterios como la libertad de la voluntad, la posibilidad de retirar el consentimiento en cualquier momento y la importancia de que la autorización sea específica a cada acto, subrayando que la interpretación del consentimiento no puede depender del comportamiento de la víctima anterior al hecho ni de la ausencia de resistencia física.
El debate sobre la cultura de la violación en Francia, potenciado por el caso Pelicot, ha estimulado el respaldo multipartidista a este cambio legislativo, según publicó el medio. Solo 15 legisladores optaron por la abstención en la votación final de la Cámara Alta. El Parlamento prevé que la reforma ayude a disminuir los obstáculos legales a que se enfrentan muchas víctimas de abuso sexual cuando acuden al sistema judicial.
El texto, presentado en enero tras la sentencia judicial del caso Pelicot, fue impulsado por colectivos de víctimas y organizaciones sociales. Estas agrupaciones expresaron al medio su apoyo a la nueva ley, considerándola un avance en la protección de derechos y la persecución del delito sexual. El Ministerio de Igualdad y Lucha contra la Discriminación remarcó en su comunicación que la legislación posterior incorporará nuevas directrices para la formación de jueces y funcionarios respecto al análisis del consentimiento en las investigaciones judiciales.
Con la aprobación de esta ley, Francia adapta su legislación penal a las demandas de quienes reclaman el reconocimiento del derecho a la autonomía sexual y la protección frente a situaciones en las que la víctima carece de la capacidad de dar o retirar su consentimiento, un aspecto que las organizaciones sociales y autoridades consideran esencial para adecuar la justicia a la realidad contemporánea de los delitos sexuales.
De acuerdo con el Parlamento, la inclusión de la ausencia de consentimiento como factor decisivo en los casos de violación y agresión sexual resuelve vacíos legales anteriores y permite sancionar con mayor precisión las situaciones en que las víctimas no logran expresar su oposición debido a circunstancias externas o estados alterados de conciencia. El medio subraya que este cambio pretende modificar el estándar de la prueba en los procesos judiciales y dar más herramientas a las autoridades para aplicar la ley de manera efectiva.
