La inseguridad ciudadana sigue en aumento y tiene en alerta a los vecinos de Los Olivos, en Lima Norte. En la urbanización Carlos Cueto Fernandini, un pasaje se ha convertido en escenario frecuente de robos y asaltos violentos, al punto que los propios residentes lo llaman “el pasaje del terror”. Los ataques ocurren a plena luz del día y también en las noches, dejando a vecinos, transeúntes e incluso trabajadores estatales en constante riesgo.
Las cámaras de seguridad instaladas en las viviendas han registrado en repetidas ocasiones cómo los delincuentes armados interceptan a las víctimas, las golpean y las tiran al suelo para arrebatarles sus pertenencias. En uno de los últimos casos, un sujeto no solo asaltó a un joven en plena vía pública, sino que minutos después atacó a un censista del Censo Nacional 2025 que cumplía con su labor en la zona. Este doble hecho encendió las alarmas entre los vecinos, quienes denuncian que pese a la existencia de una caseta de Serenazgo cerca del lugar, la respuesta nunca llega a tiempo.
Vecinos de Los Olivos denuncian falta de seguridad en “el pasaje del terror”
Los residentes de la urbanización aseguran que los asaltos se repiten casi todos los días, especialmente en horarios nocturnos y de madrugada. “Aquí un joven fue encañonado con pistola en la esquina, y al rato asaltaron a otro en la calle Mercedes. Era el mismo ladrón”, relató la dueña de una tienda de la zona. La modalidad se repite: el delincuente llega con un arma, empuja al suelo a su víctima y le arrancha el celular antes de huir rápidamente.
Ante esta ola de robos y asaltos en Los Olivos, los vecinos han optado por colocar rejas no solo para vehículos, sino también para peatones. En la entrada principal de la urbanización hay un cartel que advierte: “Por seguridad ciudadana mantener la reja cerrada por asaltos, robos a las viviendas y vía pública”. El horario de cierre se extiende desde las 10 de la noche hasta las 5 de la mañana, obligando a los residentes a restringir el libre tránsito como medida de autoprotección.
La preocupación crece porque en la misma zona hay instituciones educativas, losas deportivas y pasajes donde circulan diariamente jóvenes y familias. A tan solo unas cuadras se ubica la caseta de Serenazgo, que según algunos vecinos sí funciona, pero cuya respuesta es tardía. Los residentes aseguran que la situación es tan grave que han optado por modificar sus rutinas, salir menos y cerrar antes sus negocios para no ser sorprendidos por los delincuentes que, según denuncian, patrullan las calles sin encontrar resistencia.
Ansiedad, insomnio y estrés postraumático: el costo invisible de la inseguridad
El Ministerio de Salud (Minsa) y el Instituto Nacional de Salud Mental (INSM) advierten que la violencia urbana no solo deja víctimas de robos o extorsiones, también está generando un aumento de casos de ansiedad, insomnio y estrés postraumático (TEPT) en la población. La exposición constante a situaciones de peligro activa un estado de hipervigilancia, donde el sistema nervioso mantiene a la persona en alerta permanente, afectando su descanso, concentración y vida familiar.
De acuerdo con los datos epidemiológicos, entre el 30% y 40% de los casos de ansiedad atendidos en salud pública están directamente vinculados con experiencias de asaltos, amenazas o la simple percepción de inseguridad. Los más afectados son los adultos jóvenes y las mujeres, quienes enfrentan una mayor carga de estrés cotidiano. Las encuestas confirman la magnitud del problema: ocho de cada diez peruanos reconocen vivir con miedo debido a la delincuencia.
Los especialistas advierten que este impacto psicológico se refleja en síntomas como palpitaciones, tensión muscular, irritabilidad y fatiga crónica, además de cambios de hábitos en la rutina diaria: colocar rejas, instalar cámaras, evitar salir de noche o prohibir a los niños jugar en la calle. El Minsa recuerda que quienes presenten síntomas persistentes pueden acudir a los Centros de Salud Mental Comunitarios o llamar gratuitamente a la Línea 113, opción 5, para recibir orientación y atención temprana.