Los alumnos de la escuela N° 25 de Quilmes estaban en plena clase cuando días atrás, en una jornada lluviosa, pedazos de durlock cayeron de repente sobre ellos. A falta de ayuda y respuesta del gobierno de la Provincia de Buenos Aires, sus madres se las ingenian- desde la organización de rifas hasta la venta de comida- para que la institución, con graves problemas edilicios, se mantenga de pie.
Sin embargo, ellas, integrantes de la cooperadora, manifestaron este viernes por la mañana al móvil del LN+ que, pese a sus esfuerzos, “necesitan una solución” que permita a sus hijos estudiar en un lugar digno y seguro.
Los problemas de infraestructura en esta escuela evidencian solo otra arista de la catástrofe educativa en la Argentina.
“Bizcochuelos y tortas fritas”
Antonela, madre de un alumno de la escuela contó el empeño que junto a otras mamás realiza ante la escasa o nula auxilio del gobierno provincial.
“Es una lucha. Hay muchas mamás que están haciendo rifas para juntar dinero y pintar el colegio, para arreglarlo. Pero la cooperadora solo no puede hacer todo. Esto necesita más, nosotros no podemos tapar el sol con las manos”.
Asimismo, contó que realizan rifas y organizan “ferias de plato” en la que venden “bizcochos, pastas frolas, tortas fritas” para recaudar dinero.
“Los padres donan comida, pero no se junta lo suficiente para poder solucionar todo”, afirmó.
“Hay mucho deterioro”
La tesorera de la cooperadora también coincidió con Antonela. “Hay mucho deterioro. Viene de hace rato. Es la parte burócrata del problema; hay que remarla demasiado. Se hacen notas y es poca la respuesta”.
Ana es otra madre que se acercó al móvil para ampliar los detalles de la inacción del gobierno ante los graves problemas de la escuela: “La respuesta del consejo escolar a los directivos del colegio es que la situación no es urgente. Tener un hueco en el techo no es algo urgente para ellos”.
Pasillos como aulas
Incluso, la tesorera aseguró que los alumnos desde hace diez días se turnan con sus compañeros para estudiar en los pasillos ante la falta de un aula segura para impartir clases.
“Hay mucha interrupción porque pasa gente continuamente”, resaltó.
Ambas entrevistadas contaron que el jueves algunos albañiles acudieron a la escuela para realizar arreglos luego de la difusión de un rumor sobre una posible marcha de las madres. Según le contaron al móvil de LN+, tales trabajos fueron mínimos e incluso utilizaron los mismo pedazos de durlock que se había caído del techo para repararlo. “Pero se tienen que hacer arreglos más profundos, no provisorios”, remarcaron.
En ese sentido, Ana resaltó los graves problemas edilicios que sufre la escuela. “Los cables no se pueden utilizar; la heladera se quemó. Los chicos no están tomando la merienda que le corresponde. No se puede hacer mate cocido. ¿Qué es lo que esperamos? ¿Venir con una vela a pedir por la vida de un chico? Preferimos levantar una pancarta hoy”, exclamó.