El plan “Felices Pascuas” de Javier Milei para quebrar al dólar –y a los precios– está en marcha. Se trata de un mecanismo de relojería que el equipo económico puso en funcionamiento el último lunes y que –hasta el momento– ofrece señales prometedoras. Puertas adentro, la confianza es tal que el Presidente confirmó que no aceptará que nadie, salvo el mercado, sea el que dé el veredicto final.
“No se va a intervenir hasta que toque el piso de la banda. Esto es, hasta $1000 no se compra”, escribió Javier Milei en un posteo en X. Su respuesta llegó al tercer día del nuevo esquema cambiario pactado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) cuando la fe de las “Fuerzas del Cielo” se vio desborda: tras el salto inicial de 9,5% del dólar al medio de la banda –casi $1200–, una flotación estable que duró lunes y martes en medio de las alertas por el impacto que podía haber en los precios este mes, el dólar finalmente se desinfló. Fue la mejor manera de arrancar la Semana Santa para las fuerzas libertarias que gobiernan.
El lunes, el dólar minorista comenzó a flotar en $1230 y el miércoles terminó cerrando en $1160.
¿En qué se base la confianza de Milei? Según la cantidad de pesos circulando en el mercado (la base monetaria es la mitad del promedio habitual en la Argentina), la cobertura conseguida en dólares, y las expectativas de cómo evolucionarán esas variables en el mediano plazo, incluso sin intervención del Banco Central (BCRA), el tipo de cambio oficial debería ir $911. O sea, por debajo de la banda de flotación que selló el Gobierno en el acuerdo con el Fondo y por el cual ingresaron el martes US$12.368 millones en Derechos Especiales de Giro (DEG). El miércoles entraron US$1500 extras del Banco Mundial. De los ingresos “inminentes” faltan aún US$2000 millones del repo (préstamo de privados). En esta primera etapa sumarán US$15.500 millones. En total, en este año, el Gobierno espera que aterricen US$23.100 millones para capitalizar a la entidad.
Vale recordar la regla contemplada en el staff report del Programa de Facilidades Extendidas (EFF, según las siglas en inglés) sobre la intervención en el nuevo esquema cambiario. Es una banda de flotación que va de $1000 a $1400 y que se actualizará mensualmente de manera divergente (+1% el techo; -1% el piso). El BCRA deberá vender cuando se supere la banda superior y comprar cuando se perfore la inferior. Sin embargo, dentro de la banda sólo está permitido comprar para acumular reservas. La meta anual con el Fondo es de US$4000 millones.
Milei está tan seguro de la tendencia a la baja del dólar que ratificó que sólo acumulará reservas –claves para pagar deuda– cuando se perfore el piso de la banda, a los $1000.
El plan “Felices Pascuas” Milei tiene tres claves. La primera se relaciona a la cantidad de pesos en la economía. El viernes en el Gobierno hablaban de $30.000 millones (unos US$23.000 millones). Esa cantidad de pesos ya fija, de hecho, seguiría una tendencia decreciente. No por nada, los bancos subieron sus tasas buscando retenerlos. El Gobierno ya aseguró que habrá dos vías para retirarlos. La primera es el superávit primario. La meta con el Fondo para este año es de 1,3% del PBI. Economía la hizo más exigente, a 1,6% del producto. Este miércoles, el ministro de Economía, Luis Caputo, anunció que en marzo sumó un nuevo superávit financiero de $398.909 millones. En 2024, se obtuvo el primer superávit financiero anual en 14 años, y el mayor en 16. El equilibrio fiscal, la principal ancla del programa, irá absorbiendo más pesos. “Son 15 meses de gestión, 14 de superávit”, recordó un hombre clave del equipo económico.
La segunda vía para absorber pesos nació con los primeros anuncios de Caputo, allá en diciembre de 2023, y sumó un nuevo capítulo el martes. Ese día, el BCRA anunció nuevas series de Bopreal para las deudas comerciales (previas al 12 de diciembre de 2023) y el stock de utilidades de las empresas (anteriores a 2025). Ese stock era el único temor que el equipo económico tenía a la hora de abrir el cepo y flotar. Esos bonos aspirarán más pesos de la economía.
Los dólares
La segunda pata del Plan son los dólares. No sólo los que lograron acopiar Milei y Caputo a través del apoyo de organismos multilaterales y que fueron significativamente mayores a los esperados. La señal de que el dólar oficial comienza a bajar en un marco de estabilidad, sumado a un alza de las retenciones a partir de julio podría acelerar las liquidaciones de la cosecha gruesa, dicen en el Gobierno. Pero entre las exportadoras hubo quejas. El miércoles hubo un volumen de liquidación de entre 150.000 o 160.000 toneladas de soja, similar al martes. “Es poco. La baja del tipo de cambio no ayudó”, dijeron. “Había ganas de vender, pero cuando bajo el dólar, se redujeron las ofertas”, agregaron. “El productor va a vender, se tiene que estabilizar el tipo de cambio y ahí venderá bien y fuerte. Pero si está bajo, como al cierre de hoy, no ayuda”, alertaron.
A esto hay que agregar la decisión del BCRA de eliminar el cepo para los inversores no residentes con una permanencia mínima de seis meses –una herramienta macroprudencial a lo Lavagna para evitar a los fondos “golondrinas”– que ingresen dólares al país. “El tercer turno del carry trade”, lo llamó despectivamente Cristina Kirchner en X.
Hoy se multiplicaban las versiones sobre bancos de inversión recomendando la compra de deuda argentina luego de la decisión de la remoción parcial del cepo. “Hace un mes escuché un call y esperaban entrar cuando salgan del cepo”, dijo el economista Fernando Marull, sobre una información –no confirmada– que hablaba de que el JPMorgan impulsaba ese camino. Lo que está claro es que un dólar a la baja y una mejor tasa en pesos promoverá una tasa implícita en dólares atractiva para los inversores. Quienes lleguen y apuesten por el plan de Milei deberán vender sus dólares en el BCRA de Santiago Bausili.
Los precios
La tercera clave es la inflación. Al comienzo del gobierno libertario, en el proceso de reordenamiento de precios relativos que implicó una devaluación, la remarcación de precios estuvo en debate. Un equipo económico, aún sin recorrido, dijo que el dólar de equilibrio era de $1100. El sector privado lo vio entre $1300 y $1400. Las remarcaciones, como cobertura, volaron. El resultado ya es conocido: el consumo masivo se hundió y la inflación se desaceleró. “Se van a meter los productos en el orto”, dijo Milei en una entrevista citando el “principio de imputación de Menger”. Para el Presidente, el valor del dólar no determina, pese a los últimos 80 años de historia argentina, los precios. La clave es la cantidad de pesos.
Hoy los supermercados grandes rechazaron la mercadería con lista de precios nueva de unilever y Molinos con subas de 9% a 12%.
👏👏👏👏— totocaputo (@LuisCaputoAR) April 16, 2025
“Hoy los supermercados grandes rechazaron la mercadería con lista de precios nueva de Unilever y Molinos con subas de 9% a 12%”, afirmó Caputo tras la baja del dólar, También se festejó el índice de precios mayoristas, que fue en marzo de 1,5%. Quienes en detalle el acuerdo con el Fondo no dudan: pese a un impacto en abril o mayo, la tendencia subyacente de la inflación –en base al actual plan económico oficial– es hacia la desaceleración.