El portavoz en árabe de las Fuerzas de Defensa de Israel, Avichay Adraee, se ha desplazado este jueves hasta un puesto militar israelí en la localidad de Jiam, en el sur de Líbano, desde donde ha lanzado un alegato cargando contra el partido-milicia chií libanés Hezbolá, al que ha calificado como «el primer obstáculo» para que los locales puedan «disfrutar de una vida digna» en una intervención enérgicamente condenada por el primer ministro libanés, Nawaf Salam.
«Os pregunto, hijos de la secta chií del Líbano, ¿Hezbolá realmente os representa? (El secretario general de Hezbolá) Naim Qasem afirma que os protege, que habla en vuestro nombre y se niega rotundamente a entregar sus armas. ¿Qué esconde su verdadera intención?», ha discurrido en un vídeo difundido a través de su propia cuenta en X.
Adraee ha acusado a Hezbolá de destruir las aldeas de la región de Marjayún, escenario de múltiples ataques israelíes –el último, hace apenas once días–, y ha afirmado que la organización libanesa es «el principal obstáculo para la reconstrucción» de las aldeas de los alrededores de Jiam, la localidad de mayoría chií desde donde ha hablado.
«Para nosotros el hecho de ser chiíes no significa que seáis trabajadores de Irán», ha indicado el portavoz, explicando que, en cambio, para Israel «ser chií significa tener derecho a vivir con dignidad y paz (…) en Líbano». «Eso es todo, pensadlo», ha añadido.
Por su parte, el primer ministro libanés, Nawaf Salam, ha condenado «en los términos más enérgicos la gira provocadora» de Adraee.
«Este comportamiento agresivo reafirma la determinación de Israel de socavar la estabilidad en el sur», ha denunciado, apuntando a que, en contraste, «Líbano se ha comprometido a implementar resoluciones internacionales y extender la autoridad estatal sobre todo su territorio a través de sus fuerzas armadas».
De este modo, Salam ha reiterado el «llamamiento a la comunidad internacional para que ejerza la máxima presión sobre Israel para que se retire totalmente de los territorios libaneses que sigue ocupando y cese sus violaciones terrestres, marítimas y aéreas, de conformidad con su compromiso con la declaración de cese de hostilidades de noviembre pasado».
Israel ha lanzado decenas de bombardeos contra Líbano a pesar del alto el fuego de noviembre de 2024 argumentando que actúa contra actividades de Hezbolá y asegura que, por ello, no viola el pacto, si bien tanto Beirut como el grupo se han mostrado críticos con estas acciones, igualmente condenadas por Naciones Unidas.
El alto el fuego, alcanzado tras meses de combates al hilo de los ataques del 7 de octubre de 2023, contemplaba que tanto Israel como Hezbolá debían retirar sus efectivos del sur de Líbano. Sin embargo, el Ejército israelí ha mantenido cinco puestos en el territorio de su país vecino, algo también criticado por las autoridades libaneses y el grupo chií, que exigen el fin de este despliegue.