Las principales empresas españolas del sector porcino, entre ellas El Pozo, Noel, Campofrío y Sánchez Romero Carvajal, figuran desde esta semana entre las más afectadas por la reciente decisión del Gobierno chino de imponer aranceles adicionales a las importaciones de cerdo europeo. Según informa El Español-Invertia, este giro supone un fuerte contratiempo para el sector en un momento de clara recuperación en sus exportaciones al ‘gigante asiático’.
Recuperación interrumpida por los nuevos aranceles
Tras varios años de descensos en las ventas de porcino a China, el arranque de 2025 marcaba una clara tendencia al alza para las empresas españolas. Durante el primer semestre, las exportaciones de carne y subproductos alcanzaron las 279.000 toneladas, superando los 570,5 millones de euros, con un crecimiento del 13,9% respecto al mismo periodo del año anterior. Este avance auguraba una consolidación de la remontada después de tres ejercicios negativos.
Prueba de la importancia del mercado chino, este país absorbió en 2024 unas 540.000 toneladas, con un valor superior a 1.097 millones de euros, representando cerca del 20% del volumen total de las exportaciones españolas de porcino y el 12,5% de su valor total.
Sin embargo, la aprobación por parte de China de un arancel del 20% a partir de este miércoles pone en jaque la continuidad de esta tendencia positiva. “Todo esto no tiene ningún sentido”, declaró a El Español-Invertia el director general de la patronal cárnica Anice, Giuseppe Aloisio, quien reclama a las autoridades europeas que adopten “medidas compensatorias” que protejan al sector.
Subproductos, los más amenazados
El recargo afecta directamente a empresas como El Pozo, Noel, Campofrío o Sánchez Romero Carvajal, así como a todas aquellas firmas españolas que participaron en la investigación antidumping iniciada por China hace quince meses. Aunque colaboraron en ese proceso, a todas se les impondrá el mismo incremento del 20%. Aquellas compañías que no cooperaron, por el contrario, afrontarán aranceles aún más elevados –hasta un 62,4% en algunos casos-.
Lo más preocupante para la industria es el impacto que esta medida puede tener sobre unos productos muy demandados en el país asiático y con poca salida en otros mercados, como los huesos carnosos y vísceras. Estos subproductos suponen la mayor parte de las exportaciones españolas a China, y, como señala el sector, un recargo del 20% puede ser decisivo para dejar fuera del mercado chino a muchos de ellos.
La amenaza resulta todavía más inmediata dada la creciente competencia de Brasil, que en los últimos años se ha posicionado como alternativa para los importadores chinos. Al encarecerse los productos españoles clasificables como commodities (materias primas), la capacidad de competir frente a proveedores que no sufren estos recargos se reduce drásticamente.
Origen del conflicto y perspectivas de negociación
El origen de estos aranceles está ligado a la respuesta de China a las sanciones impuestas desde Bruselas a los vehículos eléctricos chinos, que llegaron a alcanzar el 38%. Desde el comienzo, la decisión del Gobierno chino ha generado malestar en el sector y se señala el evidente carácter “provisional” de la medida. Según Interporc, la patronal porcina, “por el momento hay un informe preliminar, es decir, no definitivo”.
En ese contexto, Aloisio confía en que “la Comisión Europea y el Ministerio de Comercio tengan espacio y margen para poder alegar, y luego la Comisión para poder negociar”. De momento, se trata de un proceso abierto cuyo resultado dependerá de las gestiones diplomáticas y comerciales en curso.
Litera Meat, la excepción española
Dentro del grupo de empresas españolas afectadas se encuentra una excepción notable: Litera Meat, con sede en Huesca, a la que las autoridades chinas han otorgado un arancel reducido del 15,6%. Este “premio” se debe a la especial colaboración de la empresa durante la investigación del Ministerio de Comercio de China.
Litera Meat formó parte de una muestra seleccionada para un exhaustivo análisis junto a la holandesa Vion y la danesa Danish Crown, que en cambio afrontarán tasas del 32,7% y 31,3%, respectivamente.
Así, el futuro inmediato del porcino español en China queda condicionado por las negociaciones a nivel europeo y por la capacidad de adaptación de las empresas ante un entorno comercial cada vez más incierto.