
Khady Florence Dabo Correia asumió el liderazgo del Ministerio de Mujer y Solidaridad Social dentro del Gobierno transitorio de Guinea Bissau, un gabinete que, según informó O Democrata, ha reforzado de forma visible la presencia de mujeres en cargos estratégicos: cinco encabezan ministerios y una ocupa la Secretaría de Estado de Cooperación Internacional y Comunidades. Esta apuesta se anunció pocos días después del golpe militar que desplazó de la Presidencia a Umaro Sissoco Embaló y propició el ascenso de Horta N’Tam como presidente interino y de Ilidio Vieira Té como nuevo primer ministro.
O Democrata reportó que Vieira Té, quien asumió la jefatura de Gobierno, posee experiencia previa en la administración pública, procedente de su gestión en el Ministerio de Finanzas y su reciente papel como director de campaña electoral. La crisis política desembocó en la anulación de los resultados de las elecciones nacionales y la disolución de la estructura institucional, obligando al establecimiento de una administración temporal.
El nuevo gabinete, integrado por 28 personas, incluye 23 titulares de ministerios y cinco secretarios de Estado. Entre sus integrantes figura un grupo con trayectorias políticas vinculadas a partidos afines al expresidente Embaló, así como funcionarios que anteriormente ocuparon posiciones en su gobierno. Autoridades citadas por O Democrata confirmaron restricciones de salida del país impuestas a ex colaboradores de Embaló, justificadas por la necesidad de avanzar en la investigación sobre un posible complot que habría desencadenado la intervención militar.
Cinco militares han recibido la responsabilidad de gestionar ministerios y secretarías estatales consideradas estratégicas para el periodo de transición. Manejan los sectores de Interior, Defensa, Salud Pública, Orden Público y la Secretaría de Estado orientada a veteranos de la lucha de liberación. Según analistas consultados por O Democrata, la presencia de estos oficiales busca crear condiciones de seguridad interna, fortalecer el control político y asegurar la gestión en áreas calificadas como delicadas durante la transición.
El nombramiento de Horta N’Tam como presidente de transición quedó oficializado mediante una ceremonia en la que denunció un supuesto complot vinculado a redes de narcotráfico para influir sobre los resultados electorales. Según publicó O Democrata, la anulación de las elecciones obedeció al enfrentamiento político entre Embaló y el opositor Fernando Dias da Costa, agravando la división social y consolidando un clima de alta tensión.
El medio O Democrata relató que la recomposición gubernamental generó reacciones adversas entre sectores cercanos a Embaló y en el parlamento, los cuales demandaron transparencia en la supervisión de exfuncionarios y manifestaron su desacuerdo con las medidas de la actual dirección militar, en particular la limitación de la movilidad de los exministros. Organizaciones sociales sumaron su exigencia de protección de derechos y garantías en el proceso de reorganización institucional, requiriendo, junto a medios locales, transparencia en las investigaciones relacionadas con el supuesto golpe.
Los perfiles incluidos en el Ejecutivo provisional combinan experiencia en la administración estatal, participación en organizaciones de la sociedad civil y labor en la gestión de políticas públicas y desarrollo social. O Democrata consignó que esta diversidad responde a la estrategia del Gobierno para favorecer el consenso político y facilitar la gobernabilidad en un contexto marcado por la inestabilidad.
Entre las prioridades del Ejecutivo de transición figuran la revisión del mecanismo electoral y la reestructuración de los órganos dedicados a la seguridad, con el fin de reducir la probabilidad de nuevos episodios violentos o crisis institucionales. El presidente interino, Horta N’Tam, remarcó en sus declaraciones ante la prensa que el gobierno transitorio limitará su mandato a un periodo de un año, tras el cual se pretende celebrar elecciones para restablecer la normalidad democrática.
O Democrata detalló que la comunidad internacional mantiene presión constante sobre el gobierno de transición. Organizaciones y observadores externos han solicitado procedimientos abiertos y sistemas eficaces de rendición de cuentas en la gestión y en las investigaciones relacionadas con los hechos previos al golpe de Estado. La recomposición del Ejecutivo busca, en este marco, atender tanto a las demandas internas de estabilidad como a los requerimientos del entorno internacional sobre restauración del orden constitucional y protección de derechos fundamentales.
El expresidente Umaro Sissoco Embaló permanece en Brazzaville, República del Congo, mientras continúa el proceso de transición política en Guinea Bissau. El gobierno provisional, según concluyó O Democrata, enfrenta el desafío de recuperar el funcionamiento del Estado, la confianza pública y la estabilidad en un ambiente todavía afectado por disputas internas tras la insurrección militar y la anulación de los comicios.
