El primer día de Rojo en Racing: cómo fue recibido por el plantel y las similitudes con otros “ex” Boca

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En celeste y blanco se conjuga la nueva gama de colores de la carrera de Marcos Rojo, quien dejó el azul y oro de Boca para ponerse la camiseta 6 de la Academia, que lucirá su nombre y apenas la primera letra de un apellido que remite al histórico apodo de Independiente, el eterno rival en el duelo que divide en dos a Avellaneda. Si de grietas se trata, la contratación del defensor de 35 años también fomentó el debate entre los racinguistas, quienes en el espacio de las redes sociales demostraron posturas contrapuestas por la elección del futbolista.

Después del empate entre Racing y Boca, el sábado en la Bombonera, la mañana del domingo fue movida en el Cilindro de Avellaneda, adonde Rojo llegó temprano para encarar su primer día como futbolista del plantel que dirige Gustavo Costas, quien motorizó su llegada con un pedido expreso al presidente del club, Diego Milito. El ídolo y ahora mandamás de la institución siguió el pálpito del entrenador y gloria académica, cuyo diagnóstico fue que Rojo aportará una presencia que fortalecerá a la última línea -la más floja del equipo-, con aptitudes y también una actitud de caudillo.

Marcos Rojo, posando con la camiseta 6 que utilizará en Racing

Al ingresar al vestuario del plantel campeón de la Copa Sudamericana y de la Recopa, Rojo se encontró con sus nuevos compañeros, saludó a cada uno y se dirigió con todos hacia la cancha auxiliar, donde se desarrolló el entrenamiento matutino. En ese campo de juego, los futbolistas le dedicaron el clásico pasillo de bienvenida, con algunos golpes en la espalda y patadas al pasar, mientras que Costas lo recibió con una sonrisa tan amplia como el abrazo que le dio, convencido de haber sumado al equipo a una pieza que potenciará la marcha hacia el objetivo más preciado: la Copa Libertadores.

Justamente este lunes a las 19, cuando el plantel albiceleste viaje hacia Montevideo, donde el martes a las 21.30 iniciará la serie de octavos de final, contra Peñarol, Marcos Rojo formará parte de la delegación. Exactamente hace tres meses disputó su último partido oficial (el 10 de mayo, frente a Lanús, por los octavos de final del Apertura, en la Bombonera), pero en la Academia no descartan la presencia del exBoca en el duelo con el Manya, en el estadio Campeón del Siglo. “A lo último no me lesioné, jugué bastante”, había respondido el marcador central el este viernes, cuando se marchaba de la escribanía en la que firmó su desvinculación de Boca, con el que tenía contrato hasta diciembre de este año.

Marcos Rojo con Agustín Almendra, con quien fue compañero en Boca, en su primer entrenamiento con Racing

A propósito de su vínculo, Rojo firmó por un año con Racing, que le elaboró un contrato por productividad, en el que el grueso de sus ingresos estará supeditado a cuánto juegue y qué objetivos alcance con el equipo. “El número del contrato es simbólico, lo que verdaderamente vaya a cobrar está atado a su prestación en los partidos”, enfatizaron desde la Academia, ante la consulta de LA NACION, sobre la modalidad en la que se dio el acuerdo con el zaguero con pasado en el seleccionado nacional, quien sólo está habilitado para la Libertadores y la Copa Argentina. En Racing, sin embargo, confían en encontrar la vía legal para dar su habilitación para el Clausura, cuyo reglamento establecía que los jugadores que quedaron libres después del 24 de julio no podían participar del certamen doméstico. Martín Auletta, abogado designado específicamente para los temas futbolísticos del club, es quien está a cargo del análisis del caso Rojo.

“Marcos causó una muy buena impresión en el grupo. Mostró una muy buena predisposición tanto en el entrenamiento como en las charlas con cada uno de los muchachos”, le describieron a LA NACION sobre el primer acercamiento del sexto refuerzo con el plantel, con el que comparte el mismo anhelo: “Quiere sumar para el equipo y también sueña con ganar la Libertadores”.

Sebastián Saja, director deportivo de la institución, también acompañó a Milito al costado del campo de juego, desde donde siguieron la práctica. Después, el ex arquero y el presidente académico fueron parte de la sesión de fotos en la que le dieron la camiseta 6 al ex Boca, quien no mostró objeciones –al comprender la histórica rivalidad con Independiente- para lucir Marcos R. en la espalda.

Marcos Rojo con Bruno Zuculini y Gabriel Arias, dos de los referentes de la Academia

Gabriel Arias, Bruno Zuculini, Santiago Sosa y Gabriel Rojas, jugadores de gran ascendencia más allá del campo de juego (capitanes del plantel), dialogaron con Rojo y le dieron la bienvenida. El apoyo también trascendió hacia el escenario de las redes sociales, ya que Zuculini eligió una imagen de su nuevo compañero y escribió “Todos juntos”, acompañado de emojis alusivos a la fuerza y a un puño cerrado. “Listos para lo que se viene con Marcos”, publicó Racing en su cuenta de Instagram, con una serie de fotos entre las que se destacaba una de Rojo y Almendra, quienes compartieron vestuario en Boca y forjaron una amistad. Hasta este fin de semana, Almendra era el último jugador que había pasado directamente desde el Xeneize a la Academia, también en el marco de un conflicto por el que –en su caso- estuvo más de un año inactivo.

Con los matices de cada caso, Rojo no sólo puede compartir con Almendra un historial conflictivo en Boca, sino que también Racing representar el lugar en el que encuentre revancha para exhibir su valía dentro del campo. El mediocampista lo hizo en 2024, cuando fue de mayor a menor pero se erigió en un titular indiscutible en la gesta del equipo que alzó la Sudamericana, conquista que le permitió al club cortar 36 años sin títulos internacionales.

Latorre, uno de los que pasó de Boca a Racing: en la acción, escapa a Pereda y Basualdo en 1999

Con la Libertadores como premisa, Rojo buscará emular una coincidencia histórica, consignada por el periodista Mariano Fernández: en 1967, cuando el mítico Equipo de José le dio a Racing el máximo trofeo de América y también la Copa Intercontinental (primera para el fútbol argentino), uno de sus protagonistas fue el mediocampista Juan Carlos Rulli, quien inició su carrera en Estudiantes de La Plata, pasó por Boca y desde allí recaló en la Academia. Rojo, que nació futbolísticamente en el Pincha, había sido declarado “persona no grata” por la barrabrava del club platense, cuyo cuerpo técnico lo descartó como alternativa para incorporarse tras el conflicto desatado en el Xeneize.

En la nómina de jugadores que cambiaron la azul y oro directamente por la celeste y blanca están, también, el delantero Oscar Trossero (1973), Carlos Mac Allister (1996), Diego Latorre (1998), y Pablo Migliore, quien llegó a mediados de 2008 y era resistido por su identificación con el club de la Ribera, a punto tal de ser increpado en una bandera de la barra de Racing, que hacía referencia a la cercanía del arquero con La 12.

Pablo Migliore en el Cilindro de Avellaneda

Rojo, hincha de Boca y protagonista de situaciones extradeportivas y futbolísticas que esmerilaron su figura de indiscutido en el Xeneize, buscará dejar su nombre (y la inicial de su apellido) en la historia de la Academia, con la Libertadores como objetivo.

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