El príncipe Guillermo y Kate Middleton han concretado una decisión trascendental para su vida familiar al mudarse a Forest Lodge, una casa de campo catalogada de Grado II localizada en el centro de Windsor Great Park. La información, difundida por The Sun en exclusiva, señala que los príncipes de Gales proyectan este cambio como la construcción de un “hogar para siempre”, de acuerdo con testimonios de personas de su entorno.
Forest Lodge, con ocho habitaciones, se convertirá en el espacio destinado a criar a sus hijos George, Charlotte y Louis lejos del protagonismo de Londres. La pareja busca un refugio en el que dar a los niños un entorno estable y apacible, tras varios años de situaciones difíciles tanto en el plano personal como institucional. Desde su llegada en 2022 a Adelaide Cottage, ubicada a apenas seis kilómetros de su nuevo destino, la familia ha atravesado episodios de felicidad y momentos complejos. Semanas después de la mudanza a Adelaide Cottage, falleció la reina Isabel II. Y, hace un año, tanto el rey Carlos como la propia Kate revelaron que se encuentran haciendo frente a un cáncer. Así, la mudanza a Forest Lodge supone un nuevo comienzo al margen de recuerdos marcados por la adversidad.
La finca muestra más de tres siglos de antigüedad y ha experimentado reformas notables. En 2001, recibió una inversión de 1,5 millones de libras, unos 1,7 millones de euros, que permitió conservar elementos históricos y sumar comodidades modernas. Entre los detalles más distinguidos se encuentran chimeneas de mármol, elaboradas cornisas de escayola, ventanas venecianas y un techo abovedado en el vestíbulo. El edificio presenta una estructura de ladrillo rojo coronada con pizarra y seis chimeneas, mientras nueve ventanales llenan de luz natural las áreas principales.
Así es Forest Lodge, el nuevo hogar del príncipe Guillermo y Kate Middleton
Forest Lodge ofrece, además de la residencia, tres establos, dos garajes de nueva construcción, un gran estanque y una pista de tenis. Estos elementos configuran el entorno como un oasis privado en medio del emblemático Windsor Great Park.
La familia real prevé mudarse a Forest Lodge a finales de este año. Los trabajos de adecuación avanzan con discreción y son financiados de forma privada por Guillermo y Kate. Esto representa una diferencia respecto de la reforma llevada a cabo por Harry y Meghan en Frogmore Cottage, que provocó controversia al implicar fondos públicos. En esta oportunidad, ni la restauración ni el mantenimiento recaerán sobre las cuentas estatales, y no está previsto que haya personal fijo residiendo en la vivienda.
Los permisos presentados ante el consejo local incluyen renovación de techos, suelos, puertas y ventanas, así como la modificación de la distribución interior, mediante la eliminación de paredes, para ajustarse a las necesidades diarias de la familia. De acuerdo con The Sun, Kate Middleton ha sido vista eligiendo piezas de mobiliario que servirán para personalizar la mansión. Una de sus selecciones principales ha sido una mesa para veinticuatro comensales, que se destinará a acoger celebraciones familiares y actos oficiales. Por su parte, Guillermo contará con unas vistas privilegiadas desde su dormitorio; en jornadas despejadas, puede apreciarse el arco de Wembley en el horizonte de Londres.