La saga del Wandagate vuelve a encenderse y demuestra que a cuatro años de aquel primer escándalo, las tensiones entre Wanda Nara, Mauro Icardi y la China Suárez siguen marcando el pulso del espectáculo argentino. La relación extramatrimonial que mantuvo el futbolista con la actriz en 2021 nunca dejó de generar repercusiones. Ahora, los protagonistas enfrentan un presente dominado por litigios judiciales y permanentes reproches públicos, mientras los detalles de nuevas actitudes y gestos mantienen la atención mediática sobre cada movimiento.
El último giro en la historia llegó de la mano de la periodista Vicky Braier, conocida en redes como Juariu. Desde su cuenta de Instagram, compartió una serie de pruebas digitales donde se observa a los involucrados en situaciones que aportan aún más tensión al relato. En julio de 2023 todo parecía estar en un punto de calma: Wanda y Mauro volvían juntos a Turquía, como ilustró una foto de ambos descansando abrazados a bordo de un jet privado, acompañada del mensaje “un largo camino a casa”. Días más tarde, el 8 de agosto, Nara se mostraba disfrutando de la playa con una bikini azul, compartiendo su panorama veraniego turco en redes sociales.
Sin embargo, lo más llamativo estaba a punto de salir a la luz. Según expuso Juariu, en esa misma fecha del 8 de agosto de 2023, Mauro interactuaba públicamente con la exCasi Ángeles, dándole “’me gusta” a una foto donde la actriz posaba con un pañuelo azul de Mickey Mouse sobre su cabeza. El gesto no pasó desapercibido, ya que coincidió con otras interacciones en la misma red social: ese mismo día, Icardi también interactuaba con una foto de Wanda y su hija menor. Así, en cuestión de horas, el futbolista alternaba su atención virtual entre su esposa y la actriz con la que protagonizó años atrás el romance que detonó el Wandagate.
Este tipo de actitudes, expuestas por Braier, dejaron en evidencia que, aunque se había intentado mostrar una imagen pública de conciliación y estabilidad, en el plano privado todavía persistían gestos ambiguos por parte de Icardi. Las interacciones virtuales, como los likes y los comentarios en redes sociales, se transformaron en un termómetro de la relación y reabrieron viejas heridas ligadas al escándalo original. Las pruebas aportadas por Juariu revitalizaron las especulaciones y pusieron en tela de juicio la transparencia de la reconciliación familiar, alimentando un clima de desconfianza que, con el tiempo, se tradujo en mayores distancias.
A lo anterior se sumó un nuevo capítulo judicial entre la expareja. Durante la última semana, la conductora y el futbolista se vieron envueltos en un enfrentamiento que subió considerablemente de tono. El detonante fue el pedido formal de Mauro para obtener la tenencia internacional de sus hijas en común, reclamando además la restitución de sus pasaportes. Yanina Latorre fue quien reveló la información en su programa Sálvese quien pueda, detallando la preocupación que despertó la noticia en el entorno de Wanda: “Me pone Ana Rosenfeld, estoy hablando con Wanda por lo que acaba de llegar, está destruida. Hoy Mauro pidió la restitución internacional, tenencia de las niñas, pasaporte. Él no quiere, bajo ningún punto de vista, que las niñas se queden en Argentina”.
En ese contexto atravesado por la incertidumbre legal, Nara eligió mantener la cautela públicamente. En medio de una presentación por los cuatro años de su marca de cosméticos, la empresaria fue abordada por el ciclo LAM (América) y respondió con evasivas sobre el pedido de Icardi. “Me están esperando con la torta, voy a entrar porque estoy con las chicas”, expresó visiblemente incómoda ante la insistencia de Ángel de Brito, conductor del ciclo, sobre cómo le impactó el pedido judicial de su expareja. Ante la pregunta concreta sobre la intención de Mauro de llevarse a las niñas a Turquía, la empresaria resumió su malestar: “No puedo hablar de eso, ya saben lo que pasó, imaginate. A veces hay cosas que no necesitan una respuesta. Estoy con las chicas”.
Así, el presente del Wandagate se presenta más recargado que nunca, sumando capítulos de polémicas virtuales, reclamos judiciales y declaraciones públicas que no hacen más que alimentar la incertidumbre sobre el futuro del vínculo entre Nara, Icardi y Suárez. Con todos los protagonistas en pie de guerra y el espectáculo atento a cada novedad, la historia sigue lejos de su desenlace.