El rastro que dejó Dilawar en Morata de Tajuña: ADN en los muebles, una colilla y dos huellas de calzado

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Dilawar Hussein, autor confeso del triple crimen de Morata de Tajuña, dejó en la escena del crimen un rastro de vestigios que le llevaron a ser el principal sospechoso al hallar los investigadores en la inspección ocular su ADN en muebles que se quemaron con los cadáveres, una colilla en una papelera y dos huellas de calzado.

En la segunda sesión, el tribunal ha escuchado la testifical de los agentes de la Policía Local de Morata y de la Guardia Civil que intervinieron en la investigación a raíz de la alarma que dieron los vecinos.

El móvil del crimen fue la deuda que tenían las hermanas con el acusado, a quien debían 60.000 euros. Amelía y Ángeles fueron víctimas de una ‘estafa amorosa’ a manos de unos supuestos militares americanos destinados en Afganistán, a quienes mandaban dinero desde el locutorio que regentaba Dilawar.

Un guardia civil ha declarado que cuando Dilawar acudió a la inspección ocular le comentó que había acabado con la vida de los hermanos porque habían matado a su madre. Al parecer, la madre murió de una enfermedad en Pakistán y el procesado culpaba a las víctimas de lo sucedido al no haber podido mandarla dinero.

Cuando el acusado se presentó de forma voluntaria en el cuartel, manifestó a uno de los agentes: «Sabes lo que ha pasado en Morata, pues he sido yo. Estoy loco». Tras ello, pidió que le dejaron en una sala escuchando música.

En la fase testifical, el jefe de la Policía local de Morata ha relatado que varios vecinos advirtieron a mediados de diciembre de 2022 que no sabían nada de los hermanos asesinados y que estaban preocupados, pensando que se podrían haber ido al extranjero a recibir una supuesta herencia. Los agentes emprendieron gestiones «infructuosas» para su localización, solicitando a la autoridad judicial la entrada en el domicilio y la Guardia Civil asumió la investigación.

Al no conseguir contactar con las víctimas, se mandó una patrulla al domicilio, sin apreciar los agentes que hubiera signos de gente en el interior. En el buzón, localizaron cartas certificadas que no habían sido recogidas.

La guardia civil accedió el 17 de enero a la vivienda y hallaron los cadáveres apilados y restos de fuego en la entrada, por lo que se activó al grupo de Homicidios y Criminalistica para realizar la inspección ocular. Los agentes trataron de localizar a Dilawar, principal sospechoso, dado que había tenido un conflicto con una de las hermanas. El 22 de enero, se entregó a la Guardia Civil.

El jefe de Homicidios de la Guardia Civil ha detallado que en el examen de la escena se vieron proyecciones de sangre en la puerta del domicilio compatibles con una agresión en el exterior. «Los cuerpos estaban apilados y quemados parcialmente. Se encontró ADN de Dilawar en unos de los muebles y en una colilla que había en una papelera», ha narrado.

ADN EN MUEBLES Y EN UNA COLILLA

La data de la muerte se fija el 17 de diciembre conforme a los estudios de localización de telefonía del acusado, que le sitúan ese día en los alrededores de la vivienda. Según las pesquisas, habría accedido a la parcela por un muro saltando sin ser visto.

En la inspección, se hallaron dos huellas de pisada de distinto calzado –Dilawar regresó a la casa días después– sin que se localizara el arma. Los agentes hallaron un destornillador, un arma detonadora y un mechero.

En sede policial, Dilawar manifestó a los investigadores que les mató con una barra de hierro que había en el domicilio y que volvió a los días para tratar de quemar los cuerpos. De ahí, a que hubiera dos huellas de pisadas distintas. Además, aseguró que estaba «loco».

El fiscal solicita 36 años de prisión por tres delitos de homicidio y un delito de quebrantamiento de condena, con una atenuante por alteración psíquica, mientras que la defensa reduce la pena a siete años de cárcel por homicidio con las atenuantes de trastorno de personalidad paranoide, confesión y arrebato u obcecación. No hay acusación particular que represente a las víctimas.

‘ESTAFA AMOROSA’

Al parecer, las hermanas sufrieron lo que se conoce como ‘una estafa amorosa’ a través de internet por parte de unos supuestos militares americanos destinados en Afganistán y pidieron un préstamo de 60.000 euros al que sería su asesino al quedarse sin ahorros. Conocían a Dilawar, apodado el ‘Negro’, de haberle alquilado una de las habitaciones de su casa.

En septiembre de 2023, un juez de Alcalá de Henares impuso al acusado una orden de alejamiento respecto de una de las hermanas tras varias denuncias por acoso y amenazas.

A mediados de enero de 2024, los vecinos dieron la voz de alarma a las autoridades al no ver durante semanas a las víctimas. Denunciaron la desaparición un mes después del crimen ocurrido el 17 de diciembre de 2023.

Fue entonces cuando agentes de la Guardia Civil hallaron los cadáveres dentro de su casa, quemados y apilados. Según las pesquisas, los mató con una barra de hierro tras escalar el muro de su vivienda.

El hallazgo se produjo alrededor del 19 o 20 de enero, y la detención del agresor se efectuó el 22 de enero, decretándose su ingreso en prisión provisional tras confesar el crimen.

A GOLPES CON UNA BARRA DE HIERRO

Los hechos se produjeron la mañana del 17 de diciembre de 2023, cuando el investigado acudió al domicilio donde residían los tres hermanos asesinados.

Tras escalar el muro perimetral, llamó a la puerta del domicilio, abriéndole J. G. A.. Una vez en el interior, el investigado le propinó múltiples golpes en la cara y la cabeza utilizando para ello un palo de hierro o un objeto contuso, largo, rígido y pesado de similares características, provocando su fallecimiento por traumatismo craneoencefálico.

A continuación, el investigado se acercó a F. A. G. y le propinó múltiples golpes en la cabeza, utilizando para ello un palo de hierro o un objeto contuso, largo, rígido y pesado de similares características, provocando su fallecimiento por traumatismo craneoencefálico.

Finalmente, se aproximó a F. M. Á. G. y, con idéntica intención, le propinó varios golpes en la cara y en la cabeza utilizando un palo de hierro o un objeto contuso, largo y pesado de similares características hasta provocar su fallecimiento por traumatismo craneoencefálico.

El día 19 de diciembre de 2023 sobre las 20 horas, el investigado accedió al interior del domicilio sito en la Travesía del Calvario n3 de Morata de Tajuña, donde se encontraban los cadáveres de F. A., F. M. y J. G. A., y prendió fuego a los mismos.

El acusado fue detenido el día 22 de enero de 2024 y el juez de Instrucción número 5 de Arganda del Rey acordó la prisión provisional comunicada y sin fianza del acusado, por estos hechos.

El acusado tenía disminuidas sus capacidades intelectivo-volitivas de forma leve en el momento de los hechos, habida cuenta de que presenta un trastorno de personalidad en donde predominan los rasgos paranoides, observado junto una carga progresiva de frustración vivencial situacional.

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